Viernes 27 de junio 2025

Ante las adicciones el Estado está ausente

Redacción 20/10/2009 - 02.19.hs
Norma Levi es madre de un adolescente adicto a las drogas. Se enteró que su hijo consumía drogas hace cuatro años, cuando tenía 14 años.
Hoy el joven reconoce que la forma de recuperarse de su adicción pasa por internarse y está dispuesto a hacerlo. Entiende que la forma de alejarse de los riesgos a los que se expone en su condición de adicto pasa por entrar en un régimen cerrado de tratamiento. Sin embargo, aún cuando desde Norma y su hijo existe la voluntad de recurrir a la internación, la respuesta de organismos públicos y privados no ha sido la adecuada.
Hace cuatro meses que Norma -según su propio relato- inició un peregrinaje para encontrar la forma de rescatar a su hijo del mundo de las drogas. En su relato a este diario indica que empezó por el Centro de Día que depende del gobierno provincial. El joven estuvo un mes en admisión, tiempo durante el cual fue observado por psicólogos quienes dictaminaron que su caso era merecedor de internación. Si bien en el centro de día le brindaban atención psicológica, la dificultad, tanto para Norma como para su hijo, radicaba en que el régimen abierto dejaba al adolescente ante la posibilidad cierta de que volviera a tomar contacto con las drogas.
La siguiente opción de Norma fue Guadalupe, organización impulsada por el sacerdote Ricardo Ermesino. El hijo de Norma estuvo un mes y medio en admisión, evaluado una vez más por un psicólogo. Finalmente le comunicaron que su hijo sería internado. La fecha era el martes 13, pero unos días después, desde la asociación civil subvencionada por el estado, se le hizo saber que por razones vinculadas al estado de salud de Ermesino el ingreso del hijo de Norma se pospondría hasta el 27 de octubre.
La nueva dilación llevó a Norma a buscar otra salida de la situación. Se contactó con el Instituto MAMA, que se ocupa de dar contención y asesoramiento en casos similares al de Norma. Un integrante del instituto la comunicó con el subsecretario de Abordaje de Adicciones del gobierno provincial, Roberto Moro. Del funcionario se quedó con la expectativa de recibir una llamada, pero todavía no obtuvo respuesta.
Los tiempos para Norma y su hijo se acortan. La mujer, que cría sola a sus hijos y que está desocupada, reconoce que no puede controlar permanentemente a su hijo. Por su parte el adolescente, ve que ha pesar de su voluntad de dejar las drogas, la posibilidad de evitarlas no llega y, por el contrario, aumenta su riesgo de involucrarse en situaciones que podrían evitarse en caso de estar internado.

Un barrio y una amistad
El hijo de Norma Levi y el joven que el domingo incendió la casa de su madre, ubicada en sobre la calle Chacabuco, son vecinos y amigos. Esta redacción recabó información que le permitiría decir que además de compartir barrio y amistad, los dos jóvenes están alcanzados por un mismo problema: son adictos. La situación de dependencia del joven que incendió la vivienda explicaría, además del vínculo, la negativa de su madre para hacer la denuncia correspondiente. Ambas madres, la que perdió gran parte de sus pertenencias en el siniestro, y Norma, actúan protegiendo a sus hijos. La segunda de ellas, además hace todo lo posible para alejar al suyo del flagelo de la drogadicción.

 


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