Clausuran cadena de panaderías por intoxicación
Ayer las autoridades resolvieron la medida tras recibir los resultados preliminares de los análisis bromatológicos, donde se pudo establecer que el problema habría estado en la cadena de elaboración de los alimentos y no en la harina. "La misma partida (de harina) habría sido utilizada por otros comercios del rubro sin que se registraran casos de intoxicación", informó la secretaria de Producción del municipio, Elida Deanna.
Durante la mañana del lunes, el dueño de la cadena de panaderías, José María Jamad, se presentó en el municipio aduciendo "haber encontrado en el local de elaboración un producto no rotulado que podría haber sido utilizado como sal", señaló la funcionaria. Más allá de que Deanna le manifestó a LA ARENA que el comerciante dijo no haber identificado qué producto había en el envase, el hecho de tener envases no rotulados para la elaboración de las panificaciones es de por sí una falta.
"No hay una confirmación concluyente, por eso ahora enviamos las pruebas al laboratorio de alta complejidad IACA de Bahía Blanca. Sí hay certezas con otras cuestiones, como todos los productos que produjeron la intoxicación. Inicialmente eran pizzas, pero se reportaron casos que consumieron criollitos y también panes", indicó Deanna.
Centenar.
Los casos superan los cien. Al menos un centenar se reportaron oficialmente con cuadros de gastroenteritis ya que concurrieron a centros de salud, pero hay otros que no fueron atendidos. Los primeros se detectaron el miércoles y los últimos se conocieron durante la mañana del sábado, aunque los afectados habían manifestado haber consumido los productos el día anterior. La empresa informó a las autoridades municipales que habían retirado de las góndolas la partida de productos que provocó la intoxicación.
La secretaria comunal puntualizó que "desde el punto de vista de las normas y cuestiones a observar, es todo muy claro: nadie puede tener un producto no rotulado. Porque por error cualquiera puede introducirlo por accidente en los alimentos, está estrictamente prohibido". Pero advirtió que "al día de la fecha (por ayer) no podemos determinar si ese problema de elaboración es por una cuestión de higiene y seguridad alimentaria, o si tiene que ver con productos no adecuados o no permitidos".
Luego de analizar minuciosamente los pasos a seguir tras recibir los resultados preliminares, las autoridades municipales dispusieron las clausuras preventivas que se hicieron efectivas entre las 20.30 y las 21. Hasta ese momento los tres comercios trabajaron normalmente. Aún después de conocerse los primeros casos no habían dejado de comercializar e incluso ayer seguían atendiendo clientes cuando comenzaron a llegar los inspectores. Estos colocaron las fajas y estuvieron acompañados por efectivos policiales.
Hoy a primera hora el Juzgado de Faltas tomará conocimiento de las actuaciones y evaluará cómo sigue el expediente, y específicamente resolverá si confirma las inhabilitaciones o las levanta parcial o totalmente.
Una grave sospecha
Aunque las autoridades señalaron que hasta que no estén los resultados definitivos del IACA no sabrán qué fue lo que produjo la intoxicación, ayer una alta fuente con conocimiento de los hechos confió a este diario que hay una fortísima sospecha de que el producto utilizado era bromato.
¿Qué es el bromato? Se lo utilizó durante años en la industria panadera como mejorante de la harina, para fortalecer la masa y mejorar el volumen y la presentación del producto. Pero desde hace años no está permitido, ya que diversos estudios han comprobado sus efectos cancerígenos. Las consecuencias pueden ser desde vómitos y diarrea, hasta depresión del sistema nervioso, daño renal irreversible, efectos mutagénicos, destrucción de la vitamina B1 y la niacina, inhibición de la disponibilidad del hierro y degradación del ácido fólico.
Si no es utilizado correctamente (no se debe añadir más de lo necesario, el pan debe ser cocido durante un tiempo extenso y a temperatura muy alta), queda una cantidad residual que resulta perjudicial para quien lo consume. Por eso está expresamente prohibido su uso en casi todo el mundo, aunque no en los Estados Unidos pese a que en algunos estados de ese país se requieren etiquetas de precaución en los alimentos elaborados con dicho producto.
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