Sala de tragamonedas cerrará por la mañana
A partir del 1º de febrero, la sala de tragamonedas que posee el Casino Club en el centro de la ciudad suprimirá su horario de mañana y abrirá a partir de las 13. Así al menos lo informaban ayer los carteles del local de la calle Hilario Lagos.
En tanto, se pudo saber que las puertas de la sede de la ruta 5 abrirán a las 10 y no a las 11 como hasta ahora.
Ya desde el año 2007 la Unión Cívica Radical venía reclamando una reducción del horario, retomando una iniciativa que años antes había promovido el por entonces concejal del ARI, Daniel Decristófano. Lo que se buscaba era legislar para que tanto la sala céntrica como la de la avenida Illia abrieran sus puertas a partir de las 18 y no a media mañana, reduciendo así la exposición de las personas al juego.
Se sabe que desde que abrió el local céntrico son clientes habituales sectores de bajos recursos, muchas veces con magros ingresos, que no escapan a la adicción al juego o a la esperanza de cambiar su vida de un día para el otro gracias al azar. Uno de los argumentos esgrimidos en su momento por el ARI y la UCR tenía que ver con la asidua asistencia de beneficiarios de planes sociales que tan pronto cobraban en los bancos del centro acudían a los tragamonedas a probar suerte.
En el año 2007, el concejal frepamista Marcos Cuelle presentó un proyecto de ordenanza para modificar el Código de Espectáculos Públicos que regula, entre otros, los horarios de este tipo de locales. Para ese entonces, el Frepam ya era oficialismo en la comuna y tenía mayoría en el CD; sin embargo el tema no prosperó y todavía espera tratamiento para este año legislativo.
En el medio, el vicepresidente de Casino Club, Ricardo Benedicto, advirtió que si se modificaba la ordenanza se vería obligado a despedir a 100 empleados. Mientras tanto, surgieron reclamos concretos para que directamente se cierre el local de la calle Hilario Lagos.
El tema, sin embargo, excede lo referido al horario de funcionamiento. La Justicia tiene en sus manos una causa iniciada por el diputado radical Martín Berhongaray sobre supuestas irregularidades en la habilitación del local del centro: en 1995 se permitió la apertura de la sala pese a que una ley provincial no lo permitiría; y en 1999 se modificaron las condiciones del contrato, en lo que pareció un intento por corregir estos cuestionamientos.
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