La obra de ILKA sigue sin señalizar
Redacción 17/05/2011 - 04.29.hs
Sergio García, el mecánico que quedó hemipléjico en un accidente, fue dado de alta del hospital y ya se encuentra en su vivienda. En la vereda de su casa, la empresa responsable del pozo que le costó la movilidad de sus piernas, ILKA Construcciones, continúa realizando la colocación de cloacas para el barrio (Santa María de las Pampas). Pese a todo lo que García perdió por culpa de la negligencia de la constructora, las obras siguen sin iluminación.
"¡Qué les cuesta poner una luz!" dijo el mecánico en una entrevista con LA ARENA. "Desde la ventana de mi casa veo a los trabajadores operando sin casco, sin borceguíes y en condiciones fuera de regla. De noche lo mismo. Uno esperaría que por lo menos iluminen un poco, pero no. Sin un auto dobla un poco rápido se cae a la zanja, ya que no hay ningún farol, ni alguna lata con fuego...nada" denunció García.
Luego del accidente, que ocurrió el sábado 1 de abril a las 22.30, el pozo que causó la tragedia, ubicado en Arriaga y Ferreira, fue tapado. Sin embargo, en el barrio algunas excavaciones siguen sin la señalización adecuada.
Aquella fatídica noche, García salía en su motocicleta Corven 150 desde su casa a realizar un trabajo de última hora cuando se topó de frente con el agujero, el cual tenía siete metros de largo y casi dos de profundo. En cuestión de segundos el motociclista decidió saltarlo, ya que no tenía tiempo de frenar, pero no llegó a hacerlo e impactó de lleno contra el suelo. Quedó boca abajo con tres vértebras quebradas y de no haber sido por la ayuda de un vecino se habría ahogado con su propia sangre, ya que había perdido el conocimiento.
Rápidamente fue llevado al hospital Lucio Molas y permaneció por más de un mes en terapia intensiva, donde lo operaron en varias oportunidades y le colocaron una prótesis. En esa sala, el paciente contó a este medio sobre los dolores terribles que padecía, especialmente durante las noches. "En ese entonces me sedaban con morfina y ahora en mi casa tomo toda clases de pastillas" añadió el accidentado.
García tiene 32 años, es padre de cinco niños y por el resto de su vida dependerá de una silla de ruedas para moverse. "Soy una carga para mi familia" sostuvo el hombre. "Desde la empresa para la que trabajo me dijeron que podía volver cuando quisiera, pero la verdad es que no estoy en condiciones de realizar lo que hacía antes. Durante estos cinco días que estuve en mi casa intenté arreglar algunas cosas. Traté con el picaporte de la puerta, pero me duele mucho la espalda cuando hago fuerza, y no pude prácticamente hacer nada. Me siento muy débil, pero tengo que sobreponerme para mantener a mi familia" dijo García. "Tampoco puedo vender la moto hasta que no concluya el juicio" añadió con un dejo de tristeza.
"Yo soy un hombre emprendedor. Siempre trabajé y levanté yo mismo algunos muros de mi casa. Ahora necesito ayuda, pero nadie nos ha tendido una mano. Ningún representante del gobierno se acercó a hablar conmigo, mucho menos de la empresa... y eso que ellos 'me mataron'" indicó.
"¡Qué les cuesta poner una luz!" dijo el mecánico en una entrevista con LA ARENA. "Desde la ventana de mi casa veo a los trabajadores operando sin casco, sin borceguíes y en condiciones fuera de regla. De noche lo mismo. Uno esperaría que por lo menos iluminen un poco, pero no. Sin un auto dobla un poco rápido se cae a la zanja, ya que no hay ningún farol, ni alguna lata con fuego...nada" denunció García.
Luego del accidente, que ocurrió el sábado 1 de abril a las 22.30, el pozo que causó la tragedia, ubicado en Arriaga y Ferreira, fue tapado. Sin embargo, en el barrio algunas excavaciones siguen sin la señalización adecuada.
Aquella fatídica noche, García salía en su motocicleta Corven 150 desde su casa a realizar un trabajo de última hora cuando se topó de frente con el agujero, el cual tenía siete metros de largo y casi dos de profundo. En cuestión de segundos el motociclista decidió saltarlo, ya que no tenía tiempo de frenar, pero no llegó a hacerlo e impactó de lleno contra el suelo. Quedó boca abajo con tres vértebras quebradas y de no haber sido por la ayuda de un vecino se habría ahogado con su propia sangre, ya que había perdido el conocimiento.
Rápidamente fue llevado al hospital Lucio Molas y permaneció por más de un mes en terapia intensiva, donde lo operaron en varias oportunidades y le colocaron una prótesis. En esa sala, el paciente contó a este medio sobre los dolores terribles que padecía, especialmente durante las noches. "En ese entonces me sedaban con morfina y ahora en mi casa tomo toda clases de pastillas" añadió el accidentado.
García tiene 32 años, es padre de cinco niños y por el resto de su vida dependerá de una silla de ruedas para moverse. "Soy una carga para mi familia" sostuvo el hombre. "Desde la empresa para la que trabajo me dijeron que podía volver cuando quisiera, pero la verdad es que no estoy en condiciones de realizar lo que hacía antes. Durante estos cinco días que estuve en mi casa intenté arreglar algunas cosas. Traté con el picaporte de la puerta, pero me duele mucho la espalda cuando hago fuerza, y no pude prácticamente hacer nada. Me siento muy débil, pero tengo que sobreponerme para mantener a mi familia" dijo García. "Tampoco puedo vender la moto hasta que no concluya el juicio" añadió con un dejo de tristeza.
"Yo soy un hombre emprendedor. Siempre trabajé y levanté yo mismo algunos muros de mi casa. Ahora necesito ayuda, pero nadie nos ha tendido una mano. Ningún representante del gobierno se acercó a hablar conmigo, mucho menos de la empresa... y eso que ellos 'me mataron'" indicó.
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