Miércoles 04 de junio 2025

"Hay que tener responsabilidad social"

Redacción 08/07/2012 - 07.30.hs
Mario Vega - Aquellos que integran, o alguna vez integraron comisiones directivas, o puestos de responsabilidad en instituciones de cualquier tipo, saben de qué estamos hablando. De hacer lo que muy pocos quieren, aunque no faltarán los que critiquen aún sin conocer bien de que se trata. Esas personas, en general, se harán dirigentes por una cuestión solidaria, porque entienden que no es cuestión de quedarse en casa y esperar que todo lo hagan los demás.
Pero también es verdad que quienes devienen directivos -al margen de que siempre puede haber quienes tengan algún interés subalterno-, en su gran mayoría lo son porque entienden que tienen una responsabilidad social. Porque consideran que es, al cabo, también un acto de generosidad, de solidaridad, no exenta muchas veces de una cuota de afecto que hace que consideren necesario aportar, que es un deber hacerlo.
En nuestros clubes lugareños hay, por suerte, decenas de personas que tienen esa actitud, esas ganas de contribuir, de trabajar para cambiar sus realidades, para fortalecerlos como instituciones útiles a la comunidad. Naturalmente es una circunstancia que se repite en muchas otras instituciones intermedias, desde aquellas fundaciones que mantienen comedores, pasando por grupos que ayudan a hospitales y hogares de niños y ancianos.
En nuestro medio hay muchos ejemplos: Ramón Turnes, Flecha Leones, José Luis Roston, Tito Chirino, y muchos más en All Boys; Juan Alejo Suárez Cepeda, "padre" de este Sarmiento que el año próximo volverá a jugar en la primera división de nuestro fútbol; Mauricio Marusich y colaboradores que contribuyeron a sacar a Atlético Santa Rosa del abismo en que lo había dejado un grupo de directivos, ellos sí infieles. Por suerte están en todos lados.

Horacio, su vida.
Néstor Horacio Rosales (53) es un joven dirigente de nuestra ciudad, uno de los tantos que todos los días le dedica varias horas al club que lo vio nacer como futbolista, y al que tributó con la casaca tricolor sus mejores esfuerzos deportivos.
Sentado frente a un escritorio en la Caja Forense, donde hoy es tesorero y en la que trabaja desde hace muchos años, Horacio -el ambiente futbolero lo conoce más por su segundo nombre- habla con pasión, con conocimiento y, diría, con esperanza.
Hijo de Néstor Adolfo, que supo ser Policía, y de mamá Olga, tiene un hermano, Claudio Rosales, abogado él. Horacio tiene un hogar consolidado con quien fuera su compañera del secundario, Susana Ester Beltramino. Tienen tres hijos: Marco (29), Maximiliano (27) y Alesio (26).
Nació en Intendente Alvear, y por esa cuestión que tiene que ver con la profesión de su padre estuvo en diversos pueblos de La Pampa. A Santa Rosa llegó cuando tenía 14 años. Esa condición de familia nómada hizo que Horacio hiciera su primario y secundario pasando por nada menos que 17 establecimientos educacionales.
Precisamente con sus compañeros del Comercial, con los que se ve asiduamente, hace muy poquito reeditaron el viaje de egresados de hace 35 años. "La pasamos bárbaro, recorrimos los mismos lugares que ayer. Éramos 16 ex compañeros y, por supuesto, yo fui con Susana, que como te dije era compañera ya desde el secundario... así que nos conocemos bastante", sonríe Horacio.

 

Belgrano, el fútbol.
Ya en Santa Rosa empezó a concurrir a las canchitas del Colegio Domingo Savio, junto a Raúl Mansilla y otros chicos que jugaban bien. Primero un intento por hacer una prueba en Atlético Santa Rosa que no se concretó, y después la llegada a General Belgrano, donde iba a encontrar su destino futbolero.
Integró una camada con los hermanos Gustavo y Miguel Díaz, "Ñoqui" Lezcano, Hugo Pérez, Corita, Julio Villa, Chachi García, "Nicky" Domínguez, Roberto Mariani, "Pito" Geringer, Raúl Mansilla, Orfel Blanc, y los últimos aportes de Luisito Moreno. Constituyeron uno de los grandes equipos de la historia del club. Fueron ellos, dirigidos por el inefable Nelson Festa, los que de alguna manera terminaron con el reinado de aquel "gran" equipo de All Boys, donde jugaban Edilio Zabala, "El Nene" Blanco, Marcelo Urtiaga, y tantos otros cracks de nuestro fútbol. "Trabajábamos muchísimo, y Nelson Festa fue el artífice, porque nos aportaba muchísimo. Cada uno sabía muy bien cuál era su rol dentro de la cancha, y estábamos muy bien entrenados", recuerda hoy Rosales.
Belgrano fue campeón, jugó el Torneo Regional de aquél tiempo, y en un ciclo que duró casi cinco años se vivieron en la entidad momentos gloriosos. "Yo estuve hasta los 23, y después me fui a jugar afuera, a la provincia de Buenos Aires".

 

Trabajo y responsabilidad.
Horacio empezó a trabajar desde chico, y compartía su pasión por el fútbol con las obligaciones. "Fue duro, pero no me quejo. A los 14 años fui peón de albañil con mi tío Pepe Desortes; más tarde cadete en la Cámara de Diputados, y después en el Superior Tribunal de Justicia hasta que un día fui a entrar y me encontré en la puerta con un tanque de guerra. Se vino el golpe militar y nos echaron, aunque cuando todo pasó nos reincorporaron y volví a trabajar en Rentas". Fracasó en su intento de estudiar abogacía en La Plata, "pero eran escasos los cupos de los que podían ingresar" y volvió a Santa Rosa. Pero no iba a estar mucho tiempo sin trabajo: "Me llamó el doctor ("Pinki") Bensusan e ingresé a la Caja Forense". Han pasado 36 años, y el pibe que era cadete hoy es el tesorero de la entidad.
Desarrollaba, cuando adolescente, una actividad intensa: "Y sí, me tenía que levantar 5 y media porque trabajaba de 6 a 1 de la tarde, de allí derecho al colegio, y ahí nomás me iba para el club, donde en la época de Festa estábamos hasta las 11 de la noche. Era duro, pero me las arreglaba para hacer todo eso, para salir con mis amigos, para ir a bailar...". Sin dudas que, pese a su juventud, ya revelaba una gran dosis de responsabilidad y determinación, para hacer todo de la mejor manera posible.
Justo lo que intenta con este Belgrano que preside desde el 31 de agosto de 2008, cargo que ya tiene previsto dejar en 2013 para que asuma otro reconocido belgranense: "Caio Valcarcel está de acuerdo. Me parece que tiene todos los atributos y es muy querido en el club. Yo es probable que siga en algún otro puesto, quizás de vocal, porque entiendo que los que pasamos por una entidad, o una actividad, debemos ser agradecidos y devolver algo de lo tanto que nos dejó: en mi caso Belgrano me ayudó a formarme como deportista, pero por sobre todas las cosas como persona. Ahí tenés una explicación de por qué hay algunos locos lindos sueltos por el mundo y que se dedican a lo que otros no quieren", reflexiona.

 

La Liga de Veteranos.
Pero Belgrano no es la única actividad en la que se desempeña como dirigente. El fútbol de veteranos, que cada fin de semana reúne miles de jugadores que van desde "jóvenes" de 40 hasta arriba de los 60 años, tiene en Horacio Rosales uno de los baluartes. No fue el único, claro, pero su capacidad para conducir lo pone en la consideración de quienes valoran lo que viene haciendo la Liga de Veteranos. "Es verdad, y habría que nombrar mucha gente como Roberto Forestier, "Pantera" Rodríguez, "Pilinga" Pérez, Néstor Florís que es el presidente. Lo cierto es que es hermoso ver cada sábado a los jugadores, con sus familias, sus esposas, muchos con sus nietos", se entusiasma.
Rosales también participó en la creación de la Federación de Fútbol de Veteranos, que preside "Cachito" Martínez, y que ya lleva realizados 8 torneos nacionales en distintas provincias.
Hablamos un buen rato y me cuenta de Belgrano, que ahora es un club saneado y que tiene planes para ser aún más grandes: "Siempre digo que se debe apoyar a los clubes que tienen una historia de 100 años, como el nuestro y otros que hay en la ciudad", opina.
Me despido de Horacio y me voy pensando: quizás tenga razón y sea cierto que quienes se meten a dirigentes son, al cabo, locos lindos. Con sus aciertos y con sus errores. Si, tal vez valga la pena pensarlo de esa manera.

 

Una ley para un fondo del deporte.
Horacio Rosales ha venido trabajando duro también en la legislación deportiva. Si bien nuestra provincia tiene la Ley 858, el dirigente tricolor propone otra norma que podría reemplazarla procurando la atención del deporte y la recreación, en todas sus disciplinas y expresiones, sea federado u organizado, comunitario, escolar y recreativo.
La idea es lograr la utilización del deporte y la recreación como factor educativo y para la formación integral del hombre, como recurso idóneo para la preservación de la salud física de la población y la promoción de los valores éticos.
El proyecto tiene muy en cuenta el aspecto financiero, y propone crear el fondo Provincial del Deporte, que se constituiría con préstamos, subsidios y/o subvenciones de organismos públicos y/o privados nacionales, provinciales, municipales o internacionales; pero también con otros aportes. En este sentido la legislación apuntaría a legislar para que se contribuya a ese fondo con el 1% de lo recaudado por el Instituto de Lotería y Casinos de la Provincia; el 1% de los contratos que convengan empresas y terceros con la Provincia, de la Obra Pública que se efectivice anualmente; el 1% de los contratos de las empresas petroleras por regalías; y el 1% de los contratos que convengan las empresas que se radiquen en el territorio de la Provincia de La Pampa.
Otro dato interesante a tener en cuenta es que la ley haría que, quienes estén a cargo de una institución que reciba de esos fondos del deporte, deberían asumir por ese concepto una responsabilidad personal y solidaria por los importes de que se trate.

 

La catorce.
En algún momento de este año la dirigencia de General Belgrano no la pasó bien. Fue cuando un grupo de ¿hinchas?, caracterizados como "la 14", enojado con el presidente porque no les daba entradas de favor, causaron algunos desmanes. Rosales no se desanimó, y de alguna forma las cosas mejoraron. "No son todos los que estaban ahí, porque entre ellos hay gente buena, pero de verdad era una cuestión que nos excedía. En esos casos debe actuar la Justicia o la Policía", reclamó. De todos modos llevó la cuestión con mesura, y muchos violentos ya no van a la tribuna detrás del arco norte de la cancha.

 


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