Jueves 26 de junio 2025

"La gente del barrio necesita un lugar para el encuentro"

Redacción 13/12/2016 - 00.43.hs

Quince años después de haber comenzado a decaer, el Club Villa Parque quiere levantar cabeza de mano de un grupo de vecinos. El cadete Damián Bustos es el impulsor de la iniciativa.
¿Qué es un club? ¿Son sus socios? ¿Es una sede, una cancha, un gimnasio? ¿Es un equipo de fútbol, de básquet, de patín? ¿Es un lugar de esparcimiento para grandes y chicos? Quizás sea todo eso y mucho más. Cuesta definir el espíritu de estas organizaciones que a principio del siglo pasado le dieron vida a los pueblos del país, que marcaron a fuego infancias y vejeces y que despertaron la pasión por un escudo o una camiseta.
Más difícil aún es determinar por qué muere un club, por qué los socios se alejan, por qué algunos dirigentes los quiebran y el entusiasmo se acaba. Ahora bien, lo que quizás no sea tan complejo de determinar es el motivo por el que se funda un club. Una definición aventurada de quién escribe estas líneas: los clubes existen porque hay dos (o más) personas que se necesitan. Para practicar un deporte, para bailar, para jugar a los naipes y conversar, para pasar el tiempo sin más, pero que al fin de cuentas se necesitan.
Ese modelo de club (el social, el de barrio) es el que piensa reactivar Damián "El Mono" Bustos en Villa Parque, el lugar en el que pasó su infancia. Hace dos semanas, Bustos (36 años, tres hijos, de profesión cadete) imprimió carteles convocando a una asamblea y los pegó en las paredes del barrio.
El sábado por la noche, en el salón ubicado en la calle Realicó al 2100, una decena de personas se juntó para determinar cuáles son las prioridades para arreglar las instalaciones y darle vida a lo que alguna vez fue la Asociación Vecinal Villa Parque.

 

El recuerdo de un niño.
"Estoy desde chiquito, empecé viniendo los domingos a la casa de mi abuela, y cuando tenía 12 años me vine a vivir con ella, en Hucal y Rucanelo, el corazón de Villa Parque. Me acuerdo de los festejos del Día de la Tradición, las esquinas despobladas en donde se paraban los caballos que después iban a desfilar. Me acuerdo de los parques de diversiones que traían el gusano loco, la montaña rusa, los juegos. Yo atendí la cantina en los últimos bailes que se hicieron. Era el año 98 y ya se veía que la población no se interesaba, que había un dejo social, mucha violencia en el medio que hizo que se fueran perdiendo los bailes populares de Villa Parque", dice Damián en el centro del salón al que le falta, entre otras tantas cosas, el cielorraso.
El salón del club Villa Parque está sumergido en un abandono triste. Alcanza con ver la puerta de entrada, de chapa vieja y oxidada, a la que hay que darle una patada para poder abrirla. Sobre el escenario, en donde seguramente habrán pasado cantores populares y grupos de danza, solo quedan pegadas sobre la pared algunas letras de papel que hasta hace un tiempo formaban la palabra 'Bienvenidos'.
En la cantina una heladera gigante de varias puertas está en silencio y las sillas plásticas, partidas y resecas, están cubiertas del polvo que se cuela por las ventanas rotas. Solo algunas postales.

 

La caída.
"Pasaron 15 años y no se hizo nada. Pasaron un montón de comisiones y algunos vecinos piensan 'éstos se van a robar todo'. Realmente es dificilísimo juntarlos porque están descreídos. Y algo de razón tienen al pensar así. Por acá pasaron muchos políticos en tiempos de campaña para decir que iban a arreglar el club y lamentablemente esto sigue en las mismas condiciones o peor. Este barrio es un lugar completamente alejado, donde hay necesidades sin satisfacer. Hacen falta cloacas, cordón cuneta, alumbrado público, gas natural, agua potable. Estamos en el 2016 y hay gente que tiene que sacar agua con una manguera negra porque no tiene la conexión de agua en el barrio ¿podés creer?", agregó Bustos, que en el año 2013, junto a otros vecinos del bario, ganó por 35 votos la conducción de la Comisión Vecinal.
"Todas esas cosas me fueron acercando más al vecino. Cuando yo era chico participaba porque estaba mi viejo. Después fui creciendo, tuve mi familia y hace cuatro años que estoy en la Comisión Vecinal. Esto tiene que ver con el compromiso. A mí me lo despertó el gobierno anterior (el de Néstor Kirchner y Cristina Fernández), eso me marcó y me hizo pensar que se pueden hacer cosas por el otro y más en este barrio".

 

-¿Por qué pensás que la gente necesita tener un club en el barrio?
-La gente necesita un club porque es el lugar adonde vos venís a recrearte, a distraerte. La gente del barrio necesita lugar de encuentro. Venir acá, sentarte en tu mesita, escuchar un grupo de folklore, comerte una empanada, jugar un bingo, festejar un cumpleaños de 15 con los familiares. Eso es para mí muy importante y más en este club que supo albergar a muchísima gente y contenerla. Hace 15 años que eso no pasa.

 

-Un grupo de vecinos se juntó la semana pasada ¿Qué decidieron?
-Hicimos una asamblea barrial que no fue grande pero sí fructífera. Quedamos en juntarnos el próximo viernes a las 20 acá en el club. Nos comprometidos a que cada uno traiga otro vecino para contarle de qué se trata este proyecto. Esto hay que hacerlo entre todos, no solamente la comisión directiva. Tenemos que decidir cuáles son las prioridades del club. Ver si primero ponemos las aberturas, o arreglamos los baños o el sistema eléctrico. Eso es lo más genuino y democrático que puede haber.

 

'
'