Jueves 26 de junio 2025

Estudian los orígenes de los pampeanos

Redacción 27/06/2017 - 11.00.hs

Los primeros resultados de una investigación que está desarrollando un equipo de científicos de La Plata muestran una alta presencia de ADN aborigen por parte de madre en la mayoría de los argentinos. En algunas regiones del país el porcentaje llega al 99 por ciento; en otras, caso de la llanura pampeana y ciudad de Buenos Aires, a un 50 por ciento. "Si tenemos que resumir la foto del argentino promedio, debe decir que es una persona con madre india y padre europeo", sintetizó el director del proyecto.
El trabajo de investigación se denomina "Aportes continentales diferenciales en la conformación de las poblaciones de América Latina" y está a cargo de Claudio Bravi y Graciela Bailliet, ambos investigadores independientes del Instituto Multidisciplinario de Biología Celular (Imbice), un centro de investigaciones "triple comando" que depende del Conicet, de la Universidad Nacional de La Plata y de la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires.
El equipo que está instalado en La Pampa recolectando las muestras de sangre, está integrado por el licenciado en Biología de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata, y doctor en Ciencias Naturales, Claudio Bravi, la bióloga Julieta Beltramo, la licenciada en Biotecnología y Biología Molecular, Eliana Aquilano, y la bióloga Daniela Rodríguez Golpe. Aquilano está realizando su tesis doctoral en el análisis de muestras que se tomarán también en Neuquén y Río Negro.

 

Ancestros aborígenes.
"Es un proyecto 'paraguas' que intenta arrojar un poco de luz sobre la historia demográfica de Argentina, y si tenemos suerte, de países vecinos", explicó a LA ARENA Claudio Bravi, coordinador principal del proyecto, en una visita a esta Redacción. La intención es "cuantificar los aportes indígenas y de inmigrantes de ultramar en la configuración de nuestras poblaciones, que son muy heterogéneas", detalló. El componente nativo, africano o europeo, "tiene una distribución diferencial muy importante depende de qué parte del país te ubiques".
Esa es la foto macro que el equipo quiere armar: cuánto de estas tres ramas hay que cada lugar de Argentina. Después vienen las fotos de detalle: "A la fracción que es de origen nativo y africana la estudiamos con mucha mayor profundidad. La africana para entender un poco más de esa época borrosa del tráfico de gente con fines comerciales, y el componente nativo para recuperar una parte importante que está perdida, porque muchas poblaciones indígenas desaparecieron como un aislado biológico o socio cultural, pero están sus hijos o sus nietos", detalló el coordinador, recordando que la población criolla actual se originó por el mestizaje del europeo, el africano y el indio.
"El criollo mendocino va a ser distinto del criollo correntino, porque el aporte indígena de cada región fue distinto", remarcó. Para recuperar cómo y cuánto fue ese mestizaje es que "analizamos en profundidad el componente nativo en toda Argentina".

 

En el Centeno.
El proyecto lleva 10 años de recolección de muestras y elaboración de resultados preliminares. La Pampa es la décimo tercera provincia que visitan y la primera de la región norpatagónica. Los científicos comenzaron a trabajar en Santa Rosa la semana pasada -dos de ellos estuvieron en el hospital Molas, y los otros en el Evita- y durante esta semana dos de las chicas irán al hospital Centeno de General Pico.
En su primera semana de trabajo el equipo recolectó más de 150 muestras, un número que los sorprendió por el alto grado de receptividad que tuvo la propuesta entre quienes concurrieron al hospital a donar sangre o a hacerse un estudio bioquímico.
"Hay que aclarar que no volvemos a pinchar a la persona sino que tomamos una pequeña fracción de la muestra de sangre que se sacó para donar o para el estudio", aclaró Bravi. Previamente, los investigadores le explican a quienes están esperando su turno para la extracción cuál es el objeto de la investigación y lo consultan si quieren participar de ella. "Si acepta, se le hace firmar el consentimiento por escrito y le damos el tubito para que ahí se guarde una fracción de la muestra. Prometemos que en un año, año y medio, le devolvemos el resultado personal en un sobre cerrado con su nombre, y también los resultados globales".
La intención de Bravi y su gente que en los tres hospitales pampeanos se coloquen pósters con gráficos de torta donde se vea cuáles fueron los resultados obtenidos a partir de los donantes de ese lugar. "Vamos a mostrar sobre el total de la población qué fracción de la población total de Santa Rosa tuvo linaje maternos africanos, europeos o nativos; y qué fracción de los linajes paternos tuvo tal o cuál origen".
"Nos ha sorprendido la excelente recepción que hemos tenido; hay una muy baja tasa de rechazo de la gente en Santa Rosa. En otros lugares nos ha costado mucho más, por desconocimiento, por ignorancia, por algún efecto contagio", comentó Bravi.

 

ADN materno.
De cada muestra de sangre, los investigadores extraen el ADN de la persona y analizan lo que se denomina "ADN mitocondrial", que es una información genética que solo transmiten las mujeres. "Mi ADN mitocondrial es el que me pasó mi madre, que es igual de su abuela materna, y la mamá de mi bisabuela, y así para atrás por muchas generaciones", siempre siguiendo la línea de las mujeres.
"La única diferencia entre mi ADN mitocondrial y el de mi ancestro directo por vía materna 10.000 años atrás son las mutaciones que se acumularon por errores estocásticos a lo largo del tiempo, que tenemos solamente ese grupito de linaje". Estas variaciones en el código genético "nos permiten diferenciar mi linaje materno del de otro". Yo y mis primos maternos tenemos exactamente el mismo ADN mitocondrial. Mis hermanos, los hijos de mis primas mujeres, van a ser portadores del mismo linaje".
Para estudiar el aporte masculino, se analiza el cromosoma Y, que solo tienen los varones y que se transmite de padres a hijos. "En total tenemos muy poquita información del total del genoma", aclaró Bravi.
"Pensémoslo de este modo -planteó-: si nos vamos 10 generaciones para atrás, tenemos 1.024 ancestros distintos: 2 padres, 4 abuelos, 8 bisabuelos, 16 tatarabuelos y así sucesivamente, pero solamente 2 de esos ancestros nos dieron el ADN mitocondrial y el cromosoma Y".
Aunque la foto es "muy parcial", aporta mucha información, y muy valiosa. "Una secuencia mitocondrial moderna acumula información de 150.000 a 200.000 años para atrás", destacó Bravi. "Entonces leyendo una secuencia contemporánea podemos reconstruir muchos eventos de migración y de contactos del pasado".
Como ejemplo, Bravi señaló que "los indígenas chaqueños de hoy en día tienen linajes mitocondriales distintos de los mapuches, distintos de los coyas, y distintos de los guaraníes". Esto permitirá individualizar cada uno de los pueblos aborígenes que ocupó nuestro territorio e incluso, los propios mestizajes entre ellos.

 

El indio que todos llevamos
Los resultados preliminares de la investigación arrojan datos sorprendentes por el alto índice de presencia aborigen en la mayoría de los argentinos. También por una fracción africana no tan alta pero sí importante.
"En nuestro muestreo -comentó Bravi-, los valores más bajos de componente nativo por vía materna los encontramos en Mendoza, con 75 por ciento". En provincias como Salta y Jujuy, la fracción aborigen materna llega al 99 ó 100 por ciento, en Tucumán al 80 y en Santiago del Estero, al 90.
Eso es lo que corresponde al ADN mitocondrial, el que se transmite por la vía materna.
"La historia es completamente distinta para el cromosoma Y", remarcó Bravi. "Ahí encontramos menos del 10 por ciento, salvo Salta y Jujuy, que tienen un 40 por ciento, de componente nativo por linaje paterno".
"Si tengo que poner un resumen de la historia de la población argentina te diría: papá italiano y abuela criolla de raíces indígenas", sintetizó el investigador.
"Mi interpretación es que en el último gran boom poblacional, que fue el ingreso europeo entre 1860 y 1915, entraron 160 varones por cada 100 mujeres. No eran célibes, sino que se juntaron con la población disponible, sea criolla o lo que estuviera disponible. Eso ya da un desbalance muy importante" a favor de la presencia aborigen.
Pero la historia de ese desbalance comienza antes. "En los primeros 100 años de la Colonia no vinieron mujeres, o vinieron mujeres casadas". Entonces los varones que llegaban de Europa buscan su pareja femenina en la población disponible, que era mayormente de mujeres indias.

 

Guerras.
Otro elemento de análisis es que en las guerras, los que más mueren siempre son los hombres. Entonces se produce otro desbalance a favor de las mujeres. "Si sumás todo eso hace que el componente paterno de raíz indígena sea muy bajo, pero el materno se conserva muy alto".
"La gente se sorprende cuando decimos que el 80 por ciento de los tucumanos tiene ADN mitocondrial materno. En Buenos Aires, nos da 50 y 50. Es decir, si vos tomás dos argentinos al azar en Buenos Aires, uno tiene ADN mitocondrial europeo y el otro indígena".
Y de cada 100 porteños tomados al azar, 3 tienen raíces africanas. Otro dato que sorprende.

 

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