Lunes 23 de junio 2025

Asperger en primera persona: "yo sabía que era diferente"

Redacción 19/02/2018 - 01.35.hs

El 18 de febrero de 2018 se conmemoró el Día Mundial del Síndrome de Asperger en honor a Hans Asperger, un pediatra nacido en Austria, cuyo estudio le mostró al mundo la existencia de esa condición. Mónica Villarreal, una vecina de Santa Rosa, fue diagnostica hace unos años atrás. En diálogo con LA ARENA, comentó su experiencia de vida.
En sus palabras, Mónica, licenciada en química y bioquímica de profesión, definió al síndrome cómo "un conjunto de condiciones o síntomas que están relacionadas con las habilidades sociales".
Hans Asperger nació el 18 de febrero de 1906 en Viena, Austria. En 1944 realizó un estudio en chicos, donde encontró condiciones semejantes y las agrupó. El caso fue publicado, sin embargo en aquel momento no se le prestó atención.
El pediatra austríaco murió en 1980. Un año después, en 1981 una médica inglesa publicó su investigación con éxito y fue el puntapié inicial para que la problemática comience a visualizarse."En el 2006, cien años después de su nacimiento, se buscó una fecha internacional para hablar de Asperger", comentó Villarreal.
Según la Asociación Asperger Argentina (AsAAr) el síndrome de Asperger es "una condición del neurodesarrollo. Una variación del desarrollo que acompaña a las personas durante toda su vida". Según la AsAAr, el síndrome influye en la forma en que las personas dan sentido al mundo, procesan la información y se relacionan con los otros.
La condición, tiene mayor incidencia en varones que en mujeres, y en éstas se manifiesta de manera más sutil y encubierta.

 

Manifestación.
"Se manifiesta en las relaciones sociales", dijo la bioquímica. A modo de ejemplo, comentó que a menudo, principalmente en menores, cuesta interpretar la comunicación gestual y los sentidos vinculados a las palabras. "Los dichos que comúnmente aplica y usa la sociedad, luego de escucharlas y escucharlas, vamos aprendiendo qué quieren decir y qué significan", dijo la licenciada en diálogo con este diario.
"Hay una mirada distinta, visto desde la parte neurobiológica, una conexión diferente donde el cerebro se prepara de otra manera que la mayor parte la gente", especificó. Por ese motivo, los adultos pueden detectar el síndrome en los menores.
"Lo ven en rutinas porque tienen preferencias sobre un solo tema, porque no les gusta jugar con otros chicos, porque los juguetes los utilizan de otra forma, no haciendo representación de la vida diaria sino por movimientos", comentó Villarreal.

 

Testimonio.
Nacida en 1960 en Santa Rosa, Mónica vivió su infancia y adolescencia en la capital pampeana mientras que el 1978 se trasladó a La Plata para cursar sus carreras universitarias.
Si bien sus rutinas transcurrieron en un contexto normal señaló "yo sabía que era diferente del resto". Principalmente le gustaban cosas que no podía compartir con sus pares, como por ejemplo, el boliche bailable.
"Una de las características es esa, la alteración por luces y la música fuerte, los fuegos artificiales, los imprevistos. Me alteran mucho los cambios de situaciones cuando de pronto estás esperando algo y de repente te lo cambian" dijo. "Transcurrí mi primario con mucha diferencia, porque me sentía distinta y no tenía respuestas", agregó.
"En el secundario hubo varias cosas que no las podía compartir con el resto, pero siempre tuve un amigo cómplice que me permitió movilizarme por la vida y que me ayudaba desde afuera sin problemas", sostuvo.
Pasados los 50, llegó la respuesta. Relacionada con algunas características, motivó un estudio con una neuróloga. "Me realizó el test y me clasificó como Asperger".
En la actualidad, Mónica forma parte de una asociación sin fines de lucro, grupo "de padres y madres por la Inclusión", cuyos hijos o parientes cercanos tienen alguna condición relacionada con el Trastorno Espectro Autista (TEA) y dislexia.
"Cuando la detección es precoz, la terapia es muy importante, porque la plasticidad del cerebro logra que los chicos salgan del espectro y dejen de ser Asperger. La buena orientación sobre qué hacer y cómo tratar, qué actividades físicas son las apropiadas y el apoyo entre los padres, y los adultos sirven para sostenernos mutuamente", finalizó.

 

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