Viernes 04 de julio 2025

Diego Dal Santo impulsó que Santa Rosa tenga una calle Maradona

Redaccion 19/12/2020 - 21.16.hs

Santa Rosa tiene la primera calle que en el mundo lleva el nombre de Diego Armando Maradona. Se suma a enorme cantidad de publicaciones, series televisivas y películas que refieren a la vida del «10».

 

MARIO VEGA

 

Se va a cumplir en estos días el primer mes del fallecimiento de Diego Armando Maradona. Hay que decir que vivimos en medio de una vorágine en la que cada día un torbellino informativo nos arrasa trayéndonos más malas que buenas noticias, y es sin dudas un año singular de la historia -y de nuestras propias historias- en la que todo sucede con una velocidad que no nos da tiempo siquiera a acomodarnos. Por eso la muerte de Maradona -más allá que su existencia va a trascenderlo todo, a la manera de Gardel, Perón y Evita-, paulatinamente va siendo aceptada como algo que debía suceder.
Más allá que los programas televisivos sigan prendidos a los culebrones que se desglosan para saber cómo murió -y a qué sucederá con la sucesión y lo que reclaman sus herederos, ex mujeres, hijos, hermanas, abogados, etcétera-, la desaparición física de Diego se va tomando más naturalmente.
Si hasta el viento huracanado de estas horas que devastó parte de la provincia, llevándose techos, arrancando árboles como si fueran de papel, y provocando el caos durante algunas horas, casi parece una metáfora de este año que agoniza. Este que casi todos estamos esperando que termine de una buena vez, deseando que el porvenir nos entregue mejores tiempos por vivir.

 

El paraíso de los mitos.

 

Será Navidad el viernes próximo, cuando se cumpla el primer mes de la muerte del astro del fútbol mundial. Uno de esos acontecimientos que impactan en toda una sociedad pero que, además, trascendió de singular manera en todo el universo. Porque seguramente otros fallecimientos golpearon a la gente en determinados escenarios y momentos… hubo personajes que al morir pasaron a ser leyenda y a integrar el paraíso de los mitos, como Carlos Gardel, Evita, Juan Domingo Perón y ahora Diego Armando Maradona.
Habría que admitir no obstante que en el caso de los tres primeros -si bien sus decesos trascendieron enormemente- no alcanzaron la repercusión mundial de la muerte del Diez.

 

Del pibe de Fiorito a Maradona.

 

Ese miércoles 25 de noviembre -a pocos días de haber cumplido sus 60 años-, cuando alrededor de las 13 empezó a circular la noticia que había muerto Maradona la primera impresión fue de conmoción, de una enorme incredulidad para los argentinos, pero también -paradójicamente- para muchos fue la sensación que no era más que la confirmación de una muerte anunciada.
Ni vale la pena replicar en estas pocas líneas lo que la noticia produjo en todo el mundo… Hubo incesantes muestras de dolor y reconocimiento a una existencia que estuvo expuesta descarnadamente -no sólo en lo futbolístico- todo el tiempo, desde que el protagonista dejó de ser el pibe de Fiorito para transformarse en la megaestrella mundial Diego Armando Maradona.

 

La profunda tristeza.

 

En esas horas posteriores a la muerte de Maradona -supongo que a todos nos habrá sucedido que se nos cruzaran imágenes y situaciones diversas- no pude menos que retrotraerme al Mundial ’94, cuando la enfermera rubia se lo llevó de la mano rumbo al cadalso para entregárselo a los que lo estaban esperando para acabar con él…
Recuerdo con precisión donde estaba en el preciso momento que FIFA confirmó el doping positivo de Diego, y el balde de agua fría que sacudió a todo un país… y todavía reaparece al evocar aquello la angustia y la sensación de desamparo -que no puedo explicar por cierto- que nos entristeció y nos cambió el humor. Aún tengo muy presente las lágrimas incontenibles de un entonces muy joven periodista -hoy avezado hombre de los medios- que no pudo continuar y tuvo que retirarse porque no podía seguir trabajando.

 

Amando a Maradona.

 

Aquel novel periodista amaba como tantos -lo amó hasta el final- a Maradona futbolista, al personaje rebelde, al contestario, al contradictorio… A todo lo que representa aún Diego Armando Maradona.
Esta vez, cuando se supo que el corazón del Diez había dejado de latir la confusión fue parecida. Era el final. Después vendrían las elucubraciones… que se sentía solo, que estaba cansado de peleas y rencillas que lo tenían como eje… Si hasta dicen que se dejó morir para, al fin, descansar en paz.
Lo cierto es que para muchos fue un golpazo tremendo del que recién ahora, lentamente, se van pudiendo recuperar. Aunque el dolor siga allí, casi tangible.

 

El abogado maradoniano.

 

Diego Andrés Dal Santo (39) es un abogado santarroseño que trabaja en el Poder Judicial de la provincia y un fanático incurable de Diego Maradona. Es el hombre que tuvo la iniciativa -que pudo concretar- para que Santa Rosa se convirtiera en la primera ciudad en tener una calle con el nombre de su ídolo.
Fue a fines de 2005 que el Concejo Deliberante de Santa Rosa aprobó, por unanimidad, un proyecto presentado por Dal Santo para que se designe con el nombre de Diego Armando Maradona una calle de la zona oeste de esta capital. Se trata de una iniciativa que había presentado en 2003, de la que se hizo eco el concejal peronista José Luis Sander, que la impulsó hasta que se aprobó.
Al momento de votarse hubo medios nacionales que confundieron a Dal Santo como el legislador que había dado forma al proyecto, pero en realidad era un simple ciudadano -entonces estudiante de Abogacía- que ejerció su derecho y lo presentó.

 

Todas las camisetas, todas.

 

Por estos días, sentado en el living de su vivienda, Diego Dal Santo acepta contar qué le pasa ahora, precisamente después del fallecimiento de Maradona.
Mientras charla va poniendo sobre la mesa decenas de camisetas con modelos que alguna vez se puso el astro del fútbol mundial: la que usaba cuando debutó en la primera de Argentinos Juniors, la de Boca campeón 1981, otras -varias- de Barcelona, Nápoli, Sevilla, y todas con las que hizo historia con la Selección Argentina, incluyendo las emblemáticas del campeón mundial juvenil de Japón ’79; las que lució en México ’86, las del Mundial ’90; la de Newell’s, las que lució en su regreso a Boca Juniors… todas, y todos los modelos.

 

¿Quién es Diego Dal Santo.

 

Diego (Dal Santo digo) es futbolero, hincha de Boca y de All Boys. Jugó al fútbol dirigido alguna vez por Tito Mansilla y también por Floro Domínguez en inferiores. «Jugaba de ‘5’, y me gusta, y hasta tuve la oportunidad de ir a probarme a Banfield. Pero fue en ese momento que decidí que lo mío iba a ser jugar aquí y nunca profesionalmente: ¿sabés por qué? Eran las primeras salidas, tocó un cumpleaños de 15 y decidimos con otro amigo no viajar… y bueno, quedó estudiar y ahora jugar en el torneo de Profesionales», dice con una sonrisa. En un tiempo se unió al grupo de Abogados en La Barranca, y ahora lo hace en Contadores dirigido por Daniel Petrucci.
Hijo de Carlos (jubilado en la Justicia) y de Elisa (maestra, fallecida hace 4 años), tiene un hermano, Juan Manuel. Está en pareja con Laura y tienen una hijita, Alma, de dos años y medio.

 

La pasión.
El papá Carlos es fanático de Boca Juniors y de All Boys -y con él comparten las idas a la cancha-, y sería quien le iba a transmitir su pasión por los colores azul y oro y por Diego Maradona.
«Yo nací un mes después que él sale campeón con Boca en el ’81… sale campeón el 16 de agosto y yo nací el 15 de septiembre, así que un mes… Y bueno, papá me puso Diego por Maradona», cuenta ahora.
Al volver sobre su idea de darle el nombre del astro a una calle de su ciudad, indica que la idea le vino de «mirar una publicación donde unos chicos de Bariloche le colocaron su nombre a un arroyo: simplemente le pusieron un cartel que decía ‘Diego Maradona’. Y entonces me surgió lo de la calle. Fue un proyecto de poquitas líneas, hasta que finalmente salió aprobado. Pienso que está bueno que esos homenajes se hagan en vida», afirma.

 

«No pude ir a trabajar».

 

Nuestro Diego venera a Maradona, pero en su fanatismo no incurre en desconocer a distintos ídolos, ni reniega de la grandeza de otros futbolistas: «Para mí Diego fue fantástico, grandioso… pero no por eso niego a Pelé, a Messi ni a Cristiano; ni a tantos otros… No tiene nada que ver. Y además tampoco lo juzgo a Diego, como muchos hacen hablando de su vida privada. Creo que vivió como pudo con todo lo que le tocó y por eso soy incondicional de Maradona», dice por si hiciera falta confirmarlo.
Ante la pregunta de cómo lo golpeó la muerte del «10» expresa lo que es esperable: «Estaba mirando la tele cuando lo dijeron… empecé a temblar y me invadió una gran tristeza, un enorme dolor. ¿Te confieso? Fue apenas un escaloncito por debajo de lo que sentí hace cuatro años cuando falleció mi mamá», reconoció.
«¿Si pensé que podía sucederle esto? No, creí que como otras veces iba a salir. Pero no pasó», expresa.
No oculta su pena, y admite que debió pedir un par de días en su trabajo, «y hasta mantuve el celular apagado por algún tiempo», completa.
Le pregunto si su esposa lo entiende y evalúa: «Creo que Laura es una gran compañera, que está a mi lado pero no sé si me comprende… más teniendo en cuenta que cuando pasó lo de mi mamá, con todo el dolor que eso significa, no lloré… y esta vez…», manifiesta, y ahora sí se queda sin decir nada.

 

Lo que viene.

 

Desde hace bastante tiempo Diego Dal Santo trabaja en un libro estadístico sobre la carrera del capitán de la Selección campeona del mundo en México ’86. «Lo tengo casi terminado en general, pero desde la Editorial me han pedido que le haga algunos agregados y espero tenerlo listo para los primeros meses del año que viene», explica.
El abogado y también músico santarroseño viene recolectando datos de la carrera de Maradona desde sus comienzos en Argentinos Juniors hasta su retiro en Boca Juniors. «Hago hincapié en el Diego jugador, con detalles de cada uno de los casi 900 partidos que jugó en toda su carrera, tanto en clubes como en selecciones juveniles y mayores, e incluso se suman algunos amistosos. La verdad es que siempre me gustaron las estadísticas, pero me han pedido que incluya además algunas anécdotas», confió.

 

Signorini y Arcucci.

 

Entre otras curiosidades, Dal Santo se contactó con la Federación Española de Fútbol para que le informen si un gol que Maradona había hecho con la camiseta del Sevilla se lo habían adjudicado a él o el árbitro lo había dado en contra, debido a que se trataba de un tiro libre que se había desviado en la barrera.
Además, el texto tendrá el prólogo de una de las personas que más conocieron al jugador, como es el preparador físico Fernando Signorini. Fue precisamente el profe que lo trajo a La Pampa a entrenar previo al Mundial de Estados Unidos 1994.
El otro protagonista del prólogo será el periodista Daniel Arcucci, quien en esa época también anduvo por Santa Rosa cubriendo para la revista El Gráfico.
El libro está en la etapa final, y Diego espera que la editorial Planeta finalmente lo edite para ofrecerlo al público maradoniano.

 

Una leyenda.

 

Esta tolvanera que soportamos, este año de pandemia que tuvimos que afrontar, se llevó a muchas personas valiosas, familiares, amigos y conocidos. Y casi como una alegoría arrastró a un personaje singular, mítico -amado y odiado en un sino incomprensible-, como Diego Armando Maradona. El astro que se fue para transformarse en leyenda… nada más, ni nada menos.
«Diego Armando Maradona fue adorado no sólo por sus prodigiosos malabarismos sino también porque era un dios sucio, pecador, el más humano de los dioses. Cualquiera podía reconocer en él una síntesis ambulante de las debilidades humanas, o al menos masculinas: mujeriego, tragón, borrachín, tramposo, mentiroso, fanfarrón, irresponsable. Pero los dioses no se jubilan, por muy humanos que sean. Él nunca pudo regresar a la anónima multitud de donde venía. La fama, que lo había salvado de la miseria, lo hizo prisionero. Maradona fue condenado a creerse Maradona y obligado a ser la estrella de cada fiesta, el bebé de cada bautismo, el muerto de cada velorio. Más devastadora que la cocaína es la ‘exitoína’. Los análisis, de orina o de sangre, no delatan esta droga». (Así lo describía en «Cerrado por fútbol» el uruguayo Eduardo Galeano).

 

«Diego me saludó sólo a mí».

 

Diego Dal Santo no conoció personalmente de cerca a Maradona, aunque obviamente lo ha visto infinidad de veces en televisión, y miró mil veces el mejor gol de todos los mundiales.
«Yo tenía nada más que cuatro años para el Mundial de México, y si bien no recuerdo detalles exactos del gol en ese momento… aunque lo vi montones de veces con los años, sí recuerdo que ese día miraba el partido con mi papá un amigo que casi nos rompe la casa», se ríe.
«Estaba el ‘Gaucho’ Cantarutti (el oftalmólogo) en casa cuando Diego le hizo el segundo gol a los ingleses… en ese momento él se empezó a parar en la silla mientras Maradona iba llegando al área, y cuando convirtió se cayó con la silla hacia atrás y tiró una repisa con un montón de objetos y algunos se rompieron», precisa esa anécdota aunque de la jugada en ese instante sólo tiene un vago recuerdo.
Si bien confiesa que no tuvo la oportunidad de tenerlo bien cerquita a Maradona, tiene muy clarito que una vez el «10» lo saludó solamente a él en medio de la multitud… «Sí, tal cual. Resulta que fuimos con mi papá a la despedida en la Bombonera… estábamos en un codo de plateas para visitantes, atrás de uno de los arcos cuando Diego vino a tirar un corner: la gente se volvía loca, y ahí levantó la mano saludando. ¡Te juro que me saludó a mí!», dice totalmente convencido. «De verdad te digo… era cómo que en medio de la multitud estábamos solamente Diego y yo en la cancha», reafirma.
Hoy en día, mientras termina su libro, Dal Santo mantiene posteos constantes en su página de Facebook «Calle Diego Maradona», que cuenta con unos 30 mil seguidores. Allí publica fotos, recuerdos, historias y videos de Diego. Sí, loco por Maradona.

 

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