Lunes 29 de abril 2024

«No volví a acercarme a la Iglesia», dijo Wollert

Redaccion 28/02/2021 - 21.05.hs

(General Pico) – El joven ex seminarista que tiempo atrás denunció haber sido víctima de abuso sexual en el ámbito eclesiástico en la provincia de La Pampa destacó el trabajo que llevó adelante la Fiscalía de General Pico, aún en tiempos de pandemia, y subrayó que las autoridades de la Iglesia, nunca se ocuparon de su caso. «No volví a acercarme a la Iglesia», dijo en diálogo con LA ARENA.
Vicente Suárez Wollert (25 años) es oriundo de la provincia de Entre Ríos, y en noviembre de 2019 denunció haber sido abusado sexualmente por el cura José Miguel Padilla, durante los pocos meses que estuvo en la congregación de frailes Capuchinos Recoletos, de la «Fraternidad de Belén» en Intendente Alvear.
Durante el verano pasado se presentó en Fiscalía y se sometió a una pericia psicológica. Previo a ello, se tomaron diferentes declaraciones y se pidieron informes. La causa la lleva adelante la fiscala Ivana Hernández, de la Fiscalía Temática de Delitos de Género.
El ex seminarista denunció los hechos a través de las redes sociales y más tarde acudió a la Justicia, que actuó con celeridad, allanando el convento alvearense y la iglesia Inmaculada Concepción que dirigía el imputado.
El 29 de noviembre de 2019, el juez de control Alejandro Gilardenghi le formalizó al cura la Investigación Fiscal por el delito de Abuso sexual agravado por su condición de ministro de culto. También le dictó una prohibición de contacto y acercamiento hacia el denunciante. Tras ello, Padilla renunció a su cargo de rector del Instituto Nuestra Señora de Luján de Alvear y se radicó en San Luis.

 

Sin respuestas.
El joven denunciante, en declaraciones a este diario -en el que fue su primer contacto con un medio pampeano- indicó que si bien la pandemia dificultó el avance de la causa, la misma siguió su curso. En este sentido destacó el compromiso de la fiscala Hernández.
«La pandemia también afectó a la causa. El último contacto presencial que tuve con la Fiscalía fue en febrero de 2020 cuando me realizaron las pericias y le correspondía al cura. Entiendo que empezaron después una serie de maniobras dilatorias, porque se traslada a la ciudad de San Luis donde está, y vienen estas intermitencias ante un caso positivo, un contacto estrecho, los aislamientos, ferias extraordinarias, así pasó un año. La Fiscalía en este tiempo de pandemia trabajó mucho por el avance de la causa, siempre se comunicó, me comentó los avances dentro de lo que se puede comentar. Estamos esperando que el sacerdote se realice la pericia psicológica, psiquiátrica, esas son las últimas novedades», relató.
Wollert recordó que el año anterior, al tener la certeza de que el cura se había radicado en San Luis, pidió a las autoridades eclesiásticas puntanas (Obispo Gabriel Barba) «que facilité a la Justicia todos los antecedentes de Padilla durante su estadía en San Luis. Le mandé una carta comentando que los primeros hechos ocurrieron en Villa de la Quebrada y que en virtud de esto inicie una investigación canónica, que tengo entendido que el obispo de La Pampa no la hizo y no la realizará; y que facilite los antecedentes del tiempo que Padilla estuvo en San Luis para saber la verdad. Dijo que recibió la carta y que se estaba interiorizando de esta situación y que Padilla no estaba asignado a una parroquia, como desligándose».

 

Alejamiento.
El joven entrerriano denunció que los hechos ocurrieron entre diciembre de 2015 y mayo del año siguiente. Luego de ello, se fue de la provincia, estuvo en Paraguay dos años, y en enero de 2019 regresó a Argentina.
«No volví a acercarme a la Iglesia, porque además de esto que me tocó vivir con los capuchinos recoletos, vi otras situaciones de abuso de autoridad, manipulación, maltratos, mentiras y estafas. Me dije a mi mismo que no podía congeniar lo que sentía y vivía con lo que estaba viendo y viviendo. Esto no quita que dentro de la Iglesia haya gente muy buena y que de hecho la hay». aseguró.
«Cuando yo denuncié, estuvieron conmigo los pecadores, todos aquellos para los que dentro de la Iglesia no había lugar. Y me pregunto ¿dónde estuvo la Iglesia durante todo este tiempo?. Por qué las pocas veces que dieron declaraciones las autoridades eclesiásticas, fue para desligarse de la responsabilidad, como el obispo de San Luis o el de La Pampa, que dice que no tiene antecedentes», agregó.

 

Más liviano.
Wollert apenas tenía 19 años cuando estuvo en la congregación que dirigía Padilla. Hoy tiene 25 años y vive en Santa Fe, donde trabaja y estudia el profesorado de educación espacial.
Mientras la causa sigue avanzando, trata que su vida «transcurra con la mayor tranquilidad», y se siente «con mucha esperanza y confianza de que se va a resolver de la mejor manera».
También dio cuenta que con la denuncia se sacó «un gran peso de encima» y además le dio «el lugar a otros para que puedan expresarse, contar lo que les ha pasado».
En todo este tiempo que se tramitó la causa en los Tribunales piquenses, el joven ex seminarista dijo que «las pocas veces que intenté tender una mano y pedirle colaboración y ayuda a la Iglesia», no la tuvo. Además, fue hostigado a través de mensajes por algunas personas que pusieron en duda su vocación religiosa, cuando «al fin y al cabo, acá no se debate si yo tenía que ser fraile o no, acá se investiga una situación de abuso».
«Cuando salí de La Pampa le escribí al obispo (Raúl) Martín y nunca tuve una respuesta, al contrario, siempre fue estar del lado de los abusadores. Yo integro la red de sobrevivientes y es ver repetirse la misma manera de operar con cada uno de ellos. Para mi ya no hay lugar en la Iglesia y ya no lo necesito ni lo quiero», contó.

 

' '