Jueves 26 de junio 2025

“Buscamos generar concienciaa través de distintas ideas”

Redacción 24/09/2024 - 00.21.hs

Un grupo de profesionales llegó desde España para participar del 16º Congreso Latinoamericano de Hidrogeología. Desde hace ocho años realizan el “hidrogeodía”, una jornada de divulgación por el Día Mundial del Agua, abierta a todas las personas.

 

“El hidrogeodía es una experiencia de una jornada, durante la cual los hidrogeólogos intentamos mostrar e informar a la comunidad cuál es nuestro trabajo y explicar la importancia de las aguas subterráneas, de dónde provienen y cómo podemos preservarlas”, explicó Nuria Naranjo Fernández. Iniciada en 2016, esta actividad, se desarrolla actualmente en casi todas las regiones de España, en el contexto del Día Mundial del Agua, que se celebra cada 22 de marzo.

 

Luego de ofrecer una detallada disertación sobre tan singular iniciativa, esta joven doctora que trabaja en el Instituto Geológico y Minero de su país e integra la Junta Directiva del grupo español de la Asociación Internacional de Hidrogeólogos (AIH) dialogó con LA ARENA. “Es nuestra primera vez en el congreso latinoamericano y vinimos para divulgar lo que estamos haciendo en España”, comenta.

 

El hidrogeodía es un invento español que progresivamente está extendiéndose por distintos países de Europa y otros continentes, aunque todavía no se ha realizado en Argentina. “Copiamos la idea de la Sociedad Geológica, que implementaba una actividad similar para divulgar la geología en general, mediante visitas a sitios emblemáticos como yacimientos fósiles o fallas vinculadas a movimientos sísmicos, por ejemplo”.

 

Durante fines de marzo y principios de abril, los hidrogeólogos españoles organizan estas salidas “por algún espacio abierto en el campo, en instalaciones como una planta embotelladora, perforaciones, manantiales, fuentes de agua emblemáticas, restos arqueológicos romanos de antiguos acueductos, distintos sitios que sirvan para mostrar este recurso tan importante”.

 

Singular excursión.

 

El hidrogeodía resulta un paseo guiado por hidrogeólogos, con varias paradas a lo largo de un recorrido por distintos lugares donde se registran “elementos de interés que nos permiten ofrecer ejemplos prácticos sobre el agua subterránea, explicar las prácticas hidrogeológicas y mostrar los aparatos y equipos que utilizamos para detectarlas”, cuenta Nuria.

 

Las actividades son organizadas “por investigadores y docentes que desean coordinar esta actividad en su ciudad y generan una red de colaboración junto a otros profesores y alumnos voluntarios”. Escogen el lugar adecuado y luego “convocan a vecinos y vecinas interesados en hacer la excursión, a través de las redes sociales y haciendo difusión de la actividad mediante carteles”.

 

El plan es “abordar la hidrogeología de cada zona, difundir la tarea que hacemos y generar conciencia sobre este recurso tan preciado y la importancia de preservarlo”. En los ocho años que llevan implementando el hidrogeodía “cada vez notamos un mayor entusiasmo entre las personas que asisten. Generalmente, los participantes quieren repetir la experiencia y nos piden que les avisemos cuando organicemos de nuevo”, asegura.

 

Reservas mermadas.

 

“En España la hidrogeología lleva muchos años trabajando y existe un acabado conocimiento sobre nuestras aguas subterráneas, aunque a veces resulta difícil controlar los usos locales”. El país cuenta con una Ley de Aguas que regula todo el dominio y los usos hidráulicos de ríos, lagos, lagunas y acuíferos, desde la administración hasta su gobierno mediante organismos de cuenca. “Cualquier ciudadano o empresa que quiera perforar un pozo debe solicitar permiso y declarar para qué lo utilizará”

 

La península ibérica es un territorio “con clima semiárido y períodos húmedos y secos intercalados irregularmente en el tiempo, y en las épocas de sequía nuestra primera opción son las aguas subterráneas”. A pesar de que se implementan rigurosos controles sobre el uso, en España se observa “una tendencia de disminución del agua subterránea, porque se extrae más volumen del que puede reponerse por pluviometría. Los períodos de sequía sumados al uso agrario van haciendo descender poco a poco el caudal y evidentemente las reservas ya no son las que teníamos en los años ‘60”, concluye.

 

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