Diez años preso por abusar de su hijo
Un padre fue condenado a diez años de prisión por ser autor del delito de abuso sexual con acceso carnal, agravado por haber sido cometido por un ascendiente y contra con un menor de 18 años, aprovechando la situación de convivencia preexistente. La víctima fue su hijo de nueve años al momento de los hechos.
La condena fue dictada por el juez de audiencia santarroseño Carlos Besi en un segundo juicio, ya que la sentencia del primero -en el que el imputado fue absuelto- había sido anulada por el Tribunal de Impugnación Penal. El padre, de 52 años, registra antecedentes penales, pues había recibido ocho meses de prisión en suspenso por el delito de lesiones leves agravadas por el vínculo, en un expediente donde la víctima fue la misma.
Besi dio por probado que el acusado, "sin poder precisar oportunidades, circunstancias, ni tampoco fechas, pero sí con anterioridad a la denuncia", abusó sexualmente de su hijo en la vivienda familiar.
El magistrado dispuso mantenerle al agresor la restricción absoluta de acercamiento y de cualquier tipo de contacto con su hijo hasta la finalización de proceso; y la obligación de presentarse en la comisaría de la localidad donde vive una vez por semana. A su vez, ordenó su detención inmediata cuando la sentencia quede firme.
Durante los alegatos, el fiscal y la fiscala de General Acha, Juan Bautista Méndez y Paula Duscher, solicitaron una pena de 12 años de prisión; la asesora de Menores, Agostina Pensa, adhirió a ese requerimiento; y el defensor particular, Gastón Gómez, pidió la absolución.
Segundo juicio.
Al momento de evaluar la pena, Besi valoró a favor del padre "sus condiciones personales, su edad, su colaboración durante el proceso, su postura y presencia en las audiencias y que siempre mantuvo una actividad laboral", ya que es comerciante.
En cambio, tuvo en cuenta negativamente "el daño causado al menor, quien recién después de ocho años de realizada la denuncia pudo contar sobre el abuso que padeció y aprovecharse del temor que le tenía su hijo, quien "no podía ejercer ningún tipo de resistencia". También remarcó la afectación a su integridad sexual, "las secuelas y el daño que causaron en la víctima" y que se caracterizara "por el control, el autoritarismo y las conductas violentas hacia todos los miembros de la familia".
Este fue el segundo juicio que se le siguió al padre. En el primero, la misma Audiencia de Juicio de Santa Rosa lo había absuelto por el beneficio de la duda, lo que jurídicamente se denomina 'in dubio pro reo'.
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