El pogo más chico del mundo

Hace unos días un video se hizo viral en redes sociales: en las imágenes se ve a un grupo de chicos tocando "Jijiji", la mítica canción de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en la Escuela N° 57, en General Pico, y un público de niños y niñas con guardapolvos "pogueando".

 

"El jueves, a la una y media de la mañana, me empezó a sonar el celular sin parar, un montón de conocidos que usan Twitter, amigos de Mendoza, Córdoba, San Luis, empezaron a escribirme, a decirme que estaban compartiendo un vídeo de mis alumnos, y yo no entendía nada", contó Diego "Kany" Ulman, profesor de música de General Pico y el responsable de "A la vieja escuela", también conocida como La Escuela de Rock, de donde surge la banda de chicos que se ve (y se escucha) en la filmación.

 

El vídeo comenzó a circular en Twitter, y fue replicado en medios nacionales, como El Destape. "Ese vídeo lo filmé yo. Fue en 2017, fuimos invitados a la Escuela 57 porque en la banda había uno o dos nenes que iban a ese colegio y los querían ver tocar. Hicimos un mini show a la mañana y otro a la tarde. Ese video surge de la del turno mañana, y sucedió lo que se ve. Ahora ese video está dando vueltas otra vez y la verdad que me siento muy orgulloso por mis alumnos", contó Ulman a LA ARENA.

 

El profesor de la "Escuela de Rock" contó que "había pasado algo parecido en ese momento, en 2017, cuando subí el video. Anduvo circulando por páginas de seguidores de los Redondos, pero no fue tanta la reacción como ahora".

 

"Kany" contó que le sorprendió gratamente la reacción positiva ante lo que hacen los alumnos de su academia. "La verdad que estoy más que contento de que se haya hecho viral. Algunos de los chicos que aparecen tocando ya son ex alumnos, porque ya están en el secundario o entraron a la facultad, otros dejaron, pero del grupo original que aparecen ahí solo siguen dos".

 

Aprendizaje.

 

La academia existe desde hace 15 años, y se dedican a estudiar e interpretar exclusivamente repertorio de artistas de rock nacional. "Nunca hago publicidad en ningún lado, los alumnos llegan del boca a boca, o por sucesos que trascienden", dijo el músico piquense. A la "Escuelita de Rock" van chicos no solo de Pico, sino también de otras localidades y llegó a tener hasta un centenar de alumnos.

 

Se dictan clases de guitarra, bajo, batería, piano, ukelele y canto, pero la formación musical no queda solo ahí. "En la escuela también se les enseña cómo plantarse arriba de un escenario, las cuestiones de seguridad que tienen que tener en cuenta al enchufar sus instrumentos y en la prueba de sonido, cosas que hacen que enfrenten problemas como los de los músicos profesionales", contó Ulman.

 

A la escuela van chicos desde los 4 hasta los 15 años, e incluso sus padres se acercan para aprender a tocar rock. "Un día un padre me dijo 'che, me gustaría empezar a tocar la guitarra', y otro también quería, y así que de a poco se fueron sumando, formaron una banda, y hay cinco madres que también armaron la suya. Lo toman como un desenchufe de la vida diaria, y está buenísimo, es más incentivo para los chicos ver a sus papás tocar y cantar".

 

Sólo los chicos.

 

El músico remarcó el impacto positivo que tiene en los niños este tipo de actividades, y que estén acompañados. "Cuando un chico está haciendo cualquier cosa, ya sea deportiva, artística, lo que sea, está haciendo algo interesante para su crecimiento como persona, no hay nada mejor que se puedan expresar. Y el apoyo de la familia y de la gente de tu ciudad, es fundamental".

 

Es por eso que, desde su academia, se hacen muchas presentaciones en vivo. "Se llena de gente cada vez que tocan, y es importante para ellos porque están en un momento en el que tienen que empezar a madurar y esto los ayuda a desinhibirse, a tomarse las cosas con responsabilidad y respeto hacia sus compañeros, a ensayar individual y grupalmente. Y trato de tocar lo menos posible con mis alumnos, porque llega un momento que tienen que tocar solos".

 

Rocanrol del país.

 

Ulman remarcó que hay muchas otras "escuelas de rock" en Argentina, que quizás no tienen tanto reconocimiento. "Conozco a muchos otros profesores que tienen academias y que enseñan rock en el resto del país, en el sur, en Córdoba, y me comunico con ellos cada tanto y charlamos. Me gustaría que se reconozca el trabajo que se hace acá, en el interior de país, porque Dios es argentino y atiende en Buenos Aires, pero los milagros a veces pasan en el interior del país".

 

Y en cuanto a La Pampa, y en particular en Pico, dijo que "quizás no es muy amigable con el rock, pero uno siempre trata de plantar una semilla en su lugar de origen y hacer que crezca. Hay muchos talentos en desarrollo en Pico, y no solo en mi escuela, sino en otras academias, Pico siempre fue cuna de buenos músicos."