“El pueblo es su mayor estorbo”
“El mayor estorbo para este proyecto minero es el pueblo de Uspallata y por eso el gobierno provincial nos mete presos”, lamentó Alder Damián Corsanigo, miembro de las Asambleas por el Agua Pura que cuestionan “la megaminería a contaminante” y rechazan el proyecto de la minera San Jorge para explotar pórfidos de cobre.
En diálogo con Radio Noticias, advirtió que el gobernador Alfredo Cornejo no la tendrá fácil para implementar su plan minero. “Los mendocinos conocemos experiencias como Famatina (La Rioja) y Jáchal (San Juan), y sabemos que Barrick Gold está dejando enormes pasivos ambientales”, aclaró. Si bien “en San Juan el pueblo estaba dormido, escuchó unas cuantas promesas y no opuso resistencia, en Uspallata cada vez se suma más gente que desea preservar nuestro lugar en el mundo. Y por eso nos declaran grupo terrorista y nos meten presos”, reiteró.
Alder nació en Uspallata, tiene 70 años y es panadero. El 24 de enero fue uno de los vecinos que se movilizaron frente a la flamante Cámara de Proveedores Mineros creada por Edgardo Vera, cuando se registraron graves incidentes provocados por barrabravas con pecheras de la Uocra. “Ese día, a las 18, inaguraban la sede de esta cámara y venía el intendente de Las Heras (Federico Lo Presti). En secreto, porque no lo habían anunciado, cortaron la calle e instalaron un escenario”.
“Como cada vez que hay autoridades presentes, nos convocamos con nuestras banderas para expresar el rechazo a la mega minería. Eramos unas 30 personas. Antes del acto, llegaron tres colectivos con militantes de Uocra, aunque no eran trabajadores sino barrabravas de Independiente Rivadavia con pecheras del sindicato. Ingresaron en columnas y se abalanzaron sobre los manifestantes. Agredieron a una persona, rompiéndole la nariz de un piñazo. También intentaron romper los vidrios de un local comercial cuyo propietario los espantó con un extiguidor”, recordó.
Los barrabravas “estaban escoltados por efectivos de infantería que se mantuvieron al margen y no actuaron para dispersar ni separar. Aunque el vecino agredido, con su cara ensangrentada, señaló con claridad a su agresor, nadie lo detuvo. En cambio, terminaron acusándonos a nosotros como grupo terrorista y argumentaron que teníamos bombas molotov”.
Durante esa jornada “capturaron a dos personas y las tuvieron detenidas un mes. Uno de ellos fue condenado ayer a tres años, en un juicio abreviado, y el lunes detuvieron al vecino que se defendió con un matafuegos, acusado de violar el Artículo 213 Código Penal”, lamentó.
“Enorme riesgo ambiental”.
El proyecto San Jorge (PSJ Cobre Mendocino) no es nuevo. Lleva unos 16 años en carpeta y Cornejo acaba de reflotarlo compo punta de lanza para su ambicioso programa minero. “Desde el principio fue presentado como una iniciativa que generaría trabajo, progreso económico y desarrollo, pero cuando empezamos a investigar vimos que se trataba de una explotación de cobre a gran escala, a cielo abierto: un proyecto de megaminería que realiza grandes movimientos de suelos, consume muchísima agua, utiliza sustancias químicas para separar el metal y deja un enorme pasivo ambiental”, resumió Corsanigo.
Se conoce por megaminería a la explotación de minerales que no se presentan en forma de veta sino como partículas dispersas. En lugar de cavar túneles o socavones se rompen grandes porciones de montaña con explosivos, se realiza una molienda y separan los minerales mediante lixiviación. “En El Veladero, la Barrick Gold amontona la roca en pilas y rocía el mineral durante días con una solución cianurada para desprender el oro, que se arrastra y luego se concentra. En San Jorge harían lixiviación por flotación, ocupando un gran tanque con agua, donde vierten el polvo de roca y hacen burbujear xantato de sodio. Las burbujas que surjen desde el fondo arrastran el mineral hasta hacerlo flotar. Luego se barre la superficie con una pala y se vuelca un barro denominado concentrado de cobre. El remanente se deposita en colas espesadas cual si fuera un dique y allí queda para siempre, drenando ácidos y químicos”, explicó.
“Defensa”.
Según cálculos oficiales, la minera podría iniciar la construcción de la mina en 2026 y en 2028/29 comenzaría la explotación. Los ambientalistas calculan que San Jorge “agotaría el acuífero del arroyo El Tigre y podría contaminar seriamente los acuíferos subterráneos que nutren el valle de Uspallata y se vinculan con el río Mendoza”. La mina será emplazada “unos 36 kilómetros al norte de Uspallata, una zona que no es periglaciaria pero sí afectaría el acuífero de Yalguaraz”, aclaró Alder.
Si bien “el riesgo de contaminacion es grave”, el gobierno mendocino “trata de minimizar el costo ambiental porque existe un compromiso muy fuerte para llevar adelante la minería en Mendoza. Por eso los medios tradicionales, alineados con el gobierno y las empresas, tratan de venderlo como una buena iniciativa”.
Sin embargo, la reactivación del proyecto resultaría mas riesgosa hoy que hace diez años, cuando la Legislatura obligó a postergarlo al rechazar su declaración de impacto ambiental (DIA). “En aquel momento la empresa estaba obligada a elaborar una doble capa de impermeabilización, pero ahora no impermeabilizarían el dique de colas espesadas ni las escombreras de óxidos de cobre”, advirtió Alder.
Es así porque la Corte Suprema de Justicia elimnó un párrafo de la Ley provincial 7722, que prohíbe el uso de cianuro, ácido sulfúrico y mercurio. El texto añadía “y otras sustancias tóxicas similares”, frase que el tribunal consideró inconstitucional.
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