Jueves 25 de abril 2024

“Este gobierno no conoce el país”

Redacción 25/03/2024 - 00.17.hs

“El vocero Manuel Adorni nos identificó como ‘no trabajadores’ y anticipó que nadie se solidarizaría con nosotros, porque nadie nos conoce: ambas afirmaciones son mentira”, advirtió Fernando Frank, un ingeniero agrónomo pampeano que reside en San Luis y se desempeña desde hace 15 años en el Instituto Nacional de Agricultura Familiar Campesina Indígena (Inafci).

 

En diálogo con Radio Noticias (FM 99.5) desde Los Molles, la pequeña población donde reside, al sur de Merlo, aclaró que los 900 empleados del Inafci “somos trabajadores, técnicos y profesionales dedicados a una tarea que nos apasiona y llevamos como podemos, con los medios disponibles, sin oficinas, con vehículos propios y muchas veces desde nuestras hogares y con herramientas propias, desde mucho antes de la pandemia”.

 

Fernando se crió en Victorica y se graduó en la Facultad de Agronomía de la UNLPam. Está radicado en San Luis desde 2006, donde coordina la Calisa, Cátedra Libre Soberanía Alimentaria de la Universidad Nacional de San Luis. “El Instituto tiene casi mil personas trabajando diariamente con comunidades campesinas e indígenas, pequeños y medianos productores de todo el país que hacen agricultura familiar, atendiendo con capacitación, asesoramiento y ayuda tanto en la producción como en derechos de acceso al agua, a la educación, capacitación y salud, con financiamiento, nacional, internacional y de todos los colores”, añadió.

 

“En todos los rincones”.

 

Frank recordó que el Inafce “nació en 2009 como Subsecretaría de Agricultura Familiar, luego ascendió a Secretaría, después fue Subsecretaría de Agricultura Familiar Campesina Indígena y finalmente se convirtió en Instituto”. “Para vaciar de contenido la política inventan cualquier mentira, pero no es cierto que sea un organismo nuevo. Cambió de nombre a través de las décadas, pero este personal específico lleva mucho tiempo cumpliendo esta función: en mi caso son 15 años, pero hay profesionales que acreditan 30 años de trabajo”, aclaró.

 

En cuanto a que “nadie los conoce”, aclaró “en muchos rincones del país el Inafce es la única cara visible del estado, existen muchos parajes donde ni escuela ni sala de salud hay”. Según Frank “si visitaran los pueblos más alejados de las provincias y preguntaran por Agricultura Familiar, comprobarían cuántos productores nos conocen. Incluso en ciudades importantes este sector tiene un importante arraigo, como como quedó de manifiesto durante los verdurazos” en varios centros periurbanos. “Para este gobierno, solo existe la Capital Federal, no conocía el país antes de asumir y tampoco lo conoce ahora”, concluyó.

 

Producción esencial.

 

Lamentablemente, ese desconocimiento se extiende a “amplios sectores de la comunidad que no saben de dónde provienen sus propios alimentos”. Frank recordó que “la agricultura familiar produce el 70 por ciento de las verduras y el 60 por ciento del ganado menor que consumen los argentinos, y tiene participación también en la industria ganadera, la producción de granos y otros alimentos”.

 

Desde hace varias décadas, los técnicos y profesionales del Inafce trabajan junto a pequeños y medianos productores “desde una perspectiva territorial integral que se enfoca en las problemáticas, amenazas y propuestas surgidas de cada lugar, sin necesidad de incorporar políticas, técnicas y herramientas utilizadas en otros países o regiones”.

 

Parias del sistema.

 

En los últimos 40 años, el derrotero de agricultura familiar estuvo signado por una oscura precariedad, estimulada por el desprecio de empresarios y entidades que siguen observándola como una actividad marginal de escaso valor productivo. “Originalmente estuvimos ultra precarizados, hasta que aparecieron los primeros contratos con monotributo y finalmente, con nuestras luchas gremiales logramos un reconocimiento parcial como Artículo 9, implementando contratos anuales de renovación automática” recordó el pampeano.

 

Sin embargo, aunque avanzaron en algunos derechos y condiciones laborales “carecemos de indemnización y nos pueden despedir sin motivos, como ocurrió durante la gestión de Mauricio Macri”. Aquellos cesanteados fueron reincorporados por Alberto Fernández, pero la calma duró poco y el pasado 10 de diciembre regresó la zozobra, con la implementación de un modelo de libre mercado que persigue la extinción del sector. “Como al resto de la planta pública nacional, nos renovaron el contrato por tres meses, pero existían rumores sobre algún proceso de despidos masivos, no esperábamos ser eliminados por completo”, lamentó.

 

El anuncio del vocero presidencial no dejó dudas pero hasta ahora ningún trabajador recibió notificación formal. “No sabemos qué vamos a hacer. Empezamos por salir públicamente para visibilizar esta problemática y enviamos cartas de repudio a ambas cámaras del Congreso Nacional”, comentó el pampeano.

 

En ese contexto, lamentó que “para justificar su intención difundan tantas mentiras y digan barbaridades, como que somos militantes kirchneristas. En lugar de expresar pavadas, los invitamos a acercarse a las personas, preguntar, escuchar, porque somos 964 empleados y empleadas que desde hace 15 ó 30 años trabajamos con entrega y pasión y también tenemos ideas y propuestas”.

 

“Fiesta del gasto”.

 

Las palabras de Adorni reflejaron absoluta ignorancia sobre el impacto real de la agricultura familiar y un gran desprecio por los pequeños y medianos productores que practican esta actividad. El martes, durante su habitual conferencia de prensa matutina, el vocero explicó que el gobierno decidió eliminar el Inafce basado en “datos calamitosos, profundamente desoladores” y detalló que de los 964 empleados quedarán solo 64.

 

“Se reducirán 900 puestos de no trabajo, lo que significará un ahorro de 9.000 millones de pesos”, añadió. Según Adorni, “había una fiesta del gasto público, con 160 delegaciones, dos sedes, una en Catamarca y otra en Santiago del Estero, y uno de cada tres empleados eran delegados. Tenían 204 vehículos y el 85 % del presupuesto se dedicaba a pagar sueldos, era casi una agencia de empleo político”.

 

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