Lunes 30 de junio 2025

Hallazgo con sello pampeano

Redacción 14/10/2024 - 08.38.hs

El santarroseño Gino Pietrodangelo –que es técnico asociado del Conicet- participó de un importante descubrimiento en el Museo Provincial de Bellas Artes “Emilio Pettoruti” de La Plata. La autoría de una de las obras estaba en discusión y luego de realizar estudios espectroscópicos, químicos, artísticos e históricos, un equipo de investigación del Conicet pudo reatribuirla al artista Jacopo Comin, conocido como Tintoretto.

 

La novedad fue compartida por Conicet a través de un comunicado de prensa. En el mismo explicaron que, a lo largo de sus más de cien años de historia, el Museo Provincial de Bellas Artes (MPBA) “Emilio Pettoruti”, ubicado en La Plata, ha ido incorporando a su colección numerosas obras de arte nacionales y también piezas de origen europeo de enorme relevancia.

 

En el marco de un exhaustivo trabajo que comenzó en 2022, en ocasión de su centenario, tendiente a revisar, catalogar y poner en valor su patrimonio, una obra se ubicó en el centro de la escena. Se trata del retrato del militar veneciano Melchior Michael –quien vivió en el siglo XVI–, cuya autoría, desde su llegada al museo en 1932 mediante una donación, fue atribuida al legendario pintor Jacopo Comin, apodado Tintoretto (1518-1594).

 

Quizás por su carácter ambicioso, esa afirmación estuvo siempre en discusión, hasta que un estudio llevado a cabo recientemente por un equipo de investigación del Conicet, que combinó técnicas espectroscópicas y químicas y la revisión de datos históricos y de características artísticas, despejó la duda. La reatribución de la autoría de Tintoretto acaba de ser reportada en un artículo publicado en la revista científica Journal of Molecular Structure.

 

El mismo lleva la firma de los investigadores Rosana M. Romano del Centro de Química Inorgánica (del Conicet y la Universidad Nacional de La Plata) junto al santarroseño Gino Pietrodangelo, Lorena Picone y Carlos O. Della Védova; Julieta Pellizzari, de la División Arqueología del Museo de La Plata; Federico L. Ruvituso, de la Facultad de Bellas Artes platense y Gustavo Rossiy, de la clínica Raquis.

 

Un poco de historia…

 

El cuadro llegó al museo diez años después de su fundación, gracias a una donación que realizó la aristócrata argentina Sara Wilkinson de Santamarina y Marsengo. Durante sus viajes por Europa, ella había adquirido numerosas obras de arte, entre las que se encontraban además de este retrato, otras pinturas de artistas de renombre, como el español Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828) y el escocés Henry Raeburn (1756-1823), entre otros. El arribo de esa colección al puerto de Buenos Aires está documentado con fecha del 27 de octubre de 1932 y la donación, de un total de seis piezas, se hizo efectiva un mes después, el 28 de noviembre.

 

Fue el propio Emilio Pettoruti, por entonces director del museo, quien puso en duda específicamente las autorías de Goya y Tintoretto por considerar que la calidad de las obras que se les atribuían estaba por debajo del estilo de esos artistas. En su autobiografía publicada tiempo después las tildaría como “dos cuadros mediocres” que “no se expondrán jamás”. Las pinturas finalmente fueron catalogadas como “pertenecientes a las escuelas” de esos autores y guardadas en el depósito del museo.

 

Más allá de algún intento de volver a revisar su valor –algo que siempre chocó con la resistencia de Pettoruti–, la atribuida a Goya jamás se exhibió, y la de Tintoretto (la pintura más antigua del acervo del museo) apenas fue incorporada en algunos catálogos y expuesta como rareza o como ejemplo de retrato histórico, y sometida a algunas restauraciones.

 

Investigación.

 

En 2022, por iniciativa de su director Federico Ruvituso, el museo encaró un proyecto de puesta en valor de su acervo pictórico, en el marco del cual se estableció el vínculo con el Conicet-La Plata que terminó de refrendarse con la firma de un convenio de cooperación entre el organismo científico y el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires. En paralelo con esa rúbrica, un equipo del Centro de Química Inorgánica “Dr. Pedro J. Aymonino” (Cequinor, Conicet-UNLP-asociado a Cicpba) comenzó a trabajar específicamente en conseguir la evidencia científica que corroborara la autoría de Tintoretto.

 

El equipo tomó micromuestras de regiones dañadas y no visibles del paño de la obra de arte para someterlas a un exhaustivo análisis espectroscópico –mediante técnicas Raman y FTIR-ATR– y químico que permitió determinar qué tipo de pigmentos se utilizaron para su elaboración: cinabrio, blanco de plomo, calcita, yeso y negro de humo, entre otros. Además, se detectó un barniz que, se sabe, se encuentra presente en otras obras de Tintoretto.

 

A esa información obtenida en el laboratorio, se le agregaron datos históricos acerca del comercio de pigmentos de Venecia y las zonas cercanas al Mar Mediterráneo, los costos y disponibilidad que había de los pigmentos hallados en esa zona costera en el siglo XVI, con el objetivo de determinar con certeza si efectivamente provenía de Venecia.

 

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