Viernes 09 de mayo 2025

"La estupidez humana no para de crecer”

Redacción 02/04/2025 - 09.12.hs

Los aficionados a la música cosmopolita, acústica, cargada de ironía y letras inteligentes van a estar muy contentos, y a quienes le gustan las historietas, los dibujos y la improvisación, también. Llega al Teatro Español de Santa Rosa, el cantautor más heterogéneo que haya dado nuestro país, aunque también es estadounidense de nacimiento, y francés, español y de donde haga falta para obtener influencias musicales. El es Kevin Johansen. Y también estará el humorista gráfico, conocido por su tira Macanudo, que mezcla existencialismo y humor, Ricardo “Liniers” Siri.

 

Muchos se preguntarán qué hacen los dos juntos y la respuesta es sencilla: brindar un espectáculo cargado de arte, música, amistad y humor inteligente. Desde hace 15 años, recorren distintas provincias y países con este show y este año es la primera vez que llegan a la Patagonia, específicamente a Santa Rosa, La Pampa.

 

Kevin Johansen ofrece un recorrido por las canciones más reconocidas de su discografía, mientras Liniers las improvisa, ilustra y recrea en dibujos en tiempo real sobre una pantalla colocada como fondo del escenario. Un pequeño mundo de música e ilustraciones envolverá al espectador en la aventura que proponen los dos grandes artistas y amigos. Un libro en vivo o un concierto ilustrado: una oportunidad única para apreciar y disfrutar de este consumado dúo y su arte. El espectáculo será el miércoles que viene a las 21 en el Teatro Español y las entradas están a la venta en la plataforma online del teatro.

 

Amistad y risas.

 

Seis días antes, Johansen y Liniers hablaron con LA ARENA y, entre risas y anécdotas, contaron detalles de su gira que comienza el viernes. “Es la primera vez que vamos a Santa Rosa con Liniers haciendo ilustraciones en vivo, aunque ya hemos ido varias veces por separado”, contó el cantautor.

 

Recordaron que la idea del espectáculo comenzó de forma gradual. “Primero nos hicimos amigos de la vida, charlamos de nuestros problemas y alegrías, y después de varios años juntos, de compartir asados, en algún momento me preguntó ‘¿Te animarías a hacer esto?’”, afirmó Liniers. Primero empezaron con algunos posters, “nos divertimos mucho y pensamos que a lo mejor funcionaba en el escenario. Y la sorpresa fue que funcionó”.

 

“Después de 15 años seguimos y el público lo recibe muy bien”, aseguró Johansen. “Somos como Catriel y Paco”, agregó entre risas y sostuvo: “Llevamos más tiempo de amigos que tocando juntos. El público recibió muy bien que el dibujante esté haciendo de las suyas, que mutuamente nos faltemos el respeto y Liniers no es un clásico dibujante, tiene momentos donde te emociona, te toca un nervio, te hace reflexionar”.

 

“Por su parte, Kevin hace muchas cosas diferentes con sus canciones, nos cuenta algo sobre él, sobre su relación, habla de animales, comidas. Y como todas las canciones son diferentes, yo también las encaro diferente porque ninguna tiene que ver con la anterior”, acotó Liniers.

 

No quedan dudas que sobre el escenario se divierten y que el dibujante utiliza distintas técnicas, desde crayones, pintura, muestra imágenes con su teléfono, anota letras en papeles -una pseudo traducción de una canción en francés-… “Las canciones me dan muchas posibilidades y Kevin tiene muchas, no como Los Ramones que tienen una sola canción”, dijo Liniers y rieron. “Nunca nos sentamos a escribir el guión del show, creemos en la intuición de lo que pasa arriba del escenario. Es muy complementario lo que hacemos: lo que hace Kevin entra por los oídos y lo mio por los ojos, atacamos desde los sentidos”, destacó.

 

Y como todo show interactivo, juegan con el público para que algunas personas puedan llevarse un dibujo de Liniers. “A mí me gusta dejar un sendero de dibujos, aviones, cometas y, como buenos porteños, nos destacamos por la humildad y la generosidad”, se burló y reconoció que “la gente la pasa bien y nunca es el mismo espectáculo”.

 

En algunos momentos también hay intercambios de roles. “Liniers quiere demostrar sus dotes de músico y yo de dibujante que abandoné en mi infancia. Y la gente se ríe, se emociona, es un espectáculo impensado para nosotros y por ende tiene esa fluidez de la improvisación, de lo espontáneo, aunque no tan espontáneos como Maxi Trusso”, dijo entre risas, al recordar la caída que tuvo el músico al lanzarse sobre el público pensando que éste lo agarraría.

 

“Encontramos desde la amistad algo, tenemos mucha confianza y se traduce en el escenario”, continuó el cantautor.

 

Inteligencia emocional.

 

Al hacer un paralelismo con la inteligencia artificial, el dibujante sostuvo que en el espectáculo hacen “inteligencia emocional”. Y al meterse en el terreno de la IA, Liniers expresó que “siempre que hay un salto tecnológico, hay cierta angustia. A nosotros no nos interesa la herramienta sino la persona que está detrás, queremos experiencias de personas y ver lo que uno puede hacer desde el arte. Somos personas únicas, solo Kevin puede hacer lo que hace, la IA no lo puede reemplazar”.

 

Estupidez y decepción.

 

En otro tramo de la entrevista, también opinaron sobre la situación política y económica del país. “No nos interesa la política, pero estamos en este baile”, sostuvo Johansen y afirmó: “Viéndolo filosóficamente, la estupidez humana es un fenómeno que no para de crecer, es lo que vemos en algunos líderes cuando se maltratan verbalmente, tratan de aniquilar al otro con algún verbo. Tengo esperanza de que las nuevas generaciones celebran la diferencia, que ser diferentes no es algo para padecer, sino al contrario. Aceptar las diferencias y celebrarlas sería un sueño, los pibes están más abiertos que los viejos”.

 

Por su parte, Liniers señaló: “Toda mi vida escuché decir que Argentina está en crisis. Creo que estamos en una crisis constante en lo económico, político y podemos mencionar lo judicial. Pero desde el punto de vista cultural, deportivo, artístico, en talentos, cocina, es un país que no está en crisis y que es admirado por otros. A mí me abren la puerta del mundo por ser argentino. Y yo, que viví 31 años en Argentina (ahora reside en Estados Unidos), tengo una gran decepción porque los políticos nunca estuvieron a la altura”.

 

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