“La legislación provincial nos protege”

El DNU y la caída Ley Omnibus sigue generando preocupaciones y los distintos sectores analizan los impactos y cómo se pueden frenar las consecuencias negativas para la población y, en este caso, a los usuarios y usuarias de la salud. “En La Pampa tenemos una legislación propia que nos protege de la desregulación”, aseguró el presidente del Colegio de Farmacéuticos de la provincia, Miguel Osio.

 

El titular de la entidad fue entrevistado en La Parte y el Todo, programa que se emite los miércoles en la Televisión Pública Pampeana, y sostuvo que “el DNU fue una profundización de la regulación de los años 90”. Explicó que en aquel momento, los gobiernos provinciales “se dieron cuenta que era un retroceso porque se podían comprar medicamentos en cualquier lugar. Esto trajo un mercado negro, medicamentos de contrabando, robados”.

 

-Los argentinos nos hemos olvidado de aquella desregulación, de los medicamentos truchos o adulterados que ponían en riesgo e inclusive mataron personas en Argentina. No hubo nadie que recordó eso con la llegada del DNU…

 

-Claro, como el caso de Gestafer, un medicamento que tenía la concentración de hierro diez veces más y trajo muertes; también la llegada del propóleo y todo lo que apareció con aquella desregulación. Las provincias empezaron a proteger a su población y en 2009, el Gobierno nacional impulsó la modificación para traer el medicamento al ámbito natural que eran las farmacias. La Pampa hizo lo propio con la gestión de Campo, como vicegobernador, y Jorge como gobernador. Se trabajó en la adecuación y la provincia tuvo su legislación que prohibía la venta de medicamentos fuera de la farmacia y los municipios (como General Pico, Santa Rosa, General Acha, Realicó y Toay) generaron ordenanzas para prohibir que el medicamento se pueda vender en cualquier lado. Con la vuelta de un gobierno de esta naturaleza, el medicamento de nuevo está afuera de la farmacia y ya hay un decreto reglamentario que establece cómo tienen que ser los lugares donde se van a vender los medicamentos, aclara que solo pueden ser analgésicos y antiácidos, pero es imposible controlar, además de que establece que esos lugares van a tener que tener una parafarmacia…

 

-Intenta atenuar lo que decía aquel DNU…

 

-Claro, pero en la práctica nadie va a poder controlar que sea así, son incontrolables, y esa es la cuestión. La farmacia es un lugar muy controlado, es un establecimiento sanitario habilitado por Salud Pública, que tiene habilitación municipal, controlado por la Administración Nacional del Medicamento y Tecnología Médica y por AFIP.

 

-Esto pretende desregular el sistema de salud que ahora es regulado por el Estado, lo cual garantiza que todo aquel que acceda se encuentre con un médico, enfermero, hospital, centro de salud, vacunatorio y una farmacia…

 

-El DNU establece que un farmacéutico puede ser director técnico de más de una farmacia, pero si hay una receta difícil de descifrar y el farmacéutico no está porque está recorriendo las otras diez farmacias, cómo se controla eso…

 

-Es bajarle el precio a la profesión…

 

-Totalmente porque si el farmacéutico va a estar en diez farmacias, mañana van a decir ¿para qué queremos farmacéuticos? El farmacéutico es quien dispensa el medicamento en el mostrador, realiza el almacenamiento adecuado, la procedencia y pone su nombre, su prestigio y arriesga su título que fue la apuesta que hizo en su juventud porque es una profesión hermosa y milenaria. Vemos que cada tanto viene una vuelta de rosca para atacar la profesión como si fuera la culpable de todos los males de Argentina.

 

-Para los intereses, el farmacéutico es un estorbo a la expansión y al libre mercado que en salud pública no funciona

 

-Se considera que el medicamento es una mercancía y nosotros estamos planteando lo contrario. La farmacia es un centro de salud y pasar por el farmacéutico es el último eslabón del acto médico, es la seguridad que tiene el médico de que cuando su paciente va a la farmacia va a recibir medicamento de manos seguras.

 

Situación de La Pampa.

 

Según Osio, la Provincia puede frenar el avance del DNU porque “en La Pampa tenemos una legislación propia que nos protege de la desregulación. Lo estamos analizando y nuestros abogados lo entienden así porque debería haber una adhesión de la Legislatura provincial al DNU para que aplique el efecto de la norma en la provincia”.

 

“La ley 2.079, que fue aprobada en la última etapa de Marín, llegó para reparar lo que pasó en la desregulación, porque establece que en cada farmacia debe haber un farmacéutico, lo mismo en las droguerías y eso contrapone lo que pone el DNU. Establece que si un farmacéutico tiene el título de médico u odontólogo tiene que elegir qué profesión ejercer, con el DNU un médico podría atender una farmacia, lo cual sería una locura sanitariamente porque hay un principio de que quien prescribe no dispensa, y quien dispensa no prescribe. Cada una tiene su objetivo personal”, explicó.

 

-A nivel nacional hay voces de alerta por la disminución de venta de medicamentos, ¿cómo está La Pampa?

 

-Lo que hemos visto acá es que hay seis obras sociales que constituyen el 80 % de las recetas dispensadas (Sempre, PAMI y alguna prepaga). En PAMI vemos que de enero a enero, a nivel nacional, aumentó la cantidad de recetas dispensadas y el monto a precios con inflación, y lo mismo sucede en La Pampa. En el Sempre también aumentó. La gente no puede pagar su prepaga y se está volcando en las obras sociales provinciales o PAMI, hay una migración de afiliados de una obra social a otra, es preocupante porque los aumentos de los valores no se pueden soportar. El PAMI tiene una cobertura del 85 % en promedio, pero no sabemos cuánto va a durar eso.

 

-Y hay mucha incertidumbre con el rol de los laboratorios…

 

-Los laboratorios no van a perder nunca, o van a intentar no perder. No van a querer perder ser proveedores de la obra social que compra el 40 % de los medicamentos.