Viernes 26 de abril 2024

“Odian el interior de nuestro país”

Redacción 23/03/2024 - 00.20.hs

El plan motosierra de Javier Milei no detiene su marcha y esta semana llegó al Instituto Nacional de La Agricultura Familiar, Campesina e Indígena, y dejará a 900 familias argentinas, 15 en La Pampa, sin empleo.

 

El ingeniero agrónomo Federico Pognante detalló que "en el año 1993 se crea el Programa Social Agropecuario, que luego, en el 2009, se institucionaliza como Subsecretaria de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar. Así fue cambiando de nombres a través del tiempo hasta llegar a fines del 2022 con la creación del Instituto Nacional de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena", agregó.

 

Respecto a la función del área, Pognante planteó que "la trayectoria es muy amplia, pero al cambiar tantas veces de nombre, es cierto que no está muy conocido para la gran mayoría de la población, sobre todo en las ciudades". Luego, manifestó a Perfil que, "nuestro trabajo se basa en el interior profundo, en los lugares más recónditos de nuestro país, donde trabajamos con los pequeños productores, los campesinos, las comunidades aborígenes, o sea, son familias de pequeños productores que producen el alimento que consumimos".

 

"Con el cierre del instituto, son 900 familias que quedan sin trabajo", aseveró Pognante. "Nosotros vivimos de esto, es nuestro trabajo, nos hemos formado para trabajar en desarrollo rural, estamos especializados en la temática", aseguró.

 

Produce el 60%.

 

La Federación Rural para la Producción y el Arraigo emitió un comunicado a través del cual rechazó "enérgicamente" la decisión del gobierno de Milei, de cerrar el Instituto Nacional de Agricultura Familiar Campesina e Indígena. "Días después de anunciar la apertura de importaciones de alimentos, se continúa el avance sobre los sectores productores con esta noticia. No es casualidad, la agricultura familiar produce más del 60% de los alimentos frescos que consumen las familias argentinas", expresó la entidad.

 

La Federación Rural para la Producción y el Arraigo nuclea a unas 30.000 personas, organizadas en cooperativas, unidades productivas, familias horticultoras, fruticultoras, apicultoras, ganaderas, chacareras chicas y medianas, tamberas y pescadoras artesanales; que desarrollan fábricas de alimentos balanceados, plantas lácteas, salas de valor agregado, fábricas de bioinsumos, nodos de comercialización, puestos en mercados concentradores y regionales.

 

El comunicado da cuenta de que hace más de 30 años existen en la órbita del Estado nacional y en las esferas provinciales y municipales, "organismos para el acompañamiento, asistencia técnica y programas de desarrollo productivo del sector, entendiendo el rol productivo y económico esencial que ocupamos".

 

Reclamos y luchas.

 

Y subraya que "esta institucionalidad nace de los reclamos del sector y de sus luchas", adelantando que estos espacios vienen siendo y seguirán siendo defendidos. "En lugar de cerrar el Instituto, el Gobierno debería estar gestionando políticas públicas para el acceso a la tierra, a los créditos, y el fortalecimiento productivo en una coyuntura donde la inflación de alimentos es cada vez mayor", señala el comunicado rescatado.

 

Y finalmente, hace referencia al vocero presidencial Manuel Adorni, quien en su conferencia de prensa, aludió irónicamente que tras el anuncio del cierre del Instituto Nacional de Agricultura Familiar Campesina e Indígena, no hubo productores ni trabajadores del campo que se expresaron públicamente.

 

"Evidentemente no conoce nuestro gran país, con la necesidad de que el Estado llegue a rincones poco accesibles por la falta de inversión pública o por la lejanía. Odian el interior de nuestro país, a nuestro campo, a nuestro trabajo. Quieren hacer de nuestra Patria solo una cantera para la extracción de ganancias", expresa esta Federación, que se solidariza con las trabajadoras y trabajadores del Instituto, y sus familias.

 

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