Omar Guillén, hay gente así de necesaria
El talento es algo que no se compra. Es ínsito en las personas y se tiene o no se tiene. Se puede apreciar en diversas actividades, y es el caso de quien hasta hace poco fue técnico de Radio Noticias.
MARIO VEGA
Quienes cada mañana perciben la voz de Mirta Losada, Sandra Cantera, Carlos Mateu y algunos más; y los que lo hacen luego sintonizando Radio Noticias para enterarse lo que sucede en La Pelota, u otros programas de la tarde, no piensan en cuál es el hecho físico que conlleva a la puesta en el aire de la emisora. Sucede con Radio Noticias y con cualquier otra, de aquí o de cualquier parte del mundo.
Porque se ha naturalizado de tal manera la transmisión radiofónica -que hoy casi parece antigua ante tantas aplicaciones vinculadas a Internet (como la propia radio, claro)-, que se llega a pensar en algo posible y simple. Se entiende que una puesta en el aire es algo fácil y a nadie se le ocurre remitirse a aquella locura que la noche del 27 de agosto de 1920 protagonizaron unos pocos soñadores, entonces estudiantes de Medicina: Enrique Telémaco Susini, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica, que iban a hacer historia, al llevar adelante la primera transmisión radial en el mundo.
En aquella transmisión inaugural pusieron al aire la ópera Parsifal, de Richard Wagner, desde el techo del Teatro Coliseo de Buenos Aires.
Técnicos de radio.
En Santa Rosa, ya se sabe, la primera emisora fue Radio del Estado, hoy Radio Nacional. Un enorme trabajo de técnicos locales hizo posible que la que luego sería Nacional Santa Rosa pudiera salir al aire el 9 de julio de 1950. Luego, con el tiempo vinieron otras emisoras, y mucha gente que intervino para lograr que se escucharan. Entre los técnicos, casi siempre estuvo don Julio Espinosa, sin dudas verdadero pionero en el tema de la radiodifusión en nuestra provincia. Él era el experto en eso de lograr la puesta al aire, y a su lado se formaron en el mismo metié su propio hijo, Julio César; y más tarde Omar Guillén, quien se convertiría con el paso del tiempo en su hijo político.
Todo servicio.
Fue precisamente Julio César Espinosa (hijo de Julio), quien se encargó de la instalación de Radio Noticias (99.5) -la emisora de LA ARENA-; y tiempo más tarde, y hasta no hace mucho tiempo, Guillén se encargó del funcionamiento ocupando un lugar de preponderancia en la empresa por sus vastos conocimientos técnicos.
Y, cabe agregar, Omar no es sólo un hombre muy preparado para su trabajo, sino que es además una persona sumamente apreciada por el resto de sus compañeros. Difícilmente se lo verá de mal humor, y por el contrario cada vez que se lo requirió apareció siempre dispuesto para ponerse a salvar los desperfectos que se hubieran presentado.
Ingresó en LA ARENA para hacerse cargo de la instalación eléctrica del nuevo edificio de calle Mitre, pero también para atender los problemas que podían surgir en Radio Noticias y en su planta transmisora. Al cabo del tiempo puede decirse, sin temor a equivocación, que se tornó en una de esas personas de las que se pueden llamar imprescindibles... de las que todo lo pueden hacer, por su capacidad y la voluntad siempre dispuesta para dar una mano.
De Mendoza.
Mendocino el hombre, es nacido en General Alvear, desde donde vino en 1982. Su mamá es Rosa Marquetti y su papá Joaquín Guillén (fallecido en 2017), y son tres hermanos con Antonio, quien vive actualmente en General Pico y se dedica al comercio (verdulería) y Claudia, quien reside en General Alvear y tiene una empresa (crematorio).
En Santa Rosa habría de conocer a su esposa, Susana Espinosa, con quien conformó la familia que completan sus dos hijos: Agustín (Ingeniero Aeronáutico), que actualmente reside en Carlos Paz; y Ailén (profesora de educación física) que vive en la capital provincial.
"Si bien nací en General Alvear, mi niñez transcurrió en Real del Padre, a unos 16 kilómetros de la ciudad, porque mi papá trabajaba en la Subdelegación de Irrigación", expresa. Se considera "un privilegiado ya que mi infancia estuvo plagada de aventuras entre los viñedos. Mis padres tenían una finca donde además de uva se cosechaba gran variedad de frutales; en tanto mamá se ocupaba de las gallinas y la huerta".
Viviendo en una finca.
Cuenta Omar que "de chicos mi padre nos enseñó a nadar porque la cercanía al dique resultaba muy peligrosa para las travesuras que usualmente se suceden en la infancia... de hecho con mi hermano mayor hemos rescatado de ese lugar a algunas personas que desconociendo la peligrosidad de las corrientes de agua se metían", completa.
La escolaridad la hizo en una escuela rural cerca de la finca: "Iba a caballo y era una gran aventura... no me destacaba en el aula porque mi interés estaba afuera...", confiesa. Y agrega: "Siempre fui muy observador y buscaba todo el tiempo crear mis propios juguetes; y la verdad es que le daba muchos dolores de cabeza a mi madre...".
El chico del far west.
Omar narra una aventura de chiquilín que pudo terminar mal, pero que al cabo fue sólo un susto: "Una vez quería ser un vaquero del far west y tomé la escopeta de mi padre, monté mi pony, mi fiel amigo, mi compañero insuperable de aventuras, pero ese día se asustó y me tiró... Es que tuve el descuido de disparar la escopeta montado en su lomo y ante el estruendo el animal salió tan veloz como la bala... pero tuve suerte, porque salí con unos pocos rasguños", se ríe ahora.
Le gusta recordar a Omar, y sigue: "Todos los años mi padre carneaba cerdos y obviamente teníamos una despensa repleta de jamón, chorizos y una gran variedad de envasados (tomates, duraznos, uvas, entre otros). Para ir a la escuela mamá me preparaba sandwiches de jamón crudo con pan casero... y yo lo cambiaba por otro de mortadela con pan de panadería".
Variadas habilidades.
Cuando ya era adolescente su familia se mudó a la ciudad donde completó los estudios secundarios. "Pero estudiar no me interesaba tanto... era muy inquieto y me gustaba mucho la mecánica, armar y desarmar motores. De hecho tuve una moto de muy pequeño y me interesaba todo lo que tenía que ver con el funcionamiento mecánico".
Fue ya en esa etapa que los fines de semana musicalizaba cumpleaños de quince y alguna que otra fiesta; y enseguida comenzó "a trabajar en la parte eléctrica de tractores e hidráulicos. Por suerte aprendí mucho y desarrollé variadas habilidades; y fue allí que me contrataron en una empresa encargada de la instalación eléctrica del dique La Olla".
Corredor de motos frustrado.
Iba a poder hacerse de unos ahorros con los que compró una moto. "No fue fácil porque mi padre, como tenía 17 años y era menor, tenía que firmar... Se negaba a menos que, como condición, la compartiera con mi hermano mayor... Pero eso no iba a ser así de ninguna manera, porque el dinero lo había ahorrado yo; así que fui a ver a un tío para que me hiciera el favor de ponerla a su nombre", rememora.
Fue suficiente para que el padre cediera: "Y finalmente tuve mi moto... así con un grupo de amigos los fines de semana recorrimos las rutas mendocinas, sobre todo por caminos de montaña".
"También fui corredor de motos, solo que mi carrera como piloto duró tres vueltas, si sólo tres vueltas porque rompí el motor y ya no pude recuperarlo. Obviamente que mis padres nunca se enteraron que había decidido ser piloto de carreras", recuerda.
Llegada a Santa Rosa.
A los 18 años se produjo un paréntesis en su vida: "Me tocó el Servicio Militar Obligatorio en el campo Los Andes, y entendí que al volver debía dar un vuelco a mi vida y pensar en un futuro mejor. Las posibilidades de trabajo en General Alvear no eran muchas y menos de mi interés... estuve tentado de ir a trabajar en la explotación petrolera en Rincón de los Sauces, ya que muchos amigos lo hicieron, pero la suerte estaba echada... mi destino definitivamente era Santa Rosa, La Pampa".
Rememora que en sus inicios aquí "trabajé como verdulero, en un corralón de construcción, en una empresa como repartidor de gaseosas y finalmente mi suegro, Julio Espinosa (reconocido en el ámbito por ser pionero en la radiodifusión de la provincia) viendo que era muy hábil con la electrónica me llevó a trabajar a LU33... y encontré mi verdadera vocación", reconoce.
Suegro, amigo y maestro.
De la mano de Julio Espinosa, Omar se inició "como operador de la planta transmisora de LU33... Y sí, mi suegro fue convirtiéndose en mi amigo, mi maestro y de su mano aprendí a ser encargado de mantenimiento, participé en transmisiones exteriores... tenemos innumerables anécdotas que me abrieron puertas y me conectaron con personalidades importantes... Uno relevante, sin dudas, fue cuando el ex presidente Raúl Alfonsín convocó a los ciudadanos a la plaza de Mayo y yo estuve en uno de los balcones de la Casa Rosada. Hicimos con Alejandro Levintan la transmisión en directo... en realidad de la previa, porque el discurso se transmitió por cadena nacional ante una multitud y en una circunstancia relevante en la historia de nuestro país, porque Alfonsín pedía por la Democracia", precisa.
Transmisiones de exteriores.
Omar explica que "tal vez hoy parezca un detalle menor, pero hay que tener en cuenta que por aquellos años los medios de comunicación eran escasos: se transmitía con equipos de radio y líneas telefónicas que no siempre estaban en el lugar adecuado, por lo que en muchas oportunidades había que tirar 50 ó más metros de cable hasta el lugar de los hechos".
Evoca que también tomó parte de transmisiones de carreras de autos. "Con el equipo Carburando, por ejemplo, transmitimos en simultáneo con LU33 el Turismo Carretera por rutas pampeanas. También fui testigo de importantes partidos de fútbol desde las canchas de Boca, River, Vélez y la Selección Argentina, entre otros".
Y menciona otra anécdota: "Fue cuando uno de los Legnani (de Campeones) me mandó al motorhome de José Luis Di Palma para colocar los implementos necesarios para hacer una nota en directo... otra cuando Maradona vino a La Pampa y fuimos a hacer una nota en el campo de Rosas, donde estuvo su estadía".
Con queridos periodistas.
Obviamente tiene en su mente "infinidad de anécdotas que emanan de tanto camino recorrido... Porque trabajé con personalidades locales como Juan Carlos Carassay, Julio Heredia, Eugenio Cosci, Jorge Fernández y el querido Negro Goncalvez. Sé que quedan sin nombrar un sinfín de personas que estarán por siempre en la historia de la provincia".
"Una vez le hicimos agarrar una bronca de aquellas a Carassay... peleaban Marinangelis y El Potro Ramos en el estadio Mateo Calderón... cuando llegó le hicimos creer que no teníamos línea telefónica para transmitir... casi le agarra un infarto y me tiró un par de trompadas...", se ríe con ganas.
Trabajando en La Arena.
Y continúa: "Finalmente desembarqué en el Diario La Arena y aquí también debo explayarme... Siento un profundo respeto por Rosalba D' Atri, en ese momento Presidenta del Directorio, quien me abrió las puertas de la empresa confiando en mi servicio para la instalación eléctrica del nuevo edificio donde actualmente funciona LA ARENA. Aunque era mi primera obra de gran envergadura, ella confió en mí y puso a mi disposición todos sus conocimientos para resolver cuestiones que se escapaban a lo concretamente técnico. Es decir que puedo sintetizar la idea como un trabajo en equipo!", juzga.
Una radio de excelencia.
Acota que "la obra en sus inicios cubría sólo un sector, luego se fue ampliando y ya nunca más me fui del diario. Junto a Julio Cesar Espinosa, responsable de la instalación de la radio (estudios y planta transmisora), realizamos el cambio del estudio central a un sector más amplio de la Redacción, y al cabo de algunos años y dado el crecimiento de Radio Noticias se le dio un lugar definitivo y especial a la emisora. Esto fue un gran desafío ya que la nueva edificación fue pensada contemplando el más mínimo detalle de modernización tanto en equipamiento, y todo con la tecnología más actual del momento", resume.
Desde esa época la 99.5 se convirtió en la radio de referencia de la región, y se realizaron todo tipo de transmisiones desde exteriores. Todo con la mejor calidad acústica, contando con el aporte y experiencia de Omar Guillén quien, sin proponérselo, se tornó en un imprescindible, siempre dispuesto para aportar una solución.
El Jubileo.
Pero como se sabe, todo llega... "¡Tal cual! Es así... y un día llegó el momento de jubilarme... Casi sin pensar, y sin darme cuenta, me encontré con este cambio que si bien en algún instante uno lo podía ir considerando, cuando se efectiviza casi no se puede creer", dice sin pesar.
"Es que no tiene que ser algo negativo... todo lo contrario. Con mi esposa Susana por años soñamos y nos preparamos para un cambio de vida rotundo... Los dos pensábamos en que no queríamos jubilarnos para ya no hacer más nada... Nada que ver: queremos llenar este momento que viene con proyectos y sueños postergados... Era nuestra gran ilusión, y por eso en los dos últimos años fuimos construyendo una casita con ruedas que nos permitiera recorrer el mundo...", casi se le ilumina la mirada a Omar cuando lo cuenta.
La gran aventura que viene.
"¿Qué puede aparecer como un poco ambicioso el proyecto? A alguien se le puede ocurrir que sí, pero es nuestra idea: salir a la ruta, regocijarnos con la naturaleza, conocer lugares mágicos e increíbles... todo eso forma parte de la gran aventura que queremos disfrutar", completa.
"Hoy puedo decir que ese sueño está en marcha y nada ni nadie nos detendrá", afirma con convicción. "Porque tener proyectos nos mantiene jóvenes y activos, conectados con el mundo y por sobretodo más vivos que nunca. En eso estamos... ¿Y no está mal, no es cierto?". La respuesta es fácil, claro que sí. Está fantástico Omar, y Susana... disfruten con toda el alma el jubileo. Que así sea.
"Ambiente muy ameno".
Omar Guillén sostiene que tuvo la oportunidad de participar, tanto en el diario como en la radio, de un ambiente de trabajo muy ameno, con mucho compañerismo dentro de la empresa, algo que también se trasladaba más allá. Porque siempre se encontraban momentos para una reunión, para festejar, compartir y disfrutar".
Sostiene que "muchas anécdotas y cuentos surgieron de estos encuentros. Particularmente a mí, por ser mendocino, me hacían blanco de acusaciones: "Roba ríos, me decían, por supuesto por lo del Atuel, sonríe con indulgencia. "Eran apodos que se daban en un marco de amistad, que no ofendían, sino que eran pie para que yo respondiera con lo mío a los que me atacaban", acota.
Omar cuenta que con el afianzamiento de Radio Noticias "se multiplicaron las transmisiones de exteriores. Podemos decir que se montaron por varias temporadas estudio móviles en la Rural y era una posibilidad para que la gente pudiera ver como funciona una radio".
Señala que "el desafío era grande, ya que había que trasladar equipos y mobiliario adecuado para contar con buena acústica a la hora de salir al aire. Por suerte la propuesta fue muy bien aceptada por el público, que podía conocer a todas las personas que diariamente formaban parte de sus vidas con sus voces...pero además ahí las podían ver".
En el final indica que "con los años mi responsabilidad dentro de la empresa fue creciendo y no sólo me encargaba del mantenimiento eléctrico sino que la radio concentró gran parte de mi trabajo. Gracias a eso conocí a grandes personalidades del ambiente artístico, político, cultural y deportivo", cierra.
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