Otro robo en el Procrear

Ocurrió anoche, a las 21:30, en la esquina de Ortiz y Tito Lectoure. Entraron por una ventana, robaron una computadora, un celular, un parlante “y dejaron toda la ropa revuelta”, signo evidente de que estuvieron buscando plata o alhajas. El propietario llegó a la casa instantes después y salió rápidamente detrás del ladrón, quien logró escabullirse en el barrio Santa María.

Sebastián tiene 37 años y junto a su esposa atiende una distribuidora comercial en el centro de la ciudad. Ambos son padres de un bebé de tres meses y ayer fueron víctimas de un nuevo robo en el Plan Procrear. “Si llegaba 20 segundos antes, me hubiera encontrado con el ladrón adentro”, contó.

Cuando estaba a media cuadra, observó desde su camioneta “un pibe que pasaba frente a mi casa con una bolsa blanca. Al ver que me aprestaba a estacionar, levantó la mano como saludando”, agregó. Apenas entró, descubrió que sobre la mesa ya no estaban el computadora y un celular. “Corrí hasta la camioneta y salí derrapando, pero no pude alcanzarlo y se metió al barrio”, lamentó.

El ladrón accedió al patio saltando un cerco de alambre, ingresó por una ventana que permanecía sin traba y se retiró caminando tranquilamente por la vereda cuando la familia regresaba. Tal vez resultó mejor así, porque si Sebastián encontraba al ladrón dentro de su casa, estaríamos relatando un incidente distinto, y probablemente más dramático. “Ya pasó. Ahora colocaremos alarma y cámaras de seguridad” para prevenir nuevos episodios, concluyó.

“Ola de robos”.

Rápidamente llegaron al sitio efectivos de la Seccional Primera y personal de la Agencia de Investigación Científica, quienes escucharon el testimonio de la familia, tomaron fotografías y levantaron rastros y huellas para iniciar su investigación.

Desde hace tres meses, el vecindario del ese sector del Procrear padece “una ola de robos”. Con ésta, suman seis las denuncias y la policía también registra varios casos que no llegaron a concretarse, cuyas víctimas encontraron vidrios rotos y rastros que denotan intenciones de ingresar a sus domicilios. Y crecen las sospechas de que los responsables provienen del barrio lindero.