Martes 23 de abril 2024

¿Por qué se ven menos lava autos?

Redacción 30/01/2023 - 15.38.hs

Hubo un tiempo -no tan lejano-- en que la ciudad en distintos sectores se había visto invadida por lava autos callejeros. Fue una salida laboral de emergencia que no pocos muchachos, y no tan muchachos, tuvieron a mano cuando la situación económica del país estaba bien complicada. Aunque no faltarán los que digan que esto es algo que sucede todo el tiempo.

 

Fue después de la tremenda crisis de 2001 cuando los lava autos --a quienes muchos llaman los "trapitos"--, comenzaron a verse en prácticamente todas las ciudades del país. Obviamente Santa Rosa, y algunas otras localidades pampeanas, no fueron la excepción.

 

Se instalaron, poco a poco, en distintos sitios donde el flujo de autos -y el consiguiente estacionamiento-- iba a hacerles posibles encontrar a muchos potenciales "clientes". La recesión, la falta de trabajo, la necesidad de subvenir las necesidades mínimas en su familia, llevó a que cientos de jóvenes se volcaran a esta actividad.

 

En la capital provincial proliferaron de gran manera, y lugares como los edificios públicos -Casa de Gobierno, la Legislatura, Municipalidad, Hospital, la Universidad, colegios y muchos otros-- se vieron "sitiados" por los lava autos. Comenzaban a llegar apenas iniciada la mañana y permanecían varias horas para hacerse el día.

 

Estuvieron los que desde un principio hicieron de esa tarea casi un oficio que llevaban adelante con dedicación y esmero, y ciertamente supieron ganarse la confianza y la adhesión de muchos vecinos. Pero también aparecieron -lamentablemente-- los que resultaron su antítesis: jóvenes que ofrecían el servicio con prepotencia, cuando no casi queriendo obligar al automovilista que estacionaba a que les dejara su vehículo para lavarlo. Y así hubo algunos incidentes que, hay que decirlo, por aquí nunca llegaron a mayores.

 

Hay menos.

 

Por estos días cualquier observador se podrá dar cuenta que ya no pululan en la forma que sucedía hasta hace pocos semanas. Si bien están quienes en una lectura tal vez demasiado auspiciosa de la realidad están pretendiendo emparentar la actual situación conque algunos trapitos podrían haber conseguido trabajo en la construcción -a partir de que otra vez volvieron a realizarse en nuestra provincia obras de viviendas sociales--, otros ponen freno a aquel optimismo

 

"Entiendo que las necesidades siguen existiendo", expresó el sacerdote de la Catedral Juan Carlos Cipolla, quien realiza al frente de su parroquia una gran tarea social, atendiendo todo el tiempo muchas carencias de la gente más humilde.

 

"Es verdad que se ven menos, pero a mi me da la impresión que si bien algunos pueden haber conseguido un trabajo estable, en otros casos se han desplazado porque en el centro ya no tienen tantas posibilidades de lavar un auto. Por ahí se pasaban varias horas esperando y conseguían alguno que otro y no les rendía... precisamente ayer estuve visitando algunos muchachos que venían frente a la Catedral y que ahora se trasladaron al parque recreativo: ahí mucha gente que va a pasear, o que sale a caminar en el lugar les deja su auto para lavar. Tienen más trabajo que aquí en el centro".

 

En el verano menos.

 

El cura Cipolla -que bien sabe de la realidad social de la ciudad, y que incluso había dispuesto un desayunador para esos trabajadores informales--, razonó que "las carencias siguen, y hay familias que necesitan ser asistidas".

 

Con respecto al desayunador explicó que hoy mismo está en receso "para dar descanso en enero a las personas que lo atienden".

 

Agregó que "en verano se puede ver que la ciudad se tranquiliza, que no hay ese flujo de autos que vemos el resto del año. Porque en enero muchos están de vacaciones y no vienen al centro, o a la Casa de Gobierno... si hasta se encuentran lugares para estacionar en cualquier lado cuando hasta hace algunos días era imposible".

 

Cipolla, agudo observador, también tuvo en cuenta que son tiempos de elecciones, y algunas familias una ayuda "extra" de la clase política cuando se realizan las campañas proselitistas.

 

No obstante sí se puede ver que persisten algunos lava autos que tienen sus "paradas fijas", como por ejemplo en el Centro Cívico, y algunos otros en Avenida San Martín. Son esos que cumplen un horario casi religiosamente, que tienen una clientela fija.

 

No obstante estos mismos afirman que "en verano siempre se lava menos". ¿Por qué? Al parecer porque ante los calores de este tiempo muchos vecinos sí lavan sus autos, y de paso se ahorran el pago de la tarea. Eso sí, existen períodos en que los 'trapitos' tienen más clientes porque nadie se quiere exponer a mojarse y soportar el frío del invierno.

 

¿Y entonces? Habrá que esperar para ver cuál es la realidad. Por ahora un análisis elemental permite decir que hay menos "trapitos" porque tienen menos autos para lavar. Pero la verdad es que se ven mucho menos.

 

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