Martes 05 de agosto 2025

Punto de vista: Tiempo de barajar y dar de nuevo

Redacción 05/08/2025 - 00.18.hs

Para quienes abrazamos las ideas del radicalismo y tuvimos una militancia política activa desde la recuperación de la Democracia, resulta muy triste advertir el grado de desorientación de la dirigencia de la Unión Cívica Radical, que ha atomizado al partido nacional con 134 años de historia, transformándolo en una anárquica expresión de organizaciones políticas provinciales o municipales, sin debate político y sin conducción acordes a la doctrina y a la historia partidaria.

 

La autoridad formal y las cabezas de las líneas internas de la UCR La Pampa no escapan a esa consideración, tal como lo han puesto en evidencia en el actual proceso electoral legislativo nacional, tanto en la ambigüedad para la conformación de un Frente como en la desprolijidad de la convocatoria a la elección interna de nuestros candidatos partidarios, lo que ha dejado al radicalismo al borde de quedar excluido del proceso electoral de octubre.

 

La Asamblea Extraordinaria (la más numerosa expresión de la organización partidaria) había autorizado a sondear la conformación de un Frente “sólo con aquellos partidos con los que la UCR ya hubiera estado aliado”, lo que significó reiterar la posición tradicional de excluir de las conversaciones a las fuerzas marcadamente personalistas y autocráticas. Lo contrario no reunía las mayorías agravadas necesarias por la Carta Orgánica.

 

Sin embargo, la joven conducción de la UCR La Pampa, inexperta y sumisa a las presiones de algunos referentes, se enredó en conversaciones sin destino posible y descuidó la convocatoria a elecciones internas para cargos de representación pública, haciéndolo tarde y fuera de los plazos legales. Luego, omitió la presentación de una Lista con los nombres de los candidatos con peso partidario propio, que concitaban el consenso mayoritario y que hubieran dado fuerza y certeza a la negociación del Frente con otras fuerzas o, incluso, a la participación de la UCR sola y fuera de cualquier frente, en caso que no se conformara antes del 7/8.

 

Y así estamos. Hoy no hay Frente conformado y el PRO, nuestro principal socio de la última década, estaría blanqueando su preferencia por el candidato libertario, después de “vetar” un abanico de más de media docena de propuestos -sin ninguna convicción de querer ser, hay que decirlo-, luego de que el bendecido resolviera preservarse para una mejor oportunidad (¿la habrá alguna vez?).

 

A sólo tres días del vencimiento del plazo para la presentación de alianzas electorales, la cuestión parece difícil de ser viable con los papeles en orden. Otro socio tradicional –el FreGen- está muy complicado con su “personería” política partidaria y ya fue emplazado por la Justicia Electoral para evitar su caducidad. Un nuevo frente al viejo estilo “Frap” o “FrePam” parece difícil.

 

La alternativa de que la UCR vaya sola, por fuera de cualquier frente, no es menos complicada. Es cierto que esto extiende el plazo para conseguir el SÍ de algún candidato o candidata hasta el 17/8, pero eso no resuelve el problema.

 

Primero, dar con el nombre de quien acepte, entre las muchas mujeres y hombres del radicalismo. Pero solucionado esto, la cuestión es dar con el “procedimiento” legal para legitimar el dedo de la dirigencia partidaria, y que el mismo no sea rechazado de oficio por la Justicia Electoral, al no haber cumplido las normas de la Carta Orgánica y del Código Electoral Nacional (no hay una “cuestión de fuerza mayor” como en alguna otra ocasión que debió sustituirse un candidato) u objetado judicialmente por quienes sí se presentaron oportunamente a la Convocatoria, los dos entusiastas radicales cuyas Listas fueron rechazadas por la Junta Electoral Partidaria, en medio de un escándalo aún no debidamente aclarado.

 

Las cartas están echadas. Las autoridades formales y la dirigencia partidaria hicieron una jugada muy cerrada y azarosa, apostando temerariamente el capital político partidario que no les pertenece, que no les es propio sino de todos los radicales, en cada uno de los pueblos de La Pampa donde hay un Comité y en casi 30 municipios donde nos confiaron la Intendencia. Tal vez es momento de aceptar si no es tiempo de barajar y dar de nuevo.

 

*Por Pedro Salas, ex funcionario municipal.

 

'
'