“Que se quiebre, pero no se doble”
Militante radical con convicciones y agudo observador de la realidad. Reivindica los principios de su partido, que muchos correligionarios parecen ignorar acercándose al preocupante gobierno nacional.
MARIO VEGA
Jamás hubiese pensado que Pedro era porteño… Siempre Creí que era nacido en esta tierra, y se me ocurría más pampeano que el caldén. Por varias cosas: por su compromiso con nuestra sociedad, por su intervención en cada foro o lugar donde se discuta la pampeanidad y los problemas que nos atraviesan; y también porque se ha desempeñado en La Pampa en ámbitos de conducción, en su histórico partido y en algún cargo público que supo ocupar.
Pedro José Salas (70) es un reconocido conspicuo radical, de esos que se niegan a abandonar las ideas de Alem y Raúl Alfonsín.
Nació en Capital Federal –su familia vivió un tiempo en la zona de Palermo y más tarde en el barrio de Belgrano-, y llegó a Santa Rosa cuando tenía nada más que 15 años, cuando ni siquiera había finalizado el estudio secundario, por lo que debía enfrentarse a nuevos compañeros, y una ciudad mansa y tranquila que entonces apenas superaba los 30 mil habitantes.
Todos abogados.
Es hijo de Samuel, quien fue juez de Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de la Capital Federal y después funcionario de la Corte Suprema, y que en La Pampa se desempeñó como Procurador General, y luego ministro del Superior Tribunal de Justicia. Su mamá fue Nelly de Menza, empleada de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, obviamente también ama de casa y madre de cuatro hijos: Pedro es el mayor; le sigue Luis Roberto que es juez del Tribunal Oral en Buenos Aires; Guillermo Samuel, juez de la Cámara de Apelaciones de la Primera Circunscripción de La Pampa; y Amalia, abogada, consultora para la Selección de Ejecutivos de empresas privadas (radicada en Santiago de Chile).
Pedro está casado en segundas nupcias con Daniela Baridón. Tiene dos hijos, Pablo (abogado) y Anabella (ejecutiva de una compañía de seguros). Y cuatro son sus nietos, hoy el centro de su vida: Dante y Pali (estudiantes universitarios); Francisco (cursa secundario), y la menor es Helena (está comenzando la primaria).
Llegada a La Pampa.
Es muy conocido por aquí desde hace varios años, sobre todo por su vinculación con la política, siempre militando en la Unión Cívica Radical.
Su llegada a Santa Rosa se produjo “a principios de diciembre de 1969, y claro que prometía ser todo lo traumática que puede ser para un adolescente de 15 años, nacido y criado en la Capital Federal. Aquí en ese tiempo no había ni televisión, y un poco se asombraba aquel “porteñito” de ver los altoparlantes en lo alto de edificios en algunas esquinas de aquella Santa Rosa. Eran las populares “propaladoras” que concitaban la atención de los vecinos.
El padre por razones laborales se había radicado un año antes en Santa Rosa, junto con dos de sus hermanos. “En tanto mi madre, yo y mi hermanita más pequeña nos quedamos un tiempito en Buenos Aires, hasta que nos vinimos a vivir en un departamento de esos que están detrás del Centro Cívico”, se acuerda.
Pedro, el actor.
El mismo día que llegó a Santa Rosa, mirando La Nación vio algo que le llamó la atención. En la contratapa del diario porteño un artículo de cultura se refería a la actividad del “Teatro Estable de Santa Rosa”. Dirigido por Guillermo Gazzia el grupo preparaba el estreno de “La Biunda”. “Fue como mi primer salvavidas. Averigüé quién era Gazzia y lo fui a ver a su agencia de publicidad (Alta Propaganda), le conté quién era y de mi rudimentaria experiencia en el teatro vocacional”.
Pedro empezó allí a sentirse aceptado por esta sociedad. “Fue una gran felicidad, Guille me abrió las puertas y me acerqué a quienes serían mis primeros amigos aquí: Pedro y Eduardo Di Nardo, Nilda Valcarcel, Negrita Corvalán, Chango Cucco, Diego Delamer, Oscarcito Brañas entre otros. Con ellos tuve debut y despedida sobre las tablas pampeanas”, sonríe al evocar.
“También me vinculé a quienes serían mis compañeros de curso de 4° y 5° año del Colegio Nacional (Promoción ‘71), que me hicieron sentir uno más, y con quienes hasta hoy nos tratamos”. Y menciona a algunos: Jorge “Polio” Peralta,
“Willy” Pérez Funes, Oscar “Retacón” Rodríguez, “Cali” Arredondo, Julio Chiri, Juan Pablo Morisoli, entre ellos.
Primeros trabajos.
Su primer trabajo informal fue a los 16 años, como productor de publicidad
para programas de César Di Narde en LU33 Emisora Pampeana. “Allí conocí gente como Antonio Goncálvez, Guillermo Fernández, Susana Evangelista, Viviana Córdoba y Mario Boschi. No tenía carnet de conducir pero iba por los pueblos a levantar publicidad”, cuenta.
Un año más tarde fue conserje del Hotel Calfucurá, que estaba en su esplendor. “Cursaba el 5° año del secundario, y mi trabajo era nocturno, desde las 11 de la noche hasta las 7 del día siguiente. Nos quedábamos con otro empleado que era Ricardo Baudaux (años más tarde sería Jefe de la Policía). Estudiaba de noche y me iba del Hotel derecho al colegio Nacional”.
En Turismo.
En su trabajo en la Administración Pública permanecería nada menos que 47 años. “Estuve todo ese tiempo en lo que fue primero Departamento de Turismo de la provincia. Ingresé en mayo de 1972 y el personal eran sólo cuatro personas: el Jefe de Despacho Alfredo Alí, mi maestro en la Administración Pública; Ricardo ‘El Negro’ Villarreal que además era periodista de La Arena; Delia Dal Santo y Martiniano Méndez, administrativa y ordenanza, respectivamente. Lo curioso era que Turismo funcionaba en lo que es la sede del Partido Justicialista, entonces incautada por el gobierno de facto”.
Allí se jubiló, después que la dependencia pasara de Departamento a Dirección, hasta llegar a lo que es hoy, Secretaría. “Tuve grandes maestros, como el profesor Fernando Aráoz y Magdalena Marchisotti, coseché buenos amigos y
conocí a Daniela, mi actual esposa desde hace 18 años”, resume.
Los estudios.
Sostiene Pedro que “la abogacía, el derecho y la Justicia han sido una cuestión de herencia genética, no un mandato familiar. Mi padre abogado, mis
hermanos y hermana abogados, mi hijo abogado y mi nieto mayor estudiante
de abogacía”.
Porteño de origen y con todos los tíos y primos en Buenos Aires, la UBA debería ser el destino natural para cursar. Pero no sería así. “Fue tal el destrato en la Facultad cuando viajé a Buenos Aires a inscribirme que creo allí adopté definitivamente la condición de pampeano. Y me decidí estudiar en la Universidad del Litoral, en Santa Fe”.
Alumno libre.
Y no sería fácil cursar. “Tenía una familia recién constituida y la necesidad de trabajar, lo que me llevó a hacer la carrera de Abogacía en condición de ‘alumno libre’, viajando cada tanto para rendir los exámenes finales. Ïbamos a Santa Fe -en auto o en micro- desde Trenque Lauquen los viernes y regresábamos los sábados. Fuimos con mi hermano Luis (se graduaron el mismo día), Liliana Phagouapé y Elisa Arrese, hoy también abogadas”.
Ya matriculado ejerció la profesión en forma privada durante 30 años. “Primero con Rubén Camargo (padre del actual concejal) que me abrió las puertas de su Estudio, luego con mi hermano Guillermo nos instalamos con el nuestro; y al final estuve solo hasta mi jubilación”, precisa.
El mundo de la política.
La convulsionada salida de la dictadura de Alejandro Agustín Lanusse y el retorno a una débil democracia, muy marcada por la violencia en aquellos años, lo tuvieron como un mero espectador, ajeno a toda militancia política. “No pasaba de participar en alguna marcha o de la firma de alguna solicitada”, expresa.
Sin embargo habría de producirse, antes de las elecciones de 1973, un hecho movilizante. “Conocí a un joven Raúl Alfonsín”, quien desde el recién fundado Movimiento de Renovación y Cambio salía a disputarle la precandidatura presidencial por la UCR al viejo caudillo Ricardo Balbín, que ganó la interna por 15 mil votos.
De ese movimiento interno también era fundador “un joven y talentoso
Antonio ‘Pacheco’ Berhongaray. Su participación en causas como la
defensa de los ríos pampeanos, desde la Copdrip, y la nacionalización de la
Universidad de La Pampa, me acercaron definitivamente a la Unión Cívica
Radical”, afirma.
El querido Oscar De María.
Pedro Salas ha sido, y es, un agudo observador de la realidad y un hombre comprometido con los principios del radicalismo. “Vivir la época del terrorismo de estado, la violencia política y la sangrienta dictadura del ’76, siendo padre de un hijo de 9 años y de una hija de 6, me impulsaron a ser un activo militante político a partir de 1983. Me afilié y me acerqué a Oscar De María, para mí el dirigente radical con mayor compromiso social y militancia barrial que conocí. Oscar me brindó el honor de su amistad y con él trabajé desde la recuperación de la democracia hasta su temprana muerte en abril de 2002”, lo recuerda con emoción.
Desde entonces siempre tuvo militancia política y partidaria, y sólo en algunos
períodos alternados desempeñó cargos electivos o por designación. Le gusta dejar en claro que es “un profesional de la abogacía que hace política y no un
profesional de la política”.
Tuvo cargos en todos los organismos partidarios y en dos períodos discontinuos
fue electo Presidente de la Convención Provincial”.
Interesado en la cosa pública.
Con el voto ciudadano fue concejal de Santa Rosa entre 1987 y 1991 –el más joven de ese período-; Convencional Constituyente Provincial en 1994 y Secretario
de Gobierno entre 2008 y 2011, con la intendencia de Francisco Torroba.
Las internas partidarias también le confirieron “responsabilidades y
tristes derrotas: fui precandidato a vicegobernador acompañando a Oscar ‘Cacho’ Caferri en 1991, y precandidato a intendente de Santa Rosa en 2015”.
Hoy, ya alejado de todo cargo político desde hace trece años y sin cargo partidario hace dos, sigue interesado y preocupado por la cosa pública.
El rol de la UCR.
Especialmente intranquilo por el rol que hoy desempeña la Unión Cívica Radical, “partido que tiene más de 130 años de historia y un conjunto de principios, dogmas y valores, con los que me identifico hace más de 50 años, y sí, preocupado por el rumbo que tomen sus actuales dirigentes y representantes políticos”.
Cuando le pido opinión sobre el gobierno municipal de Luciano di Nápoli en Santa Rosa, y de Sergio Ziliotto en la provincia, dice que “podría plantear diferencias puntuales y discrepancias en criterios y actos de gestión. Pero lo cierto es que las instituciones funcionan y el equilibrio de poder entre los oficialismos y la oposición han favorecido el debate y la discusión política, y la necesaria búsqueda de consensos para facilitar y mejorar la vida de los santarroseños y de los pampeanos en general”.
“Sesgo autoritario”.
No deja de señalar que se siente “profundamente preocupado por el sesgo seriamente autoritario, agresivo, discriminador y retrógrado que toman día a día el Gobierno Nacional y su séquito de aduladores que, con la excusa de presuntos logros económicos, justifican el desprecio y el avasallamiento a las instituciones de la República y los valores de la democracia”.
Agregó que no justifica que se hable de que baja la inflación que “está bien, o de la desarticulación y desregulación de la burocracia inútil. Pero el equilibrio fiscal y el déficit cero en las cuentas públicas deben ser una meta y no ‘un fin que justifique los medios’. No se pueden alcanzar a costa del sacrificio de las prestaciones previsionales, del financiamiento de la
educación y la salud públicas. No se pueden dibujar a costa del federalismo,
con la retención indebida de los fondos que por ley les corresponden a las
provincias”.
Teléfono para correligionarios.
En su análisis, Salas consideró que todo aquello “no condice con los principios de la UCR, y no importa si ese mensaje cala en las preferencias de un electorado descreído de la política. Un partido político no es una consultora de opinión; la UCR no debe hacer o propiciar aquello que las mayorías circunstanciales deseen que se haga, sino que debe proponer lo mejor para los argentinos -con especial atención en los más vulnerables- y persuadir a los ciudadanos de apoyar aquello que se deba hacer porque es lo correcto. Cuesta reconocer a la Unión Cívica Radical en muchos de los actos o decisiones del partido o acompañamientos de ciertas decisiones”, reprochó.
Teléfono para algunos dirigentes que no trepidan en sostener que “hay que aliarse con todos, incluso con La Libertad Avanza” para ganar elecciones.
Quien quiera oír…
En este tiempo, sin perder de vista la actualidad –también la de su partido-, Pedro cumple con esmero y alegría la tarea de “remisero de nietos... y fotógrafo ocasional de la naturaleza circundante”. En tanto continúa atento a los acontecimientos, sobre todo y precisamente por ellos... los que heredarán el país que vayamos a dejarles.
“Cuando no recordamos lo que nos pasa,/nos puede suceder la misma cosa./Son esas mismas cosas que nos marginan,/nos matan la memoria, nos queman las ideas,/
nos quitan las palabras…”. Quien quiera oír que oiga…
Santa Rosa pionera
Pedro Salas dice estar “convencido que las transformaciones desde la función pública se impulsan y se concretan desde los ‘Ejecutivos’. Y ahora cuando se levantan voces y propuestas que amenazan avanzar contra logros alcanzados con las políticas de género, es bueno recordar el respaldo que brindó el intendente Francisco Torroba a la implementación de políticas públicas y acciones concretas contra la trata de personas y contra la explotación sexual”.
Valorizó que mientras fue secretario de Gobierno, “con el accionar de Mónica Molina, que puso en marcha un Plan de Acción en Políticas de Género; y desde el Concejo Deliberante con el trabajo de la concejal Alicia Iribarren, se consiguió la prohibición de funcionamiento de whiskerías y cabarets, y se convirtió a Santa Rosa en pionera y ejemplo a seguir en todo el país”.
Apuntó también que “en la gestión se aprobó el ‘Programa Integral para la prevención, asistencia y desarrollo de oportunidades para las víctimas de explotación sexual y prostitución’. Y así la ciudad estuvo nuevamente a la vanguardia en una posición netamente abolicionista y progresista”.
Es que fue una gestión de la Unión Cívica Radical bien diferente a las propuestas de este Gobierno nacional que se ubica, en este y otros temas, en las antípodas.
Pedro, el fotógrafo.
Cabe señalar que Pedro Salas se ha destacado como fotógrafo, hobby que comenzó cuando se mudó a vivir a La Cuesta. “La ‘Fotografía de Naturaleza’ como modo de expresión artística, fue a a partir de encontrarme con un entorno agreste donde la fauna silvestre convive con nosotros en forma cotidiana”, explicó.
Dice ser “fotógrafo ocasional de la naturaleza circundante, y tuve la suerte de contar con las enseñanzas de grandes maestros de la fotografía, que ya no están entre nosotros, como Jorge Cuelle y Eduardo Pérez”.
Sus fotos fueron exhibidas en la serie “Aves de La Pampa” en tres exposiciones sucesivas: en Santa Rosa (2019), en Parera (2022) y en la ciudad de Buenos Aires (2023).
Cabe agregar que sus tomas durante cinco años seguidos fueron seleccionadas para ilustrar los almanaques de la Caja Forense de Abogados de La Pampa.
Una vida en tres imágenes.
Con las fotos.
En una de las muestras fotográficas donde expuso su obra. Empezó como un hobby cuando fue a vivir a un lugar agreste y natural. Tuvo como maestros a Jorge Cuelle y Eduardo Pérez.
Con Casella.
La escena lo toma con un gran referente del radicalismo a nivel nacional, Juan Manuel “Cachi” Casella. Pedro se acercó decididamente a la política luego de conocer a Raúl Alfonsín.
Con Isabel Sarli.
Una foto “cholula”. Pedro aparece posando con la mítica actriz Isabel Sarli. La escena se registró durante un encuentro fortuito que se concretó en una sala de teatro porteña.
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