Jueves 25 de abril 2024

Verónica se reinventa con un hobby

Redacción 01/02/2023 - 09.35.hs

“Ocupar el tiempo en algo positivo”, ese fue el propósito de Verónica Roda, quien al momento de jubilarse no pensó en quedarse ni un solo segundo sin hacer nada. Desde siempre le había gustado todo lo que tenía que ver con el arte y fue en ese momento cuando tomó la decisión de inscribirse en la Escuela de Oficios del Centro de Formación Profesional Nº 3 de Santa Rosa.

 

Había muchas opciones, pero Verónica eligió el curso “Restauración de muebles”. Ella es instrumentadora quirúrgica jubilada, tiene 62 años y aclaró que hizo el taller “de grande”, como un hobby. “Tenía que tener un plan B por mi jubilación, no me iba a quedar en casa, tenía que hacer algo más”, dijo entre risas en diálogo con LA ARENA. “En líneas generales siempre me gustó la historia del arte y, dentro de eso, la restauración de muebles”, señaló en relación a la elección del curso.

 

En un principio Verónica dudó de inscribirse porque “hay cupos limitados” y quería “darles la posibilidad a aquellos jóvenes y personas que no tengan una instrucción o un oficio. A veces uno termina siendo un tapón para que otra persona pueda ingresar, pero no pasó nada de eso”. Luego de un sorteo y como el curso de Restauración no se excedía, logró entrar sin inconvenientes.

 

Diversidad.

 

El taller comenzó en marzo de 2019 y se extendió hasta agosto del mismo año. No se acuerda con cuántas personas cursó en aquel momento, pero sí resaltó que “todos los talleres eran muy numerosos de jóvenes, mujeres y hombres grandes, eso es lo que tiene de importante la Escuela de Oficios”. Siguiendo esta línea señaló que “estamos acostumbrados a pensarnos en determinados oficios como mujeres y este espacio atraviesa a todos los géneros; no hay problemas porque había mujeres electricistas, mujeres en electricidad del automotor, construcción en seco”.

 

Verónica recordó que del taller participaron hombres y mujeres, “está todo mezclado, muy bien”. Pero también celebró que entre las personas que se inscribieron había “diversidad de edades y de preparación intelectual – cabe destacar que el requisito es que las personas tengan el nivel primario completo-”.

 

-Por lo que escuchaste, ¿por qué las personas se inscriben en este curso?

 

El primer día, el profesor Aldo Maceda nos preguntó qué expectativas teníamos con el curso y por qué lo queríamos hacer. Cada uno contó su particularidad, como tener una salida laboral rápida o algunos que ya tenían conocimiento previo de carpintería querían perfeccionarse. Es un curso intensivo, pero de noche. Tener esa posibilidad, de que al final de la jornada podés ir a capacitarte de manera presencial, gratuita, es una ventaja extraordinaria. Lástima que no hay más escuelas de oficios porque la infraestructura no alcanza.

 

Taller.

 

Verónica dedicó un espacio de la entrevista para explicar específicamente de qué se trató su curso. “Restauración es volver al estado de como estaba, manteniendo el estricto orden del estilo, la madera, color, acabado y esto tiene más que ver con una recuperación de muebles, poderlos mantener, renovar, cambiar el estilo, utilizar una parte del mueble. Lo que entra en juego es el dominio de las herramientas -manuales o eléctricas-, del material que es la madera y, dentro del universo de las maderas, poder distinguir una madera dura de una blanda, el perfume de la madera para saber qué tipo es. Nos enseñaron todo eso”, desarrolló.

 

Es por ello que, en lugar de llamar “restauración”, prefirió denominar al curso como un espacio para aprender a “reparar, reconstituir, reforzar, reciclar”. La primera etapa del taller consistió en una introducción teórica sobre las herramientas y luego cada uno acercó objetos de madera que debían ser reparados o restaurados que estaban en la casa de la familia, amigos, allegados.

 

“Hubo distintas experiencias y eso fue muy rico porque no es que todos aprendimos a reparar mesas, sillas, meas de luz, ropero, bibliotecas en el mismo momento. En función del entusiasmo que tenía cada uno en su restauración, íbamos viendo el proceso entre todos y se hizo mucho más rico, más dinámico”, describió. Dijo que esa metodología de trabajo permitió que el taller sea “más interactivo”. Si bien el profesor es quien recomienda cómo realizar el trabajo, el curso “despierta tu creatividad”.

 

El futuro.

 

La primera restauración de Verónica fue una silla veneciana, también se enorgulleció de su trabajo en el taburete del piano con una técnica muy difícil que le llevó mucho tiempo. También realizó muchos trabajos para sus amigos, “pero no como algo lucrativo, sino solo por el placer de hacerlo y el desafío de ver si se puede recuperar”.

 

Ahora el próximo objetivo de la instrumentadora quirúrgica es preparar un contenedor que tiene en el patio para poder trabajar más tranquila sin tener que usurpar otros espacios de la casa. Estima que la aislación del frío y el calor estará terminada para marzo.

 

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