“Símbolo de múltiples tareas”

“No tuve que pensar mucho ni evaluar distintas ideas. Desde el primer momento:pensé en mi madre, y en mis amigas, que se encargan del marido, del abuelo, de los hijos, cocinan, organizan la economía hogareña y además ejercen cada vez más oficios. Mamá llegaba de trabajar toda la mañana en un comercio, hacía la comida, después limpiaba la casa y salía corriendo para dar clases en varias escuelas. No hice ninguna elaboración teórica: utilicé esa imagen de simultaneidad de cosas que hacemos las mujeres, sintetizada en una mujer que lleva a su hijo, la bolsa de mandados, un attaché y le agregué un casco como símbolo de los muchos oficios que también realizamos”, explica Jimena Cabello, mientras completa los detalles finales.

 

Su obra “Mujer Trabajadora Pampeana” es una escultura en cemento, destinada a ser emplazada en un espacio público, ganadora del concurso organizado por las Mujeres Sindicalistas de la CGT Regional Centro Sur y la Secretaría de Cultura. “La propuesta era una obra figurativa, lo cual resulta ideal para un espacio público porque permite una lectura inmediata”. En el mundo hay pocos monumentos a la mujer trabajadora y ninguno en Argentina. “Las luchas feministas han conseguido una mayor visibilización de la desigualdad, pero a pesar de los espacios ganados, los hombres siguen acompañando muy poco y el resultado es que las mujeres seguimos sumando tareas a la carga del hogar”, lamenta.

 

Una nueva experiencia.

 

Acredita una prolongada experiencia en las artes plásticas “pero nunca había trabajado con cemento”. Jimena es empleada municipal y desde hace unos cinco años está dedicada a restaurar y mantener las esculturas emplazadas en espacios públicos de la ciudad. “En total hay 78 y todas necesitan mantenimiento y restauración porque muchas llevan más de 25 años a la intemperie”, comenta.

 

De todos modos, esta obra resultaba una experiencia novedosa. Confirmando esa simultaneidad de tareas, mientras relata el proceso a LA ARENA, sentada junto a un balde de albañil, sigue cubriendo delicadamente las imperfecciones con una espátula. “Empecé haciendo pruebas. Primero hice una escultura pequeñita con alambre, luego dos más. También me puse a estudiar un poco y observé algunos videos”.

 

Sin embargo, la ayuda más importante provino de un especialista pampeano. “Tenía el contacto de Mauro Stefanazzi, artista del sur de la provincia, con quien nunca me había comunicado y todavía no conozco personalmente. Lo llamé porque vi que sabía trabajar en cemento y me pasó audios con información muy precisa: cómo hacer una escultura en cemento, qué hierros usar. Y también evacuó todas mis dudas, con una generosidad increíble y una modestia tremenda. Además de escultor talentoso, es una gran persona y le debo un total agradecimiento”, confiesa.

 

Albañil de barrio.

 

Ese contacto resultó fundamental. “Entonces tomé coraje y supe que saldría bien. Hice las primeras pruebas en cemento y hablé con mi vecino albañil del barrio, el Pelado Flores, quien se comprometió a ayudarme”. Elaborar el armazón de hierro le demandó “tres semanas”. Para completarlo utilizó “hierro del 4, alambre de fardo, una malla de pajarera y otra de tipo mosquitero, cosida con alambre galvanizado. De ese modo pude armarla con las manos, usando muy pocas herramientas y sin soldaduras, para evitar la corrosión”.

 

Cuando llegó el momento de cubrirla con cemento, convocó a Flores. “Hicimos dos pastones, llenamos la estructura y le dimos una primera cobertura. Después fui sumando pasadas cada vez más finas para tapar imperfecciones, y después comencé el proceso de pulido para tallar algunas formas, como el rostro”. La cobertura final fue “una lechadita de marmolina, que aportó un color uniforme”.

 

Todavía no está definido su lugar de emplazamiento. “Creo que las mujeres cegetistas pretenden instalarla junto al monumento del hombre trabajador, frente a la Municipalidad, pero emplazar una escultura requiere trámites burocráticos y la intervención de varias áreas del municipio. Es lo de menos, donde sea estará bien”, concluye.

 

Jimena es mujer, madre, artista y trabajadora. Con las manos y ropas sucias de cemento seco, se yergue para observar la obra terminada y su sonrisa denota satisfacción. Aún no se percata, pero está mirándose en un espejo.