Una aparición y algunas omisiones

Apareció y dijo. A horas de la reunión partidaria de la víspera y los encuentros que el gobernador y presidente del PJ convocó a intendentes de su fuerza, una rutilante aparición público-periodística (pongámosle así) de Carlos Verna sirvió para agitar el avispero y romper el atronador silencio en que el oficialismo se sumió luego de las elecciones del 14 del mes en retirada.

 

Y lo hizo a lo Verna. Eligiendo al interlocutor, como está muy de moda tanto en política como en otros aspectos de la vida nacional. Es decir, a salvo de preguntas incómodas y de las más incómodas aún repreguntas de algún periodista.

 

Y lo hizo también con una manera muy particular de interpretar, analizar y, eventualmente, repartir facturas. Y sumó además otra decisión tan sorpresiva como difícil de asimilar, al anunciar que la que -dicen- es la línea mayoritaria del PJ no tendrá candidato para las cruciales elecciones nacionales que vienen y donde La Pampa renovará dos bancas en el Congreso Nacional.

 

Para el dos veces gobernador, el oficialismo retuvo el gobierno provincial, pero “perdió la provincia” al caer derrotado en varias localidades. Criticó a funcionarios “que no funcionan” y pidió públicamente al gobernador Ziliotto que haga cambios, aún cuando contó que habla con él en forma permanente lo mismo que con Rubén Marín.

 

Dejó también conceptos sobre la falta de acción política para acompañar la gestión y mencionó algunas recetas para revertir, en los años que llegan, esta pérdida de apoyo y/o votos del pueblo pampeano.

 

No personalmente como sí lo hizo antes de las elecciones, en su única aparición semi-pública, pero a través de algunas voces que llegan desde General Pico, admitió que disponer o no de candidatos de esa ciudad influye, y mucho, en el humor de los votantes locales y por lo tanto en el conteo global. “Tener una candidata de la ciudad fue importante", dijo con todas las letras y así se publicó el análisis de uno de ellos.

 

Mucho se dijo en las legislativas de dos años atrás de los brazos cruzados de la militancia piquense-vernista en la ocasión, incluida la licencia que por motivos personales tomó la intendenta Fernanda Alonso. ¿ El peronismo de Pico, al parecer dominado internamente por la Línea Plural que Verna lidera, es algo así como una provincia de Mendoza que quiere independizarse del país para decidir por sí mismos?. Ayuda por favor pedimos para desentrañar esta posición, casi extorsiva de “si no tengo candidatos míos no te voto”, que se verifica en los números y los dichos.

 

Volviendo al análisis de CV, un repaso no muy sesudo sobre los fríos números permite establecer con claridad que el ganador, Sergio Ziliotto, resultó la persona más votada en la provincia. Por eso ganó, según lo que reza la página oficial del Tribunal Electoral, con el 47,66 % de los votos. Si queremos hilar un poco más fino, veremos que casi no hubo diferencias en General Pico con los que recogió Fernanda Alonso y que el actual gobernador fue en Santa Rosa mucho más votado que el intendente Luciano Di Nápoli, 3,86 puntos porcentuales más.

 

Cada una de las 11 veces que los pampeanos hemos ido a las urnas desde 1983 hasta la fecha han tenido ingredientes, contextos distintos. Fue creciendo el número de sufragantes, lógico, y la situación nacional ha sido todo lo fluctuante como cada uno sabe, vivió y recuerda. Pero en términos porcentuales, y en el contexto actual que para que vamos a describir, uno de los más desfavorables para el oficialismo, la victoria de Ziliotto superó al 40% de Marín por sobre Berhongaray en 1983, igualó a Verna en el 2003 con el 48% sobre Francisco Torroba y estuvo también por arriba del 45% con que Jorge venció a Juan Carlos Marino y el 46% que el propio Verna sumó para vencer a Torroba en 2015. Ni la mejor ni la peor, si las hubiera.

 

Verna mencionó las derrotas en una casi veintena de localidades y, tal vez se le pasó por alto, que en la mayoría de los casos los derrotados están alineados bajo su conducción. La Plural fue la que cedió en Luiggi, Quemú Quemú, La Adela, Alpachiri, Macachín, Intendente Alvear y siguen las firmas. Una buena repregunta hubiese resultado plantear en que grado influyó esa realidad en la cuenta final, no sólo para la carrera por el Centro Cívico sino también por la cantidad de bancas que la lista 502 ocupará desde diciembre en la Legislatura.

 

Entusiasmado tal vez en contar sus pareceres sobre lo sucedido en toda La Pampa, omitió repasar la actuación de su tropa mas cercana. En fin…

 

Sin dudas que los resultados y nombres propios que dejó el 14 de mayo sobre el tapete, abren todo un abanico de distintos aires en el corto, mediano y largo plazo. No son pocos los peronistas que ven con buenos ojos que la PASO que se avecina, y aunque todos saben que hay apenas un sillón en juego, resulte un buen momento para mostrar cartas e ir por su legitimación a las urnas. Una interna, dicen, podría dejar en claro cuantos porotos reales tiene cada uno.

 

El Gordo Motoneta