Viernes 03 de mayo 2024

Veteranos, el sueño de un predio propio

Redacción 03/12/2023 - 00.54.hs

Casi todos tienen hijos, muchos también nietos… pero igual, parecen chicos corriendo detrás de una pelota. Están los que alguna vez jugaron oficialmente al fútbol en una cancha donde rodaba una de cuero flamante, los protagonistas se ponían el mismo uniforme, y un señor vestido de negro con un silbato en la boca (aunque el color de su vestimenta hoy puede ser cualquiera) impartía justicia.

 

Pero también una gran cantidad de esos “muchachos” que hoy corren detrás de una pelota en el Complejo “Horacio del Campo” de Toay, nunca antes lo habían hecho de manera organizada.

 

El otoño de la vida.

 

“Muchachos” decimos –entre comillas—, aunque en realidad deberíamos decir “muchachos grandes”; para graficar de mejor manera que son personas que han llegado –los más mayores-- al otoño de sus vidas. Porque están en ese período de la existencia en la que –se entiende-- las piernas ya no responden como cuando salían a una cancha a jugar 90 minutos defendiendo los colores de un determinado club. O en otros casos –de otro tiempo-- cuando se prendían en cualquier picado futbolero de los que se armaban en algún baldío de la ciudad. El clásico potrero que pasó al olvido y que nuestros pibes no conocen porque ahora hay “escuelitas de fútbol”… allí los profes les tratan de enseñar lo que aquellos llevaban desde el barrio, donde surgía presto el truco ilusorio de una gambeta, un caño, un taco o un sombrero.

 

La pelota, esa adicción.

 

En la etapa de la juventud o de la adultez plena –cuando el hombre está en un momento cúlmine de la vida, en lo físico y mental--, muchos de los que en estos días corren como chicos detrás de una pelota en el “Horacio Del Campo”, participaban con la exigencia que supone el fútbol oficial y organizado. Pero ese momento pasó… muchos dejaron la práctica y tal vez nunca más patearon una pelota, y es probable que otros despuntaran el vicio de manera distendida y sin obligaciones…

 

No obstante, los que amaron el juego –ese que hicieron casi desde que empezaron a caminar-- es difícil que puedan olvidarse definitivamente de lo que es esa sencación de sentir la pelota picando en una cancha. Es como una adicción, y sólo la merma de la condición física pudo haber conseguido que se atenuara –sólo un poco-- la pasión.

 

Los pioneros.

 

Un día, algunos de quienes se desempeñaron oficialmente, y otros entusiastas que siempre se prendieron en cualquier torneo barrial o de aficionados, se dijeron que algo había para hacer. Y así armaron la Liga de Veteranos de Fútbol de Santa Rosa, La Pampa.

 

Es probable que ahora, en el repaso, se olviden muchos nombres, pero hay que decir que hubo pioneros que pensaron en ordenar el fútbol que los reunía --ya de grandes--, algunos sábados por la tardes.

 

Y entre ellos se puede mencionar a Roberto Ibáñez, Omar y Hugo Zalabardo, Roberto Forestier, Pilinga Pérez (que participaba de la organización), Ricardo Valcarcel, Mingo Campo (hoy viviendo en la paradisíaca Marbella, pero siempre presto a jugar algún torneo que se haga por aquí), Oscar Cerenignana, Pantera Rodríguez (verdadero y querido personaje del fútbol de los sábados) Néstor Floris, Horacio Rosales y “El Perro” Baretto, entre otros.

 

Precisamente Floris, ex jugador de General San Martín, y conocido ex trabajador de la CPE Santa Rosa, iba a ser el primer presidente de la Liga de Veteranos. Hoy, y desde hace pocas semanas, el ex jugador de General Belgrano, Horacio Rosales, es el nuevo titular de la organización.

 

600 jugadores.

 

El dirigente –quien además fue presidente hace algunos años del Club General Belgrano--, indicó que los sábados en el “Horacio Del Campo” de Toay se disputan los torneos de las distintas categorías en cuatro canchas. Son alrededor de 600 jugadores, entre los que se cuentan quienes han sido figuras de nuestro fútbol, y otros que no jugaron oficialmente antes.

 

Lo habitual es que el complejo toayense se vea invadido en cada jornada por unas 1.500 personas, muchos familiares y amigos de los jugadores. “Es así, va mucha familia, la esposa, los hijos y hasta los nietos... Son 12 partidos que se disputan por jornada”, precisó Rosales.

 

Movida económica.

 

Señaló que la idea este año es poder terminar los torneos “para mediados de este mes. Se están jugando las instancias finales, y ya es hora de darle final al año, porque se vienen los calores bravos que son un problema”.

 

Destacó Horacio que “se debe entender que el fútbol de la Liga de Veteranos; y también otros torneos como los que hace La Barranca por ejemplo, muy bien organizados; provocan una buena movida desde lo económico. Y hasta diría que es una salida laboral para mucha gente, porque involucra a entrenadores y preparadores físicos, se venden zapatillas, camisetas, medias, pantalones y equipamiento en general. ¡Y también ‘Átomo’...!”, agregó risueño aludiendo a que muchos de los deportistas utilizan distintos ungüentos para calentar sus músculos o atenuar posibles dolores por el esfuerzo. “Todo eso además de los viajes que se hacen en distintas épocas del año a los torneos que organiza la Federación Argentina de Fútbol de Veteranos”, completó.

 

Un sueño.

 

Desde hace bastante tiempo quienes han estado a cargo de la Liga vienen bregando por conseguir un predio que les permita armar su propio complejo de canchas, sin tener que acudir a alquilar como ha sucedido hasta el presente.

 

“Es el sueño más grande de dirigentes y jugadores. Que además nos daría un sentido de pertenencia, y por eso lo necesitamos prioritariamente. Andamos en la búsqueda, y hemos visto cuatro o cinco posibilidades por los que nos han pasado algunos valores”, contó.

 

“¿Cuanto precisaríamos? Calculamos de 15 a 20 hectáreas, para hacer seis canchas de 11 jugadores, dos de 7 y dos de 5. Y además pensar en una cantina y una casa para el cuidador”, puntualizó.

 

La idea fija.

 

Y agregó: “Aún no tuvimos suerte, pero estamos con esa idea principal para nuestra gestión, y vamos a ver si se puede concretar. En principio lo que tenemos previsto es empezar a cobrar 1.000 pesos por jugador para apuntar a ese sueño, o como un fondo de contingencia”.

 

Sobre la posibilidad de ubicar algún terreno fiscal que le pudiera ser cedido a la Liga, Rosales sostuvo que habrá que ver (quizás en Catastro) si hay alguno disponible. Porque lo que resulta claro es que, si lo consiguiéramos, no sería para algo ocioso sino para ponernos a hacer obras en el lugar apenas podamos conseguirlo”.

 

Finalmente dijo que la nueva comisión directiva tiene “una responsabilidad linda y hay que meterle para adelante. Ese es el compromiso… lo cierto es que hay una relación directa entre el fútbol, la camaradería y la amistad. Todo eso genera una simbiosis excepcional, muy positiva, en un momento de la vida en que uno tiene más tiempo para dedicarle a esas cosas”, concluyó.

 

Rosales presidente.

 

El pasado 22 de noviembre se realizó la asamblea que determinó el recambio de autoridades en la Liga de Veteranos de Fútbol de Santa Rosa. Hubo lista única y Horacio Rosales fue ungido como nuevo presidente.

 

El resto de la comisión directiva se compone con: Ángel Darío González (vicepresidente); Mariano Armando Ramírez (secretario); Claudio Daniel Rosales (prosecretario); Mario Daniluk (tesorero); y Jorge Eduardo Deanna (protesorero). Serán vocales titulares Roberto Larena y Oscar Alfredo Dávila; y suplentes Edgardo Darío Paredes y Hugo Jorge Vendramini. Revisores de cuentas, Hugo Ricardo Tirenni, Raúl Eduardo Godoy y Héctor Raúl Barales Quevedo.

 

Se recuerda que la primera comisión directiva –eso fue en 2003-- fue presidida por Néstor Floris.

 

Cabe señalar que la Liga está afiliada a la Federación Argentina de Veteranos, cuyo presidente es Raúl “Cacho” Martínez. Esta entidad tendrá elecciones el 14 de diciembre, y es probable que Néstor Floris lo suceda en el cargo.

 

(M.V.)

 

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