Lunes 09 de junio 2025

Se jubila un hombre bueno

Redacción 31/10/2011 - 04.15.hs
(General Pico) En General Pico hay una persona que vio casi diez mil amaneceres. Un hombre, con algunos hilos de plata en su pelo, que se levanta cuando la mayoría de los habitantes duermen y que de manera silenciosa cumple con su trabajo. Se llama Florentino Torres, aunque todos los llaman "Tino".
Hoy, como desde hace 21 años, se levantó a las tres de la mañana, se subió a su motocicleta y esperó por la llegada de los paquetes del diario LA ARENA. Luego, armó cada ejemplar y partió por las calles de la ciudad a cumplir con el reparto. Tendrá un sabor especial la recorrida del lunes. A partir del 1º de noviembre "Tino" ingresará en la ensenada de la jubilación, ese rincón que premia a los que han cumplido con una vida dedicada al trabajo.
Y si de trabajo se trata, "Tino" Torres sabe el valor del esfuerzo desde su adolescencia. Arrancó su labor a los 13 años en los campos cercanos a Monte Nievas, su pueblo natal. Y cuando la labor rural desfallecía, comenzó a vender los diarios en su terruño, entre calles de tierra y arena. Así aprendió a convivir con la hora en que cielo se convierte en una franja de dos colores. O con las heladas que dejaban blanco el verde de las plantas.
Cuando se aferró al oficio de "canillita", los días de descanso comenzaron a escasear: sólo tres mañanas al año no debió levantarse a repartir los ejemplares. Y aquella rutina sacrificada en el pueblo lo trajo a General Pico. En 1990 la Argentina vivía los albores del menemismo. El presidente riojano se había recortado las patillas y ampliado el número de integrantes de la Corte Suprema de Justicia. Aún no existía la convertibilidad y el país se aprestaba a vivir en diciembre una nueva asonada militar, de la mano del coronel Mohamed Alí Seineldín.
En aquel convulsionado año, "Tino" se alejó de su pueblo y se afincó en la ciudad. Y se hizo cargo de la distribución y venta de LA ARENA en General Pico, un paso trascendente en su vida personal. Y reinició su rutina pero ampliada. El despertador que resuena en la madrugada y recorrer las calles a pesar de las inclemencias del clima. Es que si algo desean los lectores es tener el diario temprano, ya sea en la casa, en la oficina o en las confiterías.

Amigos.
Con el correr de los años, clientes se convirtieron en amigos. Y muchos se dieron cuenta de la responsabilidad del "Tino" para cumplir con su trabajo, al que le puso tanta pasión como cuando defiende a su equipo de fútbol: River Plate. Y los días conviviendo con la tinta y el papel se convirtieron en semanas, meses y años.
Hoy "Tino" Torres cumplirá con su labor. Dejará los diarios en el umbral de las viviendas y en los kioscos, para luego dejar su gorra colgada en el hogar. A partir de mañana disfrutará de su jubilación y del afecto que sembró en General Pico. Y con seguridad recibirá el cariño y lo saludos, que se merece todo hombre bueno.

 


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