Firmaron desvinculación de más de cien trabajadores
(General Pico) - Triste y solitario final para una inversión millonaria. Tras arduas y dilatadas negociaciones se firmó ayer el acuerdo entre los propietarios del frigorífico Pampa Natural y los ahora ex trabajadores, que deja en la calle a más de 120 familias.
El encuentro se realizó en la oficina de Relaciones Laborales, presidida por David Diván y representantes de ambas partes. Por el sindicato de la carne participó el dirigente Antonio Dardo Loza, junto a los delegados de los trabajadores, Ismael Pereyra y Mariano Stefanelli. En nombre de los empresarios estuvo presente la representante legal, Susana Geminiani.
Los trabajadores debieron aceptar condiciones de despido degradantes: cobrarán las indemnizaciones en cuotas y por montos menores. Para los gremialistas no había margen para sostener posturas más firmes, ya que se corría el riesgo de ingresar los empleados en el concurso preventivo de quiebra, donde no se sabría cuánto ni cuando cobraría cada uno. Se estima que esa acción judicial podría durar alrededor de tres años.
Indemnizaciones.
En las negociaciones llevadas a cabo hacia fines de enero en la capital provincial se acordó que los trabajadores percibirán la mitad de la indemnización, que será pagada en algunos casos en hasta tres cuotas. El primero pago se realizaría el martes 15 de febrero.
En medio del sombrío panorama laboral y familiar, los empleados tendrán un alivio: para mediados de la semana que viene estarían cobrando los subsidios nacionales por desempleo, de noviembre y diciembre, cuya suma alcanza los 4800 por los dos meses. Ese beneficio también, alcanzará a los obreros de la planta frigorífica INDECO, ubicada en Toay, tal cual lo confirmó el propio Loza, secretario general de la Carne.
Las imágenes y las caras de ayer contrastan con aquellas de los finales del 2007, cuando una numerosa comitiva oficial participó de la inauguración del frigorífico. Aquel día de diciembre se prometieron 300 puestos de trabajo y una faena de 6 mil animales vacunos por mes. La historia empresarial demostraría otra cosa. El directorio fue conformado por una alianza de empresarios de la carne del sur del país con productores pampeanos, cuyas relaciones internas se fueron resintiendo. A los pocos meses de habilitada la planta hubo suspensiones de operarios y despidos.
Para poder montar el establecimiento, el gobierno provincial brindó un generoso aporte, con un crédito de 14 millones de pesos a devolver a 10 años y con dos de gracia. La tasa en pesos fue fijada en el seis por ciento anual.
A pesar de los beneficios los empresarios no pudieron enderezar el rumbo. A mediados de 2010 se inició el mayor conflicto, con los empleados en la calle y comiendo en ollas populares que se realizaban en la puerta del frigorífico. Se habló de venta y nuevos usuarios dispuestos a poner en marcha el establecimiento, cuyas promesas quedaron en contenedores desfondados, por donde destiló la memoria de lo iniciado hace apenas tres años.
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