Techos verdes: una alternativa para regular el clima
La integración de plantas en terrazas y fachadas surge como una innovadora estrategia para reducir temperaturas, gestionar agua y mejorar el bienestar de las personas en las ciudades de grandes concentraciones. Este es el caso de Bahía Blanca, una ciudad que empezó a optar por esta iniciativa sustentable. Se trata de cubiertas que incorporan vegetación sobre los edificios, retienen la lluvia, reducen el riesgo de inundaciones, regulan la temperatura interior y urbana, y mejoran la calidad del aire.
El viernes 7 de marzo de 2025, la ciudad de Bahía Blanca vivió uno de los desastres ambientales más grandes de su historia. A causa de fuertes lluvias, donde cayeron más de 350 milímetros de agua, se inundaron distintos sectores de la ciudad y zonas del partido y provocó 16 víctimas fatales, más de 100 personas desaparecidas y más de 900 evacuadas. Además, más de 5.000 hogares se vieron afectados por las inundaciones, muchos de ellos con daños irreparables.
Sumada a este último episodio, también se registró el temporal de 2023 y se demostró la urgencia de incorporar soluciones urbanas capaces de responder a los desafíos climáticos. En este contexto, la implementación de techos verdes en Bahía Blanca aparece como una alternativa sustentable que también implicaría un cambio profundo en la manera de concebir y proyectar la ciudad.
Investigadores del Centro de Recursos Naturales Renovables de la Zona Semiárida (UNS-CONICET) indicaron que se realizaron diversos ensayos realizados que confirman la eficacia y eficiencia de esta tecnología, una buena oportunidad constructiva, como una solución urbana sustentable a la problemática ambiental.
La Universidad Nacional del Sur (UNS) de Bahía Blanca indicó que un sistema que se instaló en el octavo piso del edificio de 12 de Octubre y San Juan resistió sin inconvenientes tanto el temporal de diciembre de 2023 como las fuertes lluvias del 7 de marzo de 2025. De esta manera, demostró su capacidad de mitigar los efectos climáticos extremos.
“Los resultados muestran beneficios ambientales significativos: reducción de la temperatura de la losa del edificio hasta 15°C en verano, disminución de las fluctuaciones térmicas día/noche, reducción del flujo de calor entrante que genera un efecto de enfriamiento que incrementa el confort interior en verano, mientras que en invierno contribuye a conservar la temperatura al evitar la pérdida de calor de la calefacción”, indicó la doctora Agustina Gutiérrez.
Estos techos utilizan siete especies nativas cuidadosamente seleccionadas por su adaptación al clima local y un sustrato liviano compuesto principalmente por materiales inorgánicos como puzolana y perlita, que garantizan buen drenaje y reducen la carga estructural.
Esta tecnología que ya está ampliamente difundida en ciudades de mayor circulación como Buenos Aires y Córdoba capital, se adapta a las condiciones de la región por un proyecto de investigación iniciado en 2021 por el Laboratorio de Fitotecnología del CERZOS, dirigido por la doctora Gutiérrez y el doctor Pablo Marinangeli.
La instalación cuenta con riego automático que se ajusta de manera estacional para optimizar el consumo de agua y está continuamente monitoreado con sensores térmicos y una estación meteorológica.
“El sistema retiene hasta un 45% del agua de lluvia, reduciendo la escorrentía y el riesgo de inundaciones. Las especies nativas elegidas no solo toleran mejor las condiciones semiáridas de la ciudad, sino que también capturan más CO₂ que las especies exóticas que comúnmente se emplean, potenciando la capacidad de los techos verdes para contribuir a la regulación térmica. Además mejoran la calidad del aire reteniendo partículas en suspensión y aumentan la biodiversidad local. Estos resultados consolidan a los techos verdes como una alternativa innovadora y eficaz para avanzar hacia una ciudad más tolerante y sostenible”, señaló Gutiérrez.
“Al integrarse en diferentes tipos de edificaciones, esta tecnología transformaría la infraestructura urbana en un sistema más armónico con el entorno y con capacidad de resiliencia frente a eventos extremos, generando un impacto ambiental positivo y tangible en la vida cotidiana de sus habitantes. Si se sumaran más, los techos verdes dejarían de ser una experiencia aislada para consolidarse como una estrategia colectiva de sostenibilidad que beneficiaría a toda la comunidad”, sostuvo la investigadora Gutiérrez.
El ensayo del edificio de 12 de Octubre y San Juan cuenta con una estación meteorológica que registra en tiempo real los parámetros climáticos locales, y con sensores térmicos ubicados en la losa del edificio, lo que permite comparar su eficacia térmica. Se monitorean diversos indicadores, incluyendo la capacidad de captación de CO₂ y la retención hídrica (con colaboración de especialistas del Instituto Argentino de Oceanografía, la eficacia térmica (con colaboración del Departamento de Ingeniería) y otros parámetros de desempeño ambiental (con colaboración del Departamento de Geografía y Turismo).
Las especies son nativas son siete: Senecio cerathopylloides, Phyla nodiflora, Sphaeralcea mendocina, Margyricarpus pinnatus,Grindelia brachystephana, Nassella tenuissima y Poa lanuginosa. La especie restante es una exótica comúnmente utilizada en techos verdes del mundo: Sedum reflexum.
¿Qué son los techos verdes?
Los techos verdes (o azoteas verdes) son una solución sustentable para los techos de las grandes ciudades. Básicamente, consisten en sembrar plantas en un sustrato colocado sobre el techo convencional del edificio. Existen dos tipos principales de techos verdes: los techos extensivos que tienen una profundidad de sustrato de aproximadamente 5 cm, adecuados para plantas pequeñas y los techos intensivos con sustratos superiores a 15 cm, capaces de albergar desde plantas pequeñas hasta árboles.
¿Cuáles son los beneficios energéticos de los techos verdes y sus desafíos?
Reducción del efecto de isla de calor: Los techos verdes disminuyen la temperatura en las ciudades al reducir la absorción de calor.
Mejor gestión del agua de lluvia: Facilitando la absorción del agua de lluvia, reducen el riesgo de inundaciones y mejoran la calidad del aire al evitar el estancamiento de agua.
Aumento de la biodiversidad y secuestro de carbono: Los techos verdes fomentan la conservación de la biodiversidad urbana y contribuyen al secuestro de dióxido de carbono gracias a la fotosíntesis.
Aislamiento térmico: Funcionan como una capa adicional de aislante, reduciendo la necesidad de sistemas de aire acondicionado y mejorando el confort térmico interior.
Promoción de la evapotranspiración: Este proceso natural de evaporación del agua contribuye a una refrigeración pasiva, sin requerir electricidad.
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