Ulises y el tema de ir de camino
SEÑOR DIRECTOR:
De los medios "de comunicación" siempre he admirado que hayan creado secciones diferenciadas, de modo que la noticia del día, el acontecimiento que reclama los titulares principales, no se apodere de todo el tiempo y el espacio disponibles.
Los sucesos económicos, políticos y policiales, así como las catástrofes, son los que reclaman con mayor frecuencia e insistencia la atención, pero no agotan el interés de todos y, creo, son muchos los que nos resistimos a dejarnos encerrar en esa "actualidad". Mi caso es especial, porque por mi tarea debo leer todo (todo lo posible), incluyendo mucho de lo que no es de mi interés personal. Me interesa el relato de los acontecimientos, pero busco la opinión de quienes levantan el vuelo y tratan de instalar cada suceso en su marco, en su secuencia y en su enclave en principios o nociones generales, pues solamente así es posible entender y valorar.
Explica lo anterior por qué me detendré hoy en Odiseo (Ulises para los latinos), cuando se trata de un personaje de hace tantísimos años, cuya historia es difícil se reconstruir por hallarse inundada de leyendas no siempre coincidentes. Sucede ahora que un argentino llamado Constantino Baikouzis (notoriamente, de ascendencia griega), proveedor y diseñador de los mapas celestes del Observatorio Astronómico de La Plata, ha logrado fechar con confiable precisión el momento en que el héroe completa su largo retorno a Itaca, despeja el palacio de los ávidos pretendientes y se reencuentra con su esposa, Penélope. Según Homero (Iliada, Odisea), Odiseo había partido de su reino veinte años antes, convocado para la guerra de Troya, que duró diez años. Luego emprendió el regreso, que duró otros diez años. Los barones de Itaca e inmediaciones apetecieron el trono vacante y acosaron a Penélope, hasta terminar por instalarse en palacio y consumir víveres y recursos. Penélope los entretenía dispuesta a seguir esperando a Odiseo. Tejía un manto de día y lo destejía de noche, luego de haber prometido que elegiría nuevo esposo cuando terminase esa obra. Odiseo estaba harto entretenido luego de haber sido factor decisivo en el triunfo sobre Ilion, al inventar aquel caballo de madera. Cada isla por la que pasaba su barco le proponía una aventura distinta y probaba su temple y su inagotable ingenio. Un adivino le había advertido que no esperase nada de Itaca, porque todo lo interesante estaba en el viaje (esto es algo que no todos los que viajan entienden: apremiados por llegar a destino dejan de apreciar el camino). Algunas leyendas posteriores a la Odisea dicen que el héroe no se quedó mucho con su mujer: volvió a partir y hasta se casó con Calídice (¡pobre Penélope!, se dirá, pero otra leyenda dice que ella había tenido un asunto con al menos uno de los pretendientes). Dante, por eso, ubica a Odiseo en el infierno. Un hijo del héroe, que no era el bueno de Telémaco (su heredero en Itaca), llamado Telégono, había nacido de su relación con la bruja Circe, la que convertía a los hombres en cerdos. Telégono llegó a Itaca porque quería conocer a su padre y mató a Odiseo, sin saber quien era su rival.
Lo que hizo Baikouzis y que le ha dado nombradía mundial, ha sido fechar la llegada del héroe a su palacio en Itaca, a partir de lo que en el poema relata el adivino Teodimeno (Canto XX, versos 356 y siguientes): que ese día "el Sol desaparece del cielo y una oscuridad terrible se extiende por doquier". Se dijo que si se trataba de un eclipse de Sol, entonces sería posible fechar ese retorno. Consultó mapas del cielo y posición de los astros (que no es constante) y pudo establecer que en esa época, en quinientos años hubo un solo eclipse en ese lugar y que eso sucedió el 16 de abril de 1178 a.C., hace 3186 años. No fue tarea fácil. Baikouzis viajó para ver en las inmediaciones un eclipse reciente.
Aquel día, Penélope dejó su tejido para sellar un ejemplo admirable de lealtad.
Atentamente:
JOTAVE
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