Martes 13 de mayo 2025

Los márgenes del campo, eso de lo que no hablan

Redacción 08/07/2008 - 01.17.hs

"Nadie les pregunta cuanto ganan" los productores sojeros que piden la eliminación de las retenciones, se quejó el fin de semana uno de los economistas más respetados de nuestro país, impulsor de la industrialización de nuestra economía y crítico de las compensaciones que el gobierno ha cedido a los pequeños productores. Esas compensaciones, le dijo el economista al periodismo, las merecen más los maestros que los productores de soja.
Los números apoyan este análisis. Con el precio de la soja del martes pasado -579 dólares en Rosario- y las retenciones en el 48,18 por ciento, un productor de 200 hectáreas del sudeste de Buenos Aires gana hoy un 38 por ciento más que en octubre último, en el momento de la siembra. Con los anuncios oficiales de las modificaciones introducidas en el sistema de retenciones y la posibilidad de este pequeño productor de acceder a una compensación de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA), su ganancia aumenta al doble de lo que pensaba ganar cuando sembró. Traducido a pesos, esto quiere decir que al momento de sembrar la soja en octubre, la expectativa de un productor de una zona de rendimiento medio era de 142.700 pesos, pero si vendía su soja el martes pasado ganaba 202.642 pesos y, si reclama la compensación, su ganancia neta libre de gastos es de 260.775 pesos.
Estos números, -difundidos por la Secretaría de Agricultura en base a los datos de la revista mensual Márgenes Agropecuarios, una de las más prestigiosas y leídas del sector-, decidieron el voto de no pocos diputados nacionales que habían comprado el discurso apocalíptico de las corporaciones rurales pero que omitían desde el comienzo del conflicto, cualquier alusión a los altísimos márgenes de ganancia.
El informe -que manejaron los diputados oficialistas a la hora de terminar con los discursos e ir a los números- contiene varios ejemplos. Uno de ellos es el de un campo marginal para la soja de 200 hectáreas ubicado en Santiago del Estero. En este caso, donde el rinde es uno de los más bajos del país, con el precio del martes, la rentabilidad es un 40% mayor a la esperada en octubre del año pasado. Si se le suman las compensaciones por tonelaje y zona extrapampeana, la diferencia asciende al 152%. Su expectativa era de ganar 76.677 pesos cuando sembró pero el martes, si vendió su cosecha ese día cobró cobró 107.970 y si pide las compensaciones dispuestas por el gobierno nacional cobrará 193.555 pesos.
Pero el de rentabilidad no es el único tema que está ausente del debate. También lo está el papel de la industria en el desarrollo de las exportaciones argentinas.
El economista que citamos en el inicio de esta nota, reveló en un largo reportaje publicado por un diario porteño, que el sector más dinámico de la economía nacional en el último lustro, el que impulsa con más vigor el aumento de las exportaciones no es el campo ni es la soja sino la industria. Este dato, invisible en la discusión del país que se quiere, está apoyado por los números que revelan que las exportaciones industriales crecerán nuevamente este año y se ubicarán en 20.000 millones de dólares. A diferencia de la soja _explicó_ que crece en base a cotización internacional, el crecimiento de las exportaciones de bienes industriales argentinos crece con una fuerte componente de competitividad mientras genera empleos estables y bien remunerados.
El campo, que paga los peores sueldos del país y genera menos de un tercio del empleo, no habla de estos temas porque no quiere entrar en la discusión sobre qué país nos espera a los argentinos si sus exigencias se cumplen.

 


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