Un debate que quedó abierto
Más allá del contenido estrictamente ambiental que enmarcó la convocatoria al foro "En defensa del río Colorado", que se desarrolló ayer en el Aula Magna de la Universidad Nacional de La Pampa, los asistentes pudieron escuchar planteos muy contundente y profundos que cuestionaron la propia instalación de un proyecto minero como el que encarna la empresa multinacional Río Tinto a través de su filial Potasio Río Colorado.
Por supuesto que esas palabras no formaron parte de las exposiciones de los funcionarios públicos que estuvieron entre los disertantes sino, especialmente, de dos de los panelistas independientes, el docente mendocino Marcelo Giraud y el representante del Grupo Moreno, Félix Herrero.
La cuestión ambiental y la salud física del río Colorado fue el tema de debate planteado por las seis partes convocantes (Poder Ejecutivo, Cámara de Diputados, Fundación Chadileuvú, Asociación Alihuén, CPE y la UNLPam.), pero ese marco fue excedido por aquellos dos panelistas y, luego, por gran parte del público que participó de un extenso e interesante debate.
En un documento presentado al finalizar el encuentro se presentó como un logro el cambio de locación del residuo salino que tuvo que aceptar la empresa luego de su persistente negativa inicial a tal cambio. Desde que se planteó públicamente el tema, en el año 2004, la compañía rechazó con insistencia cualquier modificación al proyecto original, hasta que esa resistencia fue vencida y el mes pasado anunció el traslado de ese emplazamiento a un bajo cerrado ubicado a 18 kilómetros del cauce.
Ese triunfo es indudable que obedece a la movilización de diversos sectores conscientes del peligro ambiental, aunque también a la altísima rentabilidad del emprendimiento que permite no sólo ése sino otros cambios que podrían resultar mucho más beneficiosos aunque más caros.
El tono crítico que campeó en el foro no es ajeno al clima que se vive en La Pampa en los últimos tiempos luego de conocida la noticia de la instalación de la mina de potasio a orillas del río Colorado, en territorio mendocino. Nuestra provincia ha sido, desde entonces, la más activa, la que más "ruido" ha generado entre sus hermanas a partir de conocerse la intención original de Potasio Río Colorado de dejar a escasos kilómetros de la ribera un impresionante depósito de sal.
Ese pasivo ambiental fue rechazado de plano no sólo por las ONG ambientalistas pampeanas sino también por sus poderes Ejecutivo y Legislativo. Y, sin dudas, nuestra provincia puede atribuirse gran parte del avance conseguido. Aquí en La Pampa fue donde se escucharon las voces más fuertes contra ese proyecto, si bien debe reconocerse que también hubo reacciones similares, aunque de menor intensidad, en Mendoza, Río Negro y Buenos Aires.
Sin dudas que la discusión seguirá. En el foro quedaron planteadas varias cuestiones de importancia capital, como la altísima rentabilidad de los emprendimientos mineros que tienen lugar a todo lo largo de la Cordillera llevados a cabo por gigantescas compañías multinacionales (en el foro se estimó en más de 10.000 millones de dólares la ganancia neta de PCR en los 50 años que se prevé la explotación). Esas ganancias astronómicas se concentran en los propietarios de las empresas y dejan muy pocos beneficios a las provincias -que cobran regalías irrisorias-, generan muy poca mano de obra y, por si fuera poco, cuentan con generosas exenciones impositivas que no tienen ni las pequeñas empresas argentinas.
La altísima demanda de gas que requerirá PCR -un millón de metros cúbicos por día- en momentos de crisis energética es otro de los puntos que centró la atención y las críticas del encuentro.
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