Lunes 09 de junio 2025

La magia negra de ese número

Redacción 15/10/2009 - 01.13.hs

SEÑOR DIRECTOR:
Hechos y noticias acerca de hechos suelen relacionarse de manera imprevista. En mi caso, puede ser que sea yo quien establece el nexo porque entran en mi zona de caza y pesca de datos significativos (sintomáticos) del acontecer.
Un hecho es el decreto del poder ejecutivo nacional, por el cual se amplía el alcance de una antigua norma. El padrinazgo presidencial para el séptimo hijo a partir de ahora podrá ser madrinazgo (pues la mujer ha llegado a la presidencia y probablemente se repetirá esta situación). Además, se suprime la exigencia de un bautismo según uso religioso y se hace posible llevar el reconocimiento tanto a cónyuges como a convivientes de hecho y a madre o padre de estado civil soltero. La nueva pauta ratifica que se reconocerá tanto al padre como a la madre de siete hijos varones o de siete hijas mujeres.
La noticia que relaciono con ese hecho da cuenta que en cierto pueblo bonaerense se ha sabido de un niño de cuatro años que permanecía atado (encadenado) a un árbol, con muestras físicas de haber sido golpeado, quemado con cigarrillos y con una herida agusanada en la cabeza. La denuncia de una vecina permitió que médicos y enfermeros de una unidad sanitaria comprobaran el hecho, rescataran al chico e iniciaran su curación, en presencia de su madre. Para saber más, dispusieron radiografías, pero, a esa altura, la madre aprovechó un descuido y desapareció con el muchacho. Intervino luego la policía y pudo saberse que el encadenado convivía en la modesta vivienda con siete hermanitos, los cuales pasaban por violencias de la misma índole. No se dice si se trata de hijos de los mismos cónyuges o de un mismo hombre o misma mujer, libres convivientes o solteros y solos. También puede ser que sean hijos del uno y del otro o (algunos) de ambos, como se ve con creciente frecuencia. La relación de tales hechos devenidos noticia se manifiesta por el número, el número 7. Estrictamente, en el caso del chico encadenado, los menores serían ocho: el encadenado y siete más, que no tendrían suerte mejor y quizás alternaban árbol, cadenas, golpes y otros pesares.
El padrinazgo presidencial está regido por la ley 20.843. El o los padres de siete mujeres o siete varones, pueden optar por el padrinazgo presidencial del séptimo, conjurando, de paso, la vieja superstición del lobisón. Se dice que esta leyenda europea (la del séptimo varón que se convierte en hombre-lobo, o de la séptima mujer, que se transforma en bruja cuando el plenilunio) llegó a la Argentina con inmigrantes ruso alemanes. Uno de estos inmigrantes, José Bros, de Coronel Pringles, pidió al presidente Figueroa Alcorta (en 1907) que apadrinara a su séptimo hijo para conjurar la maldición lupina. En la Rusia de Catalina, esta emperatriz, de origen alemán, creó el padrinazgo imperial para conjurar mágicamente la triste suerte del séptimo varón. En 1973, durante su breve tercer período, Perón extendió a la mujer este padrinazgo, que se mantuvo como práctica constante, aunque en 2001 se interrumpió (por la crisis) y cuando Néstor Kirchner lo retomó, debió hacerse cargo de 150 séptimos hijos. El padrinazgo tendía al abuso, por lo que hubo que limitar su alcance a la medalla de oro, el diploma y la beca de carácter asistencial (para estudios y alimentación).
La noticia no dice que el chico encadenado ni sus hermanitos aúllen como lobos en noches de plena luna, pero la diferencia de situación es poca. El hombre-lobo quedaba separado de hecho de la sociedad humana y se consideraba lícito matarlo. Morir de una única bala puede ser experiencia diferente a la de morir lentamente, por mala alimentación, malos tratos, abandono y encadenamiento a la intemperie. ¿Habrá magia que evite tales excesos? Hay un proyecto de asignación universal por hijo, pero ni el lobo ni la luna han dicho hasta ahora de dónde se sacarían los recursos para llevar a cabo tan benemérito propósito.
Atentamente:
JOTAVE

 


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