Martes 24 de junio 2025

Actos, réplicas y la lengua maltratada

Redacción 10/11/2009 - 01.34.hs

SEÑOR DIRECTOR:
Tiempo atrás todo medio de prensa tenía una sección estable dedicada a temas de la lengua. Ayudaba a los académicos y a las personas preocupadas por la diafanidad del habla. Lo importante era, en esa apreciación, que las influencias espontáneas (más que las intencionales, pues éstas tienen otro condicionamiento) no determinaran la ruptura de la base de la lengua común al desarrollar multitud de dialectos y acercarnos al drama de los constructores de la torre de Babel.
Digo que si bien algo queda de esa práctica, ha decaído el interés colectivo y ahora asistimos a un bombardeo (con bombas de racimo) sobre la lengua de nuestra comunidad (y de cada una de las comunidades). En parte, esto se debe a la globalización. Según Génesis 11:1 en el comienzo había una sola lengua y las mismas palabras. Si bien parece improbable que así haya sido, porque el lenguaje articulado y simbólico, con significado propio (semántico, no sensorio), se realiza en el proceso histórico, puede que el autor de esa afirmación bíblica haya considerado que hubo un primer grupo que desarrolló el lenguaje y que, luego, en el curso de la ocupación del planeta, más que nada por el aislamiento, los grupos fueran diferenciándose en usos y costumbres y en la manera de nombrar y de comunicarse. La globalización, en esta tesis, aparecería como un retorno al origen, pues al avanzar la realización de una sociedad planetaria, usos, costumbres y modos de comunicarse tienden a volver a unificarse.
Dejemos eso y vayamos a lo nuestro. No es mi propósito principal volver sobre el exabrupto de Maradona ni los de Reutemann y de Narváez, tan explícitos en su reducción a lo libidinoso y lo escatológico. Me encuentro ahora con que el jefe del gabinete nacional, Aníbal Fernández, nos dice que la propuesta de Lilita Carrió (que va a las embajadas a denunciar una violencia que le quita el sueño) revelaría que ella (la diputada electa) "está pirucha y le faltan caramelos en el frasco".
Mis saberes acerca del lunfardo porteño son limitados. Pirucha no está en Gobello y Oliveri (Novísimo diccionario de lunfardo). Encuentro pirar: irse, marcharse ("Y vi que te pirabas, ya lejos te marchabas"), robar ("El cusifai ni se escurre cuando le pirás el cuero"), andar, caminar. Se cruza con espiantar y da pirarse, pirársela, tomarse el piro o el piróscafo (irse, huir, también morir); piracusar, pirujusar, pirar, espiro, espirajuse ("Le dicen a uno que la percanta le es más fiel que una gallina hervida y la paica se le espiracusa nomás con el hijo de la aceitera")... No aparece pirucha, pero puede inferirse que tiene que ver con espiantar, no en el sentido de irse o de robar sino de estar chiflado, tener la razón perturbada ("Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao", Ferrer-Piazzola). En cuanto a que le falten algunos caramelos en el frasco, estaríamos ante ese frecuente tropo que llamamos metáfora que consiste en trasladar el sentido recto de una expresión a otro figurado, a partir de una comparación tácita: las perlas del rocío, la primavera de la vida. Este tropo tiene justificación en la necesidad de eludir largas y farragosas explicaciones, sobre todo cuando quien se comunica quiere dar cuenta de una intuición. Dice la Academia que el uso de la metáfora tiene por finalidad facilitar la comprensión de algo. En el caso del dicho de Aníbal Fernández, la traducción vendría a dejar en claro que lo que le pasa a la señora Carrió es que ha perdido el total control de su comportamiento (estaría piantada) y que algunas neuronas están paralizadas o muertas (serían los caramelos ausentes de su frasco).
Maradona usaría tropos no menos elaborados. Su remisión al chupóptero es, si se analiza, también metafórico, porque viene a decir que todos los que se le oponen o lo critican, en el fondo están envidiándole sus virtudes y quisieran apropiárselas. Y se les ofrece como ama de cría.
Atentamente:
JOTAVE

 


'
'