Corrupción, abuso y no ver culpa propia
SEÑOR DIRECTOR:
Leo que el vicepresidente argentino se enoja porque desde el gobierno lo acosan en vez de ocuparse de temas tan importantes como la corrupción y la pobreza. Omite demostrar si hubo inconsecuencia suya al instalarse como opositor. Si son válidas las razones que esgrime (que él no puede estar con quienes son corruptos irredimibles) viene el recuerdo de otro vicepresidente reciente que, al no poder convalidar políticas presidenciales, renunció a su cargo para recuperar la posibilidad de expresar su discrepancia. En el juego de la democracia representativa, un programa de gobierno compromete a quienes lo proponen a la ciudadanía, proponiéndose a la vez para ejecutarlo. Si surgen diferencias, el que discrepa sin posibilidad de avenencia no puede ponerse a paralizar el gobierno, sino que debe dejarlo para liderar la alternativa desde el lugar donde ésta se manifiesta y busca crecer en la preferencia ciudadana, que decide con su voto. Los que dejaron el gobierno o el partido oficialista desde 2007 tuvieron premio en junio de 2009.
Leo que el Vaticano difunde que su política, ante la pederastia que afecta a sacerdotes de su confesión en todo el mundo, consiste en aceptar que el pedófilo no sólo debe sufrir la sanción canónica, sino también la de la ley común. En Malta, ante jóvenes abusados (cuando niños) por sacerdotes, el papa lloró con ellos y dijo "lamentar y sentir vergüenza" por las conductas de varios sacerdotes. Unos días antes se había difundido lo dicho por el cardenal colombiano Darío Castillón Hoyos. Manifestó este dignatario, ante numerosos obispos reunidos en Murcia, que cuando se desempeñaba al frente de la Congregación para el Clero, en 2001, papado de Juan Pablo II, en el Vaticano, escribió una carta de felicitación a un obispo francés que no había denunciado a un cura pedófilo de su diócesis. Afirmó que escribió la carta, se la mostró al papa y la envió. Decía en ella que ese obispo francés era "modelo de un padre que no entrega a sus hijos". Según el diario de Murcia, los obispos presentes lo aplaudieron. El cardenal agregó todavía que dispuso difundir esa carta por Internet (en realidad, la prensa ya la había hecho pública). Los pedófilos son execrables, y criminales, sean religiosos o civiles o militares y cualquiera sea su profesión o nivel de autoridad y responsabilidad. Lo eran ayer y lo siguen siendo hoy. Si la política de ahora, en el Vaticano, es la de poner a disposición de la justicia terrenal al cura pedófilo, hay que celebrarlo como un avance en un sector donde las defecciones son más sensibles por el compromiso personal y el papel especial del sacerdocio. La confianza individual y social se resiente por las defecciones, pero el daño mayor aparece cuando se trata de generar un privilegio en tan delicado terreno. Vale que el Vaticano haya confirmado la existencia de esa carta, al tiempo que hacía saber (por el padre Lombardo) que "no representa la línea de la Santa Sede".
Leo que el jueves 14 hubo en Buenos Aires una concentración para pedir que sea liberada la ley de servicios audiovisuales, paralizada por jueces de Mendoza. Fue una expresión significativa por un doble motivo: primero, porque el número de decenas de miles de personas daba respaldo cuantioso a su motivación (en ciudades del interior, incluyendo a Santa Rosa, se realizaron concentraciones con el mismo objetivo); segundo, porque estaban los convocantes, pero también muchas otras organizaciones que discrepan en otros temas con quienes convocaban; asimismo, había personas ajenas a unas y otras. Sin embargo, para los medios que discrepan con el actual gobierno y que se oponen a la ley de servicios audiovisuales, lo que sucedía ese día y a esa hora, era solamente una grave perturbación del tránsito. Justamente, los manifestantes buscaban que se rompa la posibilidad misma de un monopolio de la información.
Atentamente:
JOTAVE
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