Puente cortado, espías descubiertos y una región que recupera protagonismo
Volvió a primer plano el corte de Gualeguaychú, tras el fallo de La Haya. También tuvo su importancia política el arresto de un supuesto "topo" en Economía. Lo más importante: en la región soplan vientos de integración.
EMILIO MARIN
La Corte Internacional de Justicia de La Haya no sorprendió a casi nadie con su fallo supuestamente "salomónico". La burocracia judicial también es previsible, tanto como esa cepa en general.
Una vez que se hubieron disipado las cenizas volcánicas sobre los cielos de Europa y llegado a la capital de Holanda los jueces y las dos partes involucradas, el tribunal leyó su fallo.
Y cada quien pudo valorar a su modo ese todo jurídico. La representación argentina quiso presentar como victoria el reproche de los magistrados a la violación charrúa del Estatuto del Río Uruguay. "Teníamos razón", expresó Cristina Fernández sobre el particular.
Pero el meollo del asunto fue favorable a Uruguay, para delicia del ex presidente Tabaré Vázquez. Es que los cortesanos afirmaron que no hay constancias de que Botnia contamine, pues Argentina no presentó pruebas firmes. La pastera quedará en Fray Bentos, con su chimenea "fumando" impertérrita pese a los berrinches entrerrianos.
Para el vecino, que se jugaba la suerte de su principal inversión extranjera, tal guiño para la continuidad del emprendimiento fue una gran tranquilidad.
Eso sí, la CIJ pidió que de aquí en más los dos países monitoreen los resultados ambientales en el río compartido. En este aspecto la resolución judicial abre otra vez las puertas a un accionar de las dos administraciones, interrumpido cuando gobernaban en las dos orillas Vázquez y Néstor Kirchner.
La quincena de jueces fue cauta en un asunto que sabían delicado: ¿qué pasará con el corte del puente General San Martín en Entre Ríos? El gobierno uruguayo estaba muy molesto con ese corte que reputó como delito y que dura sin una perspectiva cierta de finalización.
El gobierno argentino tuvo una actitud cambiante frente al piquete de Gualeguaychú. En 2006 Kirchner le puso allí el cuerpo a un acto nacional como aval del reclamo de los ambientalistas, pero luego -sobre todo tras hacer el planteo judicial en Holanda- trató de desactivar esa interrupción de vías con la nación vecina, sin lograr convencer a quienes la protagonizaban.
¿Qué pasará ahora luego de una resolución judicial inapelable?
Lo más lógico sería revisar el camino recorrido y encontrar nuevas formas de protesta, suspendiendo el corte total. Esto es lo que el gobierno desea para reanudar una relación más cooperativa con el mandatario uruguayo, José Pepe Mujica.
Pero hay núcleos de la Asamblea Ciudadana que han anticipado no cejarán en el corte y que "ahora comienza la lucha". La postura luce como equivocada. Se parece mucho a las del impresentable Alfredo de Angeli vociferando en 2007 sobre la conveniencia de pasar al lado uruguayo a dar la pelea...
Una de periodistas y espías.
En el balance del entredicho con Uruguay, ¿a quién iba a echarle la culpa Joaquín Morales Solá? Al ex presidente Kirchner, por supuesto. En esto el columnista de La Nación y conductor de un programa televisivo del grupo Clarín es totalmente previsible, como la burocracia ya criticada.
Esa crítica contra el gobierno cristinista por el tema Botnia empalma sincronizadamente con otra operación mediática donde se pone de víctimas a los periodistas en general aunque se trate en particular de una docena de empleados de Clarín.
Alguien, que puede haber sido miembro del gobierno o no, sembró la Capital de afiches con las fotos de esos empleados. El texto se pregunta si son periodistas independientes los que laboran en un medio cuya titular está acusada de apropiarse de dos hijos de desaparecidos.
El afiche, impecable en imágenes y texto, tiene de reprochable la ausencia de firma y responsable.
En cambio sí le puso "el gancho" Hebe de Bonafini y la Asociación Madres de Plaza de Mayo a un juicio público que harán en Plaza de Mayo el jueves contra varios periodistas que embistieron en 2009 contra la ley de medios. Hebe y sus abogados también le pusieron la firma al escrito denunciando a Julio Cobos por violar los deberes de funcionario público y la Constitución a raíz de la reforma a la ley del cheque.
No se hizo esperar la histérica reacción de los empresarios de la comunicación y los legisladores de la oposición que integran el team. El guión fue que en el país no hay libertad de prensa por esa supuesta cruzada contra el periodismo dizque "independiente". El gobierno de Cristina sería responsable de ese plan sistemático de desprestigio, siguiendo y aún superando la marca de Hugo Chávez.
En ese guión les dieron un papel a los hermanos Noble Herrera. Con una solicitada en casi todos los diarios y un video que debutó en TN (¿dónde sino?), se pusieron en víctimas de una "persecución política" del gobierno. Los herederos del emporio repetían así el argumento de Mariano Grondona y Cecilia Pando, de que deben ser respetados en su derecho a creer lo que son, aunque muchos indicios coincidentes apunten que podrían ser hijos de desaparecidos. La justicia investiga esta causa como posible delito de lesa humanidad.
Semejante lío se podría solucionar con un análisis de ADN. El temor de los dos robustos millonarios es que salte la ficha en el prestigioso Banco de Datos Genéticos y tengan que ir a visitar a una mamá apropiadora a algún pabellón de la Cárcel de mujeres de Ezeiza.
La hipótesis de Ernestina de Noble en ese lugar suena de película. También pareció un filme, pero de espías, el video del "Topo" Larosa detenido en una oficina del ministerio de Economía en horario nocturno, cuando aparentemente buscaba levantar información para uso de su asesorado Claudio Lozano o su venta en el mercado de las consultoras privadas. El legislador de Poyecto Sur dijo que todo fue un montaje gubernamental para contrarrestar sus críticas a la consultora Arcadia y el canje de Amado Boudou. Pero las cámaras de seguridad no muestran al ministro llevando de las narices a Larosa para que entre forzado en la "ratonera", ni a los policías persiguiendo a un atemorizado "Topo" que -según Lozano- no tuvo más remedio que refugiarse en oficina ajena. Ese fue el argumento infantil y falto de verdad. El video muestra otra cosa.
La unión del Sur.
Mientras la primera plana de los medios monopólicos mantuvo a titulares de crítica al gobierno, como las declaraciones de los Noble Herrera, las de un ex embajador argentino en Venezuela denunciando presuntas comisiones pedidas a empresarios argentinos para operar en ese mercado, a crónicas de la Cámara de Diputados votando un proyecto opositor para reglamentar los DNU, etc, la realidad latinoamericana mostró cosas verdaderamente importantes.
Por ejemplo, hubo una cita de muchos presidentes del ALBA y de otros países como Argentina y República Dominicana, en Caracas, durante los festejos del Bicentenario de la nación que hoy lleva orgullosa el nombre de República Bolivariana de Venezuela.
Allí se trataron aspectos clave para las relaciones de ese espacio de integración latinoamericana fundado hace casi seis años por Fidel Castro y Hugo Chávez. Y esa fuerza transformadora, al menos parcialmente, se ha transmitido a otros mandatarios que no forman parte del club, caso de la jefa de Estado argentina.
El discurso de Cristina Fernández ante la Asamblea Nacional anfitriona, como única oradora invitada, tuvo un contenido muy positivo sobre la integración latinoamericana, con críticas al mundo unipolar, a favor de la soberanía argentina de Malvinas, etc. Su mensaje llegó a reflexionar que hoy en la región se pelea por la "Segunda Independencia", un planteo que solía hacer en cierta soledad la izquierda en estas tierras.
Esas buenas intenciones no quedaron en fórmulas generales. Los invitados a Caracas formalizaron más convenios de colaboración, entre los ocho que conforman el ALBA pero también entre algunos de éstos y los invitados. Hubo 25 nuevos documentos suscriptos entre Venezuela y Argentina, que ahondan la relación bilateral iniciada en 2003.
No hace falta ser un lince para advertir que la denuncia de un ex diplomático argentino sobre las coimas que habría pedido el ministerio de Infraestructura a cargo de Julio De Vido para hacer negocios en Caracas, fue un dardo envenenado lanzado por los grandes medios de comunicación y la oposición conservadora tratando de paralizar ese vínculo entre dos naciones hermanas del Sur.
Las críticas que arrecian sobre Chávez por "militarista" y sobre Raúl Castro, por "dictador" que violaría los derechos humanos, son parte de una película de terror donde el imperio es el director, guionista, financista y actor.
Washington sabe que el 4 de mayo se reúne Unasur en Buenos Aires, en diciembre habrá una Cumbre Iberoamericana en Mar del Plata y en julio de 2011 alumbrará en Caracas la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños como una OEA sin EE UU ni Canadá.
Con mayor o menor consecuencia, la región discutirá en esas citas las mejores políticas para la superación de la dependencia. Para la Casa Blanca lo peor de todo es que no está invitada a ninguno de los tres eventos. Rabiosa, embiste contra los presidentes que izaron banderas de rebeldía en el otrora patio trasero.
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