Del largo vivir como un problema para los otros
Días atrás pudo leerse una nota periodística en la que se hace referencia al juez (de la Suprema Corte) Carlos Fayt, con motivo de haber llegado a los 92 años de edad y seguir ahí, en la Corte, aunque la norma limita el desempeño de cargos a la edad de 75 años.
De esta situación, que no parece preocupar a Fayt, pero sí a otros, se pueden derivar meditaciones no carentes de interés. Por ejemplo, el tema de la duración de la vida individual de los humanos y el tema de la inmortalidad, todo lo cual (como le sucedió a Albert Camus) conduce a reflexionar acerca del sentido de la vida (si a pesar de aparecer condenado a la extinción, a la muerte, aún así, el existir individual puede adquirir un sentido).
Conocí a Fayt y he leído a Camus, lo cual no me da títulos para responder a los interrogantes que propone el tema. Fayt, cuando yo recalé en Buenos Aires para iniciar estudios, era un abogado inquieto, de ideas socialistas, que gustaba levantar tribuna callejera para hacer conocer sus puntos de vista. Eran los años de la primera presidencia de Perón.
Camus, en El mito de Sísifo, ve en él una metáfora de la condición humana. Sísifo ha sido condenado por los dioses a la ceguera y a la absurda tarea de elevar una enorme piedra desde el fondo de un barranco hasta su cima. Una vez llegado a ese punto, la piedra se desbarranca y Sísifo debe bajar y retomar su tarea. Así por la eternidad. Si ésta es la metáfora, entonces se infiere que la vida humana es absurda. Camus piensa que cuando Sísifo llega a la cumbre con su piedra, en ese brevísimo instante (antes que la piedra empiece a caer) Sísifo se siente libre y hasta feliz. Pero, está condenado y no podrá salir de ese quehacer ni podrá remontar su condición ni estirar sus destellos de felicidad.
Fayt puede haber encontrado el "sentido de la vida" (que Camus busca en Sísifo) o ha dejado de lado toda preocupación al respeto y se atiene a lo que le está dado, comprometiéndose a prolongarlo cuanto sea posible.
Si todos son Fayt
El punto a dilucidar es qué pasa si a todos "se les da" por repetir a Fayt. Este hombre ha llegado ya a los 92 años de edad. Tendría que haber dejado su cargo en la Suprema Corte hace diecisiete años, pero está claro que esa dejación no figura en sus planes.
Por otro lado, el promedio de esperanza de vida sigue aumentando y ahora anda por los 73 años para el varón y los 80 para la mujer.
La edad jubilatoria (de retiro obligado para la generalidad) está fijada en 60 años para la mujer y los 65 para el varón. Todo indica que hay conformidad y que sólo se aceptaría considerar un cambio si se tratase de anticipar la edad de retiro. En España ha habido fuerte reacción ante una propuesta de elevar la edad de retiro femenino en sólo dos años.
Lo curioso del caso (lo "absurdo" diría Camus) consiste en que los que vienen marchando desde el útero (pues la gente humana sigue naciendo y cumpliendo años) podrían apoyar esa reducción, porque aspiran a ocupar los no tan nutridos puestos de trabajo existentes. Acrece la absurdidad cuando se sabe que los más jóvenes tendrían motivo para inquietarse si piensan que su trabajo debe proveer los fondos para jubilaciones, es decir, para sostener a jubilados que hacen lo posible por demorar su muerte y buscan alternativas para vivir con gusto. La masa activa es proporcionalmente menor a cada hora que pasa, en tanto que la masa de los jubilados es mayor porque el promedio de vida no cesa de crecer.
Lo que te rondaré
El dicho es: "Y lo que te rondaré, morena", para indicar que lo que hace efecto de incordio (algo incómodo, agobiante o muy molesto), seguirá amargando una existencia sin estímulos.
Suena a incordio cuanto se hace por alargar la vida. Un investigador argentino dice que, según el estado de sus trabajos, se llegará a activar las células que decaen y causan envejecimiento, "mucho más pronto de lo que habitualmente se cree". Algunos estiman que con controlar las enfermedades más letales se llegará a un promedio de 120 años de vida. Michael Zey dice que "estamos a punto de cruzar la puerta de la inmortalidad" y que "allá por 2075 puede lograrse" , siendo "ésta es una estimación conservadora". Otros investigadores esperan ese logro para la década de los años 20 (2020).
Si la muerte es un don de un dios benévolo, que libera a Sísifo de su absurdidad, la inmortalidad nos reataría a la condena de subir una piedra que volverá a caer por la eternidad, dándonos tan sólo un destello de confianza y de sentido cada vez que llegamos a lo alto.
JOTAVE
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