Viernes 27 de junio 2025

Un gobernador en su laberinto

Redacción 26/04/2010 - 01.48.hs

Frente a un gobierno del que saben que no cambiará su rumbo aunque le pidan más acción, dirigentes e intendentes del PJ hacen equilibrio entre el respaldo y la crítica, que ya es incontenible en muchos. Una cadena de mando rota y las
fisuras en la gestión que preocupan a los que miran a 2011.
NORBERTO G. ASQUINI
Las últimas dos semanas mostraron en la política provincial los signos de la decepción de los propios para con su gobierno. Fue el momento de dejar establecida la preocupación real, manifestada de diferentes maneras, por la marcha de la gestión del gobernador Oscar Mario Jorge, cuestión siempre latente y que estalla a ramalazos cada tanto. Pero nunca como ahora.
Lo que observaba, o sospechaba, el justicialismo desde la asunción de Jorge se hizo más que evidente, y quienes quisieron lo hicieron saber. Hasta ahora, todos justificaban la marcha de un gobierno y sus decisiones de una forma u otra. Por un lado, porque había que respaldarlo necesariamente; por el otro, pensando en que el último tiempo sería el de las vacas gordas cuando se abriera la caja de cara a las elecciones de 2011. Pero la realidad golpeó al PJ, que hoy hace equilibrio entre el apoyo y la crítica hacia su gobernador, si bien el desaliento es la nota común.

 

Conductores.
Muchos afirman que esta situación tiene que ver con que Jorge no es el conductor partidario, ya que los líderes naturales -como Carlos Verna y Rubén Marín- no están también como gobernadores. Cuestión que no había ocurrido desde la gestión de Néstor Ahuad. Esta situación de no coincidir el liderazgo partidario con el gobierno debilita a Jorge. Pero no es condición sine qua non. El mandatario superaría cualquier embate sin tener el poder real y una estructura partidaria propia, con el sólo respaldo de hacer una buena gestión. Pero no es la situación.
Y además, Jorge dejó deslizar que no irá por su reelección, algo descartado ante la falta de respaldo político, lo que le generará aún más debilidad y presiones.

 

Efecto dominó.
Lo que ocurrió en las últimas semanas fueron las consecuencias del efecto dominó del rumbo implementado en poco más de dos años de administración jorgista. El economicismo del mandatario, su obsesión por los detalles y la burocracia y su ensimismamiento, ya fueron comentados en esta página desde poco después de asumir. Ahora el PJ asiste a cómo las medidas implementadas -o no- con ese perfil repercuten en la realidad concreta.
Y esto ya hace ruido muy dentro del PJ, que teme sus secuelas políticas a la hora del voto en 2011. El lunes 12 en el Consejo Provincial una de las dirigentes cuestionó la falta de ayuda social, sin dar nombres. Se mezcló esto con la posible interna santarroseña ya que quedó señalado el ministro Gustavo Fernández Mendía, un funcionario con aspiraciones de candidatearse en la ciudad. Esta preocupación lanzada en la mesa partidaria obligó a la primera reunión de la cúpula justicialista con el gobernador.

 

Críticas propias.
La situación pareció ir in crescendo. El jueves 15 los intendentes de la Plural, la estructura partidaria del vernismo, se reunieron con la venia de su jefe en Monte Nievas. Las fuertes declaraciones de los jefes comunales fueron reproducidas luego en los medios y el reclamo por la falta de acción y de fondos sacudió al partido.
El lunes pasado, Jorge recibió a los consejeros que frente a él hicieron oír algunos cuestionamientos con moderación, pero que fueron certeros. Para entonces, todos habían bajado el tono, como ocurrió con el secretario de Prensa del partido, Martín Borthiry, que días antes fue la voz cantante en los reclamos de los intendentes vernistas. Los responsables de cada línea aconsejaron ponerle paños fríos a una situación que ya no se puede barrer debajo de la alfombra. En este sentido, las declaraciones del intendente de Bernasconi realizadas también en la semana, desencantado con el gobierno provincial por la falta de apoyo, son una muestra del estado de ánimo del resto de sus colegas. Es cierto que los jefes comunales necesitan fondos para hacer política de cara a 2011, de mostrar gestión, pero también para sobrevivir con intendencias quebradas. Las voces de protesta por los fondos a cuentagotas de los intendentes radicales se sumaron para darle más color.
Frente a este escenario opaco, se le comenzó a reclamar -y se empezará a presionar- con más firmeza desde el PJ por respuestas políticas más contundentes a cada situación problemática y hasta un cambio de rumbo.

 

Cadena rota.
Lo que todos piensan pero pocos admiten es que el gobierno no quiere hacerse cargo de su falta de acción. Implementa tibios intentos publicitarios por contradecir una imagen que los hechos dan por tierra.
Esta aislamiento de la realidad es lo que preocupa. En Casa de Gobierno, la cadena de mando parece en muchos casos estar rota, los intendentes se quejan de que no son recibidos por los ministros y los directores, los que están en la trinchera diaria, que no reciben órdenes durante días de parte de sus responsables. La falta de comunicación y hasta de una dirección se hace evidente en muchas reparticiones. Iniciativas frenadas, reparticiones sin rumbo y fondos a cuentagotas hacen mella en los ánimos. La renuncia de un director en la cartera de Obras Públicas la semana pasada, supuestamente cansado de las trabas burocráticas, pudo haber sido apenas un caso al pasar, pero no deja de ser una muestra del estado de cosas.

 

Fisuras.
Ante este panorama, surgen las fisuras de un gobierno. La mayor ha sido el inmanejable conflicto del área de la Salud Pública, ya casi crónico, que no pudo ser contenido por falta de pericia de quienes se pusieron al frente y ahora se intenta dominarlo cuando la protesta está en su cresta. Otros conflictos están latentes, como el de los ruralistas que sumaron sus voces en la asamblea provincial del sábado en General Acha ante la falta de atención y diálogo por parte del gobierno después de meses de que se hicieron oídos sordos a sus pedidos. Y hay otros choques en puerta.
Esas fisuras se notan en los problemas que están teniendo varias reparticiones. Los intendentes hablaron de la poca ayuda social por parte del Ministerio de Bienestar Social, los cuestionamientos también llegan a la Secretaría General por su floja política de comunicación, en Educación el reclamo de cientos de porteros está al salto y en Obras Públicas hay expedientes frenados o faltan fondos de Nación. Estos son sólo algunos temas que se prefiere no discutirlos.

 

Cuestión de paciencia.
La dirigencia del PJ hace equilibrio entre el respaldo al gobierno de su partido y comenzar a presionar para que cambie el rumbo. "No esperemos otra cosa, Jorge es lo que es, es esto. Banquémoslo hasta 2011", indicó un intendente a sus pares hace algunos días en una reunión.
Hasta la posición del mandatario con el gobierno nacional también es cuestionada por los vernistas: ¿de qué sirve ser aliado de Cristina Kirchner si la plata que se espera no llega nunca?
Se afirma que la dirigencia justicialista no le va a retirar la mano y los de arriba intentarán calmar a los de abajo hasta que lleguen las elecciones. En este marco, hay quienes intentarán destrabar como puedan algunas cuestiones, como fue la intromisión de un diputado provincial anunciando un aumento de sueldos a los empleados de salud o el proyecto de los legisladores nacionales que siguen a Verna para que no haya incompatibilidad entre los que cobran asignaciones universales con otros planes estatales, algo que se había hablado insistentemente en los días previos entre los intendentes y hasta frente a Jorge. Pero también están quienes ya no tienen paciencia, aunque otros los contengan.

 


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