Viernes 13 de junio 2025

Así lo dijo (30-08-2010)

Redacción 30/08/2010 - 01.19.hs

"Nunca vi un detenido golpeado o torturado. Ni nunca ningún detenido me dijo que había sido golpeado o torturado en toda mi vida de médico policial". (Máximo Pérez Oneto, médico especialista en piel, declaró el martes en el juicio tras ser mencionado como uno de los profesionales de la salud que atendía a las víctimas durante las sesiones de torturas, situación que motivó la apertura de una investigación penal en su contra).

 

"Pérez Oneto dijo que tuvieran cuidado conmigo porque tenían 20 de presión y necesitaba mucho tiempo para normalizarme". (Alberto Oscar Larrañaga, empresario de la construcción, relató el calvario que vivió durante sus 57 días de detención, en 1977, y dio los nombres de los policías que lo torturaron y los médicos que lo atendieron en la Primera).

 

"Me dejaron la marca de la picana en el saco escrotal, tuve una dificultad en el esfínter (anal), no sé con qué me dieron pero me produjo una hemorragia. Además, tuve imposibilidad de tragar, lo que me hizo perder 17 kilos". (Santiago Covella, ministro del gobierno de José Aquiles Regazzoli, al recordar una de las sesiones de tortura a las que fue sometido en la Seccional Primera).

 

"Se puede esperar mucha más dignidad de las prostitutas que llegaron a darme ánimo, y hasta un cigarrillo, en la Seccional Primera, que de estos tipos". (Carlos Ghezzi, detenido y torturado por el grupo de tareas de la Subzona 14 cuando estudiaba Económicas y militaba en la Faudi, cerró su testimonio ante el Tribunal refiriéndose a los acusados).

 

"Me dijo que lo ataron al paragolpes de un auto, junto con (Clemente) Bedis, y los llevaron a dar la vuelta alrededor de la Primera". (Marta Flores, hija del ex funcionario Julián Flores, otro de los presos políticos torturados en el principal centro clandestino de detención santarroseño).

 

"Me preguntó qué necesitaba. 'La libertad', le dije. Y me respondió que si me hubiera portado bien, no estaría en esta situación". (Rosalind Gancedo, ex detenida y testigo en el juicio contra el grupo de tareas de la Subzona 14, recordó la conversación que mantuvo con el obispo Adolfo Arana cuando el religioso ingresó a su celda de la Seccional Primera, junto al represor Fiorucci).

 

"Estar de noche ahí, escuchando cómo torturaban era muy difícil". (Graciela Espósito, ex detenida, relató que durante su cautiverio en la comisaría santarroseña el médico Juan Héctor Savioli le recetó somníferos, para que pudiera conciliar el sueño).

 

"A la noche se escuchaba una radio fuerte, como que tapaba los gritos y los ruidos". (Rosa Audisio, ex estudiante de la UTN, narró que las sesiones de tortura en la Primera solían durar entre cuatro y cinco horas).

 

"Jamás dormí de noche. Estaba aterrada por los gritos. Era imposible no escucharlos. Era la radio fuerte y los aullidos desesperantes. Y el arrastre (de los torturados) por el pasillo chorreando sangre, para que después limpiaran los pisos". (Elsa Rivoira, ex empleada administrativa de la UTN de General Pico, sin militancia política, pasó veinte días en la Primera, en 1976).

 

"Esos guantes de boxeo no eran los míos". (Miguel Gauna, comisario retirado, declaró como testigo en el juicio, donde negó haber participado en las torturas a los detenidos, pero será investigado por la Justicia Federal como partícipe en las violaciones a los derechos humanos).

 

"Algunos fueron mis jefes y tengo el mejor concepto. Otros fueron compañeros y siempre cumplieron bien". (Juan Domingo Gatica, comisario retirado, fue el primer testigo del juicio de la Subzona 14 en quedar detenido por falso testimonio, luego de contradecirse en varias oportunidades durante su declaración).

 

"Había personas torturadas. Lo supe por comentarios. Nosotras teníamos a detenidas torturadas". (Elsa Flach, ex celadora de la Seccional Primera, brindó su testimonio en el juicio a pedido de los abogados defensores de los represores. Cuando concluyó se abrazó, llorando, a la querellante Raquel Barabaschi).

 


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