Viernes 20 de junio 2025

La paja en el ojo ajeno

Redacción 13/01/2011 - 00.54.hs

Una campaña publicitaria que comenzó a fines del año pasado y continúa en este primer mes de 2011 muestra un llamativo mensaje. El "spot" se puede ver en las señales de Cablevisión, está avalado por tres asociaciones de defensa de los consumidores y habla de gigantes multinacionales, monopolio, sobrefacturación, aumentos sin explicaciones, usuarios que son tratados como rehenes y tantas otras cuestiones que hacen suponer que se está haciendo referencia precisamente al servicio local de televisión por cable.
Pero no es así, la campaña está dedicada a cuestionar la fusión a nivel nacional de Telefónica y Telecom, avalada meses atrás por el gobierno nacional, aspecto que perjudicaría a un considerable sector de usuarios de telefonía fija, celulares e internet.
Es curioso que justo ese mensaje se difunda en Santa Rosa, donde gracias a la Cooperativa Popular de Electricidad, no se da esa posición monopólica con respecto a telefonía e internet. Y es aún más llamativo, porque precisamente la misma entidad solidaria que ya rompió con un monopolio ahora está a punto de romper con otro, el de la TV por cable, en donde los usuarios no tienen en la actualidad una posibilidad de elección por culpa de, precisamente, una cuestionada fusión empresaria.
Es también por demás curioso que ese mismo mensaje sea emitido con inusual reiteración por el cable local, cuando precisamente la situación de monopolio, de usuarios tratados como rehenes y tantas otras irregularidades que violan la defensa de la competencia y afectan los mismos derechos constitucionales aludidos en el mensaje, se dan precisamente con el servicio de televisión por cable.
También es llamativo que esas entidades que dicen preocuparse y defender a los consumidores no hayan decidido hacer una campaña de similar tenor para hablar de otros derechos de los usuarios, como por ejemplo es el caso de la falta de competencia en el servicio de televisión por cable.
Dice la campaña que con la fusión de las telefónicas, las empresas "dan el servicio que quieren y nos cobran lo que quieren", que se anula la competencia, que no respeta el derecho a elegir, que hay sobrefacturación y mala atención, y que se burlan las leyes. Y más allá de las aristas que pueden dejar cuestiones a debatir sobre la decisión del gobierno nacional de avalar la fusión de las empresas telefónicas, quedan otras cuestiones para el análisis.
Del lado de las entidades que defienden a los usuarios, cabe preguntarse si no es más notoria la situación monopólica que sufren los abonados al cable y cuál es la razón por la que no han actuado en consecuencia. Si se vanaglorian de haber logrado poner freno a aumentos con otras campañas, como por ejemplo por el incremento en el precio del tomate o en las cuotas fijadas para los abonados a la medicina prepaga, bien podrían mirar hacia el interior y ver lo que ocurre en Santa Rosa.
Y en cuanto a la empresa que da profusa difusión a la campaña, casi se podría decir que cambiando el sujeto del cuestionamiento, le caen con exactitud todas y cada una de las imputaciones: no hay derecho a elección, hay sobreprecios, burlan leyes y violan derechos constitucionales.
Así, al receptor del mensaje no le queda más que pensar que quienes lo emiten hacen lo mismo que lo que señala aquel viejo refrán: "ven la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio".

 


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