Para qué sirven los fondos que vienen
En 2010, desde el Estado nacional, llegaron a la provincia grandes cantidades de dineros públicos, y planes para ser implementados, sobre todo en materia de viviendas. Desde hace algunos años, a pesar de los desconfiados de los vientos nacionales, el gobierno provincial y la mayoría de los municipales basan sus proyectos de mayor envergadura en los recursos económicos que llegan por coparticipación y otros ítems.
La mayor beneficiada por esta tendencia fue la gestión provincial. Por ejemplo, la segunda parte del acueducto del río Colorado, que se proyecta hacia la región del norte pampeano, y una gran cantidad de viviendas con sobregiros de fondos en algunos casos desde Nación, permitieron encarar esas importantes obras.
Esta bonanza económica se nota en inauguraciones de barrios de casas sociales en todos los pueblos del territorio provincial, hecho que contrasta notablemente con una provincia que estuvo entre las de menor crecimiento entre sus pares de todo el país durante 2010. Es que ese ingreso de fondos no parece verse reflejado en un desarrollo productivo sostenido, más allá de los proyectos de siempre: casas y obras.
Frente a esto, a las diferentes iniciativas que llegan desde el gobierno nacional, se debe analizar si hay en su par pampeano una buena cuota de esfuerzo en la planificación a fin de direccionar esos recursos adecuadamente para que ayuden a revertir, en momentos en que se puede, tendencias históricas negativas, como la falta de fábricas, producto de las deficientes políticas industriales que tuvieron las administraciones provinciales hasta la actualidad. Este fue el talón de Aquiles de todo gobierno desde que La Pampa se hizo provincia en los años 50: a pesar de las intenciones, no se pudo sustituir una economía exportadora de materias primas sin valor agregado. Esta calamidad repercute en la ausencia de puestos de empleo calificados, atractivos para que los jóvenes no emigren cuando se van a estudiar a otras ciudades y encuentran mejores oportunidades.
La falta de planificación también se observa cuando las crisis tornan urgentes algunas soluciones de fondo que se pueden disimular hasta que estallan. Esto ocurrió con la salud pública, donde se anunció sobre fin de año la edificación -futura- de un nuevo hospital que en forma imperiosa requiere la provincia, y cuya necesidad estaba demostrada desde hace años. Hasta cuándo estos proyectos tan sensibles seguirán siendo producto de la urgencia de la coyuntura antes que de la planificación exhaustiva que exige toda obra del Estado de tamaña envergadura.
Hay una segunda reflexión en torno a los abultados fondos que ingresan a la Provincia, aunque más puntual y no necesariamente vinculado con lo estrictamente económico. Es la cuestión del Fondo Sojero, nacido al calor del conflicto entre la dirigencia rural y el gobierno nacional cuando "el campo" se opuso a las retenciones móviles. La presidenta creó entonces este fondo, que fue muy discutido por quienes habían hecho de sus intereses sectoriales una cuestión supuestamente nacional.
Esos dineros girados a las comunas pampeanas aumentaron de 27 millones de pesos en 2009 a 73 millones el año pasado. Para este año se estima que ascenderán a 163 millones de pesos. Esos recursos llegaron directamente a los municipios para impulsar proyectos que de otra manera no hubieran podido cristalizarse. Los camiones recolectores de basura en Santa Rosa son uno de los ejemplos. Y no deja de ser paradójico este caso sobre todo en una comuna gobernada por un intendente radical, es decir, que pertenece a uno de los partidos que estuvieron abiertamente en oposición al gobierno durante aquel conflicto por la Resolución 125. Hoy, como dijo un jefe comunal, son los únicos fondos que "están llegando bien".
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