Miércoles 21 de mayo 2025

Una multitud celebró en Teherán el aniversario de la revolución iraní

Redacción 12/02/2011 - 01.14.hs

El gobierno y el pueblo de Irán conmemoraron ayer el 32° aniversario de su revolución islámica. Una multitud se volcó a las calles y a la Plaza Azadí, de la Libertad, donde se escuchó un duro discurso de Ahmadinejad.
EMILIO MARIN
(Especial desde Teherán, Irán) - A las 10 de la mañana del viernes, una hora antes que el jefe de Estado comenzara su discurso, en Teherán caía una copiosa nieve. Los periodistas latinoamericanos bromeaban con que Alá no se había puesto de acuerdo con el gobierno islámico. Como refutando esas ironías, la nieve cesó al momento que Ahmadinejad comenzó a hablar.
El discurso tuvo un alto voltaje político. Ahmadinejad habló desde un atril de una tribuna engalanada con banderas de franjas de color verde, blanco y rojo; muchas flores y las fotos de los dos líderes religiosos (los ayatolas Ruhollah Komeini y Alí Kamenei). Un momento antes el orador había bajado de un helicóptero seguido de otro con su custodia; la seguridad que lo rodeaba era mucho menor de la que suelen tener sus colegas del mundo.
En ese momento en la Plaza Azadí había unos 200.000 iraníes agitando banderas nacionales y pancartas de los ayatolas, además de otras con el rostro de Kamenei y la consigna en inglés de "Unidad Nacional". Mezcladas, había banderas de Egipto, enlazadas con las de Irán, como mostrando la afinidad entre la revolución islámica y la actual rebelión en El Cairo. Algunos carteles en azul criticaban al sionismo: "Down Israel" (Abajo Israel). En avenidas cercanas había otros centenares de miles de personas o quizás más.
Al trazar un panorama de la región y a nivel internacional, el mandatario evaluó un gran reverdecer de la revolución islámica, al punto de formular el objetivo de lograr pronto "un nuevo Medio Oriente sin Estados Unidos ni Israel". Fue uno de los pasajes más aplaudidos por el público, que no cesaba de agitar las banderas, sobre todo las mujeres, más activas, alegres y ruidosas.
Ellas estaban ubicadas a la izquierda del palco, al centro estaba una columna de militares y en el costado derecho hacían su aporte los hombres, entre ellos muchos jovencitos que competían en cánticos y en agitar de banderas con la columna femenina, pero perdieron la apuesta.
Los periodistas pudieron observar todo desde muy cerca, pues habían sido ubicados en dos plataformas con libertad para filmar y fotografiar a 40 metros de donde estaba parado el presidente.
El discurso tuvo numerosas citas religiosas sobre Mahoma, los doce imanes, especialmente Mahdi, etc. Según su visión se avanza hacia "un orden mundial religioso monoteísta y no sólo en Medio Oriente". Los gobiernos que simbolizan los sufrimientos del mundo irán cayendo, añadió, sin identificar a la Casa Blanca pero aludiéndola. Al hablar de "monoteísmo" pareció convidar a la rama rival sunnita e incluso a católicos y judíos.
Egipto estuvo presente pues en varios pasajes celebró la movilización de ese país y llamó a respetar su soberanía, pidiendo que la población decidiera qué rumbo tomar, con democracia y sin interferencia exterior (sonó a otro palo para Washington y la Unión Europea).

 

Hombre al espacio.
Como se conmemoraba la revolución islámica que derrotó al sha (rey) de Persia, era lógico que Ahmadinejad trazara algunos balances para demostrar dónde está parado hoy Irán.
Antes de explayarse sobre los logros materiales, aseguró que lo principal de este período era la libertad y dignidad del pueblo, en comparación con los 2.500 años en que hubo reyes sin soberanía popular.
Dijo que durante su gobierno se habían construido o refaccionado 1,2 millón de viviendas en ciudades y campos, lo que solucionó el problema de la vivienda. Esas obras les dieron mayor solidez, lo que se comprobó durante algunos terremotos que sufrió el país. El par de periodistas argentinos paró la oreja en este tema habitacional tan candente en Buenos Aires y otras provincias.
Al margen de ese comentario presidencial, Teherán es una ciudad en construcción, con muchos edificios nuevos o no terminados, con las altas "plumas".
El único orador del acto habló una hora, lo que motivó que parte de la concurrencia en la plaza fuera abandonando sus lugares y que otros, que se quedaron, conversaran entre sí, como si hubieran perdido el interés.
La parte más sustancial del discurso presidencial marcó los logros económicos y científicos de estos años, cuando se duplicó la producción de granos hasta llegar a 100 millones de toneladas (la misma cosecha de Argentina). Según la lista, se multiplicaron por dos la fabricación de acero y cemento, entre otros productos.
Habló de que los científicos iraníes han llegado en algunas disciplinas a ocupar el segundo o tercer lugar mundial y que el país se destaca en la biotecnología y nanotecnología, además de haber cerrado el círculo de la energía nuclear, con un fin pacifista y de desarrollo.
"Irán no es más el país del pistachio y las alfombras, ahora es el de la biotecnología y en los próximos once años pondremos una persona iraní en el espacio, con tecnología iraní", afirmó en otro de sus párrafos más aplaudidos. El año próximo pondrán en ese lugar a un ser vivo, dijo, sin aclarar si será un gato persa al estilo de la famosa perra Laika de la URSS (aquí los gatos son las mascotas más apreciadas, casi no hay perros pues se considera que -junto con el cerdo- son los que transmiten más enfermedades).
El presidente de la República Islámica terminó como un hombre de fe, rezando, acompañado de una parte del público. Pero también parece ser una persona práctica, de buena relación con las bases. Por ejemplo, subrayó que durante su mandato hizo 85 viajes a las provincias, ciudades y aldeas para escuchar las demandas populares y tomar iniciativas concretas.

 

Mentiras contra Irán.
Conversando con los amigos iraníes que hacen de intérpretes y guías, una de sus preocupaciones fue aclarar las campañas mediáticas que se hacen en el extranjero contra su país. Por caso, aclaran que la mujer que se dijo hasta el hartazgo que iba a ser lapidada supuestamente por adúltera, en realidad era cómplice del asesinato de su marido y de allí que le iba a corresponder la pena capital. Esta última es la horca y no la lapidación que hace muchísimos años, al menos 32, que no se registra en los anales judiciales. El sistema aquí consta de cinco instancias legales para que un delito termine finalmente a una condena. Y además, por añadidura, si la familia de la persona que ha sido objeto de un delito decide perdonar al delincuente, el Estado acepta tal solución.
Hace un tiempo, según estas fuentes, Irán ahorcó a una mujer iraní con doble nacionalidad holandesa, por tráfico de heroína y con numerosos antecedentes de ese tráfico. La Unión Europea protestó contra esa decisión soberana, en vez de agradecer la dura lucha que los persas llevan contra el narcotráfico: el ejército tiene muchas bajas al hacer el control en las fronteras de Afganistán, donde la producción de opio ha crecido 5 veces desde la ocupación de EE.UU. y la OTAN.
Los que creen que el gobierno de Irán es una "dictadura" deberían saber que en estas tres décadas hubo al menos una elección por año, contando las de concejales, diputados, gobernadores, presidente, etc. En el Legislativo se asegura la presencia de legisladores de minorías, incluyendo los de religión judía, sunnita, zoroastrista y otras. Si para las mayorías se requieren 150.000 votos para lograr un diputado, para esos grupos el requisito baja a 10.000.
La situación de la mujer es otra crítica internacional recurrente. Hay que tener en cuenta que el Corán permite al hombre tener hasta 4 mujeres. La cantidad baja en la práctica tanto por razones sentimentales como económicas: a diferencia de los árabes, los hombres persas no tienen tanto dinero para mantener en igualdad de condiciones a cuatro familias con todo lo que esto implica.
Este cronista preguntó al intérprete cuántas mujeres hay en el parlamento de 300 miembros y la respuesta lo dejó preocupado: 10 legisladoras. En un amplio gabinete de ministros, sólo una es mujer, en la cartera de Salud, con otras tres viceministras en el resto del gobierno.
Este dato constata la existencia de problemas, más allá de los pañuelos en todas las cabezas y la burka que les oculta casi todo el cuerpo. Es que estas costumbres de vestido además de implicancias religiosas o decretos gubernamentales tienen una base cultural propia que no resulta muy opinable para quienes viven en otras culturas y partes del mundo.
Lo otro, 10 mujeres entre 300 diputados, sí que es preocupante. De todas maneras, con lo visto en estos pocos días en Teherán, con las féminas accediendo a muchos empleos, siendo parte activa de la movilización política y ocupando el 55 por ciento de las plazas de estudio en las universidades, se da pie a la esperanza. La mujer sostiene más de la mitad del cielo, solía decir Mao Tsé tung, y eso es cierto también en la vieja Persia independientemente de lo que diga el Corán.

 


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