Jueves 19 de junio 2025

El poder fragmentado y la política en espera

Redacción 13/07/2011 - 04.26.hs

¿Dónde está el poder en La Pampa? ¿Quién ostenta hoy el poder en la política pampeana? Después de la renuncia del senador Carlos Verna a su candidatura a gobernador por el PJ, todo lo dado o lo lógico en el escenario político provincial pareció estallar en mil pedazos y dejar desconcertados a todos sus actores.
La política provincial vive momentos turbulentos. O sea, los debe afrontar el partido que gobierna, pero repercute en todos sus rincones y en todos sus actores. Desde el oficialismo a la oposición, en todo su arco. Son tiempos en los que nadie sabe bien qué pasará en los próximos días. Desde hace algunas semanas, cuestiones que se daban por hechas comenzaron a vislumbrarse de otra manera. Cualquier ídolo, quedó demostrado, tiene pies de barro en el escenario actual. Y hacia delante, seguramente ocurrirá lo mismo. Hechos de importancia, como el ingreso de la presidenta a la arena política provincial imponiendo una candidata afín y doblegando al justicialismo local, hasta la renuncia del principal referente del partido gobernante, han disparado otros acontecimientos que son difíciles de evaluar y calcular en el presente. Pero que dejarán su marca profunda en el mediano plazo.
Frente a este panorama, las próximas elecciones se observan con una gran incertidumbre. El PJ no tiene un candidato a gobernador; suenan nombres y hasta hay cruces entre los dos sectores mayoritarios del partido por quedarse con ese lugar. Sin embargo, reina la perplejidad a la espera de que la Justicia Electoral sea la que defina cómo se determine al reemplazante del senador renunciante.
Por su parte, el mandatario provincial, cuando todavía parecía haber algún resquicio para su reelección, se bajó de esa posibilidad que apenas meses antes había acariciado. Y días después parte de su sector intenta reflotarlo para competir en octubre.
Seguramente en algunos días, tal vez semanas, toda esta situación tienda a aclararse, y los actores vuelvan a tener un panorama cierto y un suelo firme en el cuál pararse. Por ahora, todo son versiones, reuniones y especulaciones.
La política, la de los dirigentes, parece impregnarlo todo a la espera de definiciones. Pero también la otra política, la de las decisiones públicas, la que afecta diariamente al ciudadano ha quedado en un lugar secundario a la espera de que la otra salga del atolladero en la que se encuentra. Mientras se discute quién se quedará con la porción más grande, quién mantendrá, acrecentará o dejará el poder, funcionarios y jefes comunales parecen ausentarse de sus tareas.
Un ejemplo es el último conflicto salarial del sector estatal. En este presente de dudas, la figura de Oscar Jorge parece haberse desvanecido desde que el justicialismo consagró a sus candidatos, y a pesar de estos momentos de zozobra, continúa sin mostrarse. Todo esto ocurre en medio de un conflicto gremial que ya lleva semanas y que por ahora sólo se frena a través de negociaciones entre funcionarios y representantes de los sindicatos estatales.

 


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