Relato de intentos hacia otra opción
Señor Director:
El pasado sábado hablábamos aquí sobre algo que contaron personas que acaban de estar en Cuba.
No abunda la información confiable acerca de esa experiencia que nos ha interesado también por la participación gravitante de un argentino singular. Digo esto de la información porque generalmente se nos ofrece el punto de vista a favor y en contra. Es bueno conocerlos a ambos, pero también hace falta contar con otras fuentes: lo que dice la gente del lugar, lo que dicen ver los viajeros, lo que argumentan quienes a partir de esos datos tratan de hacer enunciados fundamentados. Lo que llega a la mayoría es lo que dicen los diarios y los noticiarios de radio y televisión, pero la confiabilidad de estas fuentes es menor porque ahora existen grandes monopolios de medios, cuyo compromiso no es con la verdad o con la diversidad, sino con intereses de otra naturaleza. Cuando tenemos una opinión de izquierda o de derecha sabemos a qué atenernos, sabemos que son puntos de vista unilaterales, pero si lo que creemos fuente objetiva no lo es, tenemos un trabajo previo por realizar y no siempre estamos preparados o dispuestos para el papel de críticos minuciosos de la información.
Dejo el tema de las fuentes y de la crítica para decir que ahora he leído lo que dice Evo Morales sobre lo que están haciendo y lo que tratan de hacer en su país, donde él ya está en su sexto año de presidente. Evo estuvo en Buenos Aires la pasada semana. Vino a inaugurar, con nuestra presidenta, el comienzo de un incremento importante de la provisión de gas, que permitirá dar este servicio a provincias del litoral. En declaraciones para un diario porteño tuvo oportunidad de contestar todo lo que le fue preguntado y lo hizo con llamativa franqueza, incluso poco frecuente, pues empieza por admitir errores propios y cree que podrá cometer más errores una y otra vez. Bolivia se ha declarado ahora estado plurinacional como manera de asumir la diversidad de culturas que han convivido (mal casi siempre) en el altiplano. Ese es el objetivo hacia la convivencia de la diversidad (indígenas, europeos, mestizos). Cree que han superado, o están superando, las etapas de rebelión y revolución, y que ahora están enfrentando la descolonización, que se hace difícil porque, a los intereses foráneos se agrega la mentalidad de mucha parte de la población nativa propensa a aceptar el punto de vista colonizador como el más conveniente. Es relativamente fácil cambiar la legislación; no lo es cambiar una mentalidad, un modo de entender la realidad social. La historia boliviana está llena de episodios de descuartizamiento, fusilamiento, desplazamiento de poblaciones de las tierras que consideraron bien de la comunidad durante siglos o milenios. Se detuvo a señalar aspectos de esta mentalidad, tales como el recelo ante la oferta y el entender que la ocasión propicia no tardará en cambiar. A gente sin tierra se le han ofrecido 50 hectáreas, pero piden 150. No entienden que la oferta es por un nuevo trato y que también ellos deben cambiar su actitud para intervenir, participar, en igualdad de condiciones para una organización social diferente. El objetivo de igualdad, que es básico para la integración, choca también con la penuria de recursos, pero Bolivia ha podido estimular con un aporte anual de dinero a los muchachos que completan el ciclo lectivo, con lo que ya se ha reducido la deserción. Una suma mensual ha sido asignada a las personas de edad que carecen de todo... Algo juega a favor, sin embargo: se ha podido contar con una mayor disponibilidad de personas preparadas, con formación técnica y académica. Hay más jóvenes en esas condiciones, pero no es fácil hacerles lugar. Como en la Argentina, todos ensayan un canto de amor a la juventud, pero se asustan cuando ésta asume protagonismo.
Uno sabe que a los cambios los madura el tiempo. Y vaya saber qué pasa en ese largo tiempo.
Atentamente:
JOTAVE
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