Periodista y escritor: si compatibles o no
Señor Director:
Desde antiguo se discute si hay compatibilidad entre el periodista y el escritor y, también, si el escritor tiene más jerarquía literaria que el periodista, Veamos un caso.
Gabo.
Gabriel García Márquez fue elegido premio Nobel de Literatura, pero la actual Feria del Libro de Guadalajara, México, resalta su condición de periodista. Varios escritores destacados han aunado sus esfuerzos para reunir sus trabajos periodísticos (que han sido una constante en su labor) y ha salido un libro que los reúne (y que en estos días se editará también en la Argentina). Se lo presenta como una antología de sus mejores artículos.
Gabo no parece hacer diferencia entre sus dos labores. Ha sido periodista (y no ha dejado de serlo) como comunicador y también como autor de notas especiales, en las que expresa opinión o da cuenta de sus impresiones y reflexiones a propósito de sucesos del día o de realidades cotidianas que se hacen notorias y reclaman la atención de quienes están atentos para decirlas. Ahora, con sus ochenta y cinco años cumplidos, va poniendo freno a su voluntad de estar en todo el acontecer en todo momento. Por eso, comienzan a ser frecuentes los homenajes que parten de escritores o periodistas más jóvenes. Esta antología revela que se puede desempeñar ambos papeles sin mengua para uno u otro. Lo común es la voluntad de crear un relato, es decir, de reducir la realidad en cualquiera de sus manifestaciones, a una forma verbal que no solamente la comunique, sino que permita que otras personas participen de una visión reveladora de aspectos que pueden pasar inadvertidos y que, sin embargo, son el lenguaje de lo real para manifestarse.
No es que no exista diferencia en el relato. La diferencia la pone la ficción, lo que aporta el autor. La ficción es más libre cuando se actúa como escritor y más reprimida cuando se desempeña como periodista. La relación existe y es variable. Y no impide que haya periodistas lamentables, por una razón u otra, ni que deje de haber escritores que dicen poco.
Impenetrable.
El cine de creación nacional (argentino) está madurando velozmente.
Una de las novedades del nuevo cine argentino (que suele elaborarse en alianza con otras cinematografías) es el llamado documental. Se tiene la idea de documental pensando en Animal Planet: un filme que trae el mundo al lugar donde uno reside y que suple la imposibilidad de estar en todas partes, viéndolo todo. Ahora el documental, sin entrar en la ficción, va en busca de explicaciones, para entender el porqué de ciertas realidades. Por caso, El Impenetrable (argentino-francés), que está mereciendo elogios de la crítica en estos días, no se limita a mostrar el bosque paraguayo que recibe esa caracterización. Lo muestra, pero da cuenta de alguien que heredó allí cinco mil hectáreas (regalo del generoso dictador Stroessner al padre del cineasta, como manera de halagar al embajador francés). Este heredero, ahora cineasta, fue al Impenetrable y tuvo la ocurrencia de entregar esa tierra a los guaraníes, lo que motivó la reacción inmediata de los ganaderos que dominan en Paraguay. Es un relato objetivo, pero permite conocer una realidad cruel. Y vigente.
Palestina.
El Estado de los árabes que se empeñan en permanecer en Palestina, ha ganado una batalla, al tiempo que Israel la ha perdido, porque la asamblea de las Naciones Unidas resolvió que Palestina sea admitido como miembro observador, aunque aún no aún como socio pleno.
Un pequeño paso que puede ser un gran paso. Los 139 votos a favor (contra 9 y 41 abstenciones) le advierten a Israel que está perdiendo la batalla de la opinión pública mundial.
Atentamente:
JOTAVE
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