Contradicciones que, tal vez, no lo sean tanto
I - Tal vez sea la influencia programada que el ex defensor de los más conspicuos corruptos y acusados de corrupción de la provincia ha comenzado a mostrar en la Ciudad Judicial. Tal vez sea solo la costumbre de hacer y deshacer como si el Poder Judicial fuera "una gran familia", o peor, una empresa familiar. Lo cierto es que en la semana la designación ilegal de un integrante de una de las Cámaras penales, además de una arbitrariedad manifiesta, es una oportunidad futura para que las defensas de los funcionarios envueltos en escandalosos casos de corrupción tengan para nulificar sus procesos.
II - Mientras la presidenta dijo que no se debe conmemorar la guerra y que las Malvinas no se recuperarán por las armas, aquí como en casi todo el país, los actos de recordación de los 30 años de la aventura malvinera de la dictadura hicieron caso omiso y tuvieron desfiles militares como elemento central. Más aún, con esa excusa, aquí se hizo el acto lejos del único monumento que la ciudad tiene a los Caidos. Se dijo que la avenida Spinetto es mas "desfilable" que la calle Corrientes pero a nadie escapa que la verdad es que el monumento tuvo la mala suerte de estar en el lugar equivocado. Allí se posó el dedo del gobernador para hacer Medasur y la indignación que ha causado en el barrio, en la escuela aledaña y en no pocos vecinos ha convertido el lugar en todo un símbolo de los límites que debieran tener el poder en la toma de decisiones que afectan a los vecinos. Asi fue que, mientras el poder político aplaudía el paso de tanques y soldados armados (y hasta se fotografiaron ante un alumno abanderado de una escuela que se disfrazó de soldado) el monumento de la Madre Patria abrazando a un soldados muerto no tuvo siquiera bandera en el mástil. Para quienes gustan buscarle el sentido simbólico a los actos del poder, el episodio fue de libro.
III - El Estado Provincial, se supo en la semana, no parece muy apurado en iniciar el trámite judicial para que los dos íconos de la corrupción en el IPAV, devuelvan lo que la justicia determinó habían incorporado a su patrimonio indebidamente. Más aún, rechazó la oferta de los ex funcionarios que ofrecieron resarcir al erario público con un millón y medio de pesos. Como se sabe, la causa del IPAV no solo terminó con las condenas a los responsables de ese organismo en los tiempos del descontrol, sino que, además, terminó con el poder del ex presidente del Tribunal de Cuentas que, se comprobó, había sido funcional a la corrupción omitiendo la fiscalización. Ahora, los funcionarios responsables de cuidar los intereses del Estado parecen creer que a ellos no los alcanzará la mano de la justicia cuando se investigue la posible prescripción de la causa y se pierda para el tesoro público la posibilidad de cobrarle a los corruptos lo que se llevaron.
IV - En la semana, sin demasiada publicidad, se adjudicó la obra de riego de 800 hectáreas en Casa de Piedra. La noticia -que no ocupó mayor espacio en la información oficial- es uno de los pocos avances que el gobierno ha dado en los últimos años para poner en producción la ribera del Colorado y mostrar algo más que buenas razones a la hora de reclamar por los recursos hídricos interprovinciales. La inversión, de unos 20 millones, contrasta por su modestia con el gasto público en obras como el Autódromo o el Megaestadio y sirve para poner en perspectiva en qué esta pensando el gobierno cuando habla de invertir en producción en La Pampa. Más aún cuando, como en este caso, la licitación del riego se hace con una demora de muchos años y no prevé obras imprescindibles como los caminos interiores o la provisión eléctrica, sin los cuales, es imposible que nadie pueda producir nada allí.
V - Los diputados justicialista habían habilitado en marzo la ley de paritarias para los estatales como forma de incentivar al gobierno a buscarle una solución de fondo a la desgastante puja salarial en la que se han trenzado los funcionarios y los gremios. Pero en la semana quedó en claro que ya no tienen tanto apuro en aprobarla. Para que no queden dudas, lo dijo con todas las letras el presidente del bloque. Los pampeanos miran absortos este juego de utilizar las reivindicaciones laborales como moneda de cambio en la guerra de posiciones internas del partido del gobierno. La paritaria debería ser un avance fruto de la convicción en torno al derecho laboral y no una concesión que se esgrime o se escatima por cuestiones meramente partidarias. Más aún en el partido que llega al poder de la mano del voto de los asalariados. (LVS)
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