Frente al poder K: ¿autonomía, dependencia o subordinación?
La autonomía económica y política son dos caras de un mismo análisis. Frente al poder central, y al de la presidenta, ¿qué lugar ocupa La Pampa? ¿Qué perspectivas hay en el PJ hacia delante? ¿Qué papel juega el gobernador Jorge en la relación?
Norberto G. Asquini
En la última semana, la mención de la presidenta Cristina Fernández a La Pampa, dentro de un conjunto de provincias, elogiada como una de las que "no pide un peso", mostró la posición que ocupa el gobierno de Oscar Mario Jorge en el proyecto kirchnerista.
La reivindicación a que Jorge mantiene sus cuentas ordenadas, en comparación al gobernador bonaerense Daniel Scioli, tuvo un doble mensaje, para quienes desde nuestra provincia leyeron entre líneas la frase. Por un lado, se leyó como la aprobación a la administración económica local; por el otro, dio cuenta de la falta de resolución del mandatario para reclamar los dineros que le adeuda Nación y que suman cerca de 950 millones de pesos.
En este sentido, el lugar que ocupa La Pampa frente al poder central, o al gobierno de CFK, podemos medirlo en cuanto a su mayor o menor autonomía, o dependencia. Ya sea económica o política.
¿Fortaleza?
La Pampa cuenta con mayor autonomía económica que otras provincias. Sus cuentas han estado al día, sin endeudamiento ni déficits. Más allá de crisis de peso como la de 2001, se han pagado sueldos a tiempo. Esto le ha permitido en el contexto nacional ser referente frente a otras provincias, que han debido hacer ajustes o colocar bonos o cuasimonedas.
El problema es que esta "fortaleza" que dan los números puede ser considerada una ventaja, o no. Por un lado, el gobierno provincial puede reclamar desde una posición más cómoda por dineros que no son para gastos de sueldos o cotidianos, frente a otras jurisdicciones que siempre están pidiendo para solventar sus déficits. Pero, por otro lado, y es lo que se critica actualmente a la gestión de Jorge, los números ordenados no sirven a la provincia para que sea tenida en cuenta entre las jurisdicciones que deben ser sostenidas por Nación, que considera que puede esperar su turno en la entrega de dinero frente a otras urgencias. No se ha visto, hasta ahora, ninguna estrategia o instrumento del gobierno jorgista para obligar al gobierno nacional a considerar a la provincia en la entrega de fondos.
Efecto derrame.
La autonomía económica que tiene la provincia puertas adentro, gracias a su gestión administrativa, hoy parece estar en discusión ante la dependencia que se tiene de Nación por los cientos de millones de pesos adeudados.
Aunque esos fondos van ingresando y otros saliendo, manteniendo el equilibrio, seguramente serán más luego de la puesta en marcha de la construcción de las casi 2.000 viviendas pautadas para este año.
Según afirman intendentes, con el ingreso de parte de esos millones adeudados se reactivaría el interior provincial. Y se notaría en otro sentido, o en sentido contrario, el "efecto derrame": algunos jefes comunales hablan de que si la provincia está ordenada en sus números, es porque el ajuste se hace hacia abajo, hacia los municipios. Y que ellos deben cargar con los costos de la deuda. No son pocos los que se quejan de que hay menos dinero para gasto social o para caminos vecinales, por ejemplo.
Haciendo un poco de historia.
Pero la autonomía o dependencia económica tiene su contracara en la política, que hasta se ha vuelto una relación de subordinación. Cuando asumió la presidencia Néstor Kirchner, la relación con el gobernador Carlos Verna fue de relativa autonomía para la provincia. El kirchnerismo recién asumía y todavía su poder estaba en construcción. Si bien "la caja" fue utilizada para generar adhesiones entre las provincias. Con la llegada de CFK, y la crisis de 2008, se notó más el avance sobre los gobernadores. La presidenta por un lado, debió subordinar a los mandatarios para evitar frenos a su proyecto nacional, pero también para concentrar poder dentro del PJ cuando el poder K fue cuestionado. El gobernador pampeano también había cambiado. Jorge quedó más apegado a los humores presidenciales y con un perfil más dócil que su antecesor.
Perfil más dócil.
De esta manera, la subordinación política se ha incrementado con la relación entre CFK y Jorge. El perfil del mandatario ha sido de acompañamiento, más por necesidad que por convicción. El gobernador no ha dado en sus discursos un fervoroso respaldo al llamado proyecto nacional, aunque sí algunas muestras de estar con él. Es más, determinadas decisiones del orden nacional lo ponen en aprietos o en una situación incómoda -el conflicto por las retenciones o la postura frente al aborto no punible, por nombrar algunas- y los lineamientos nacionales no siempre han sido impulsados en la provincia con la misma convicción con que son aplaudidos en la Casa Rosada.
Ese perfil, su actitud dócil en la relación con Nación, es lo que muchos critican como la causa de la falta de resolución de Jorge para reclamar por los dineros de la provincia. Desde el entorno del senador Carlos Verna afirman que en la Cámara alta, cuando se trató la deuda, el legislador preguntó al secretario de Obras Públicas los porqué de la falta de pago, y la respuesta fue que no se presionaba lo suficiente como hacen otros mandatarios.
Otro escenario.
La autonomía o subordinación política está en relación con el poder presidencial, por un lado, y en las posturas partidarias locales frente al proyecto nacional, por otro. La fortaleza electoral de CFK en las elecciones del año pasado mostró algo nunca visto antes en La Pampa y el PJ pampeano: la injerencia del poder central en la política partidaria provincial. El PJ provincial se subordinó a la estrategia nacional y le entregó las candidaturas a diputados nacionales, condición impuesta desde la misma Casa Rosada. Esto generó una crisis en la coalición gobernante del peronismo pampeano que hizo que el postulante a gobernador, Carlos Verna, renunciara frente a lo que consideró que una muestra de lo que podía pasarle en sus cuatro años de gobierno ante los dictados del poder central. Antes, el senador ya había tenido que pactar su postulación con la misma mandataria.
Tres posturas.
Hace pocas semanas se trató en la Legislatura provincial un proyecto en el que se reclamó a Nación por la deuda de los 950 millones de pesos. En el bloque del PJ hubo tres posiciones definidas, que muestran cuáles son las posturas y la división que hay ante el poder central. Los diputados de La Cámpora no apoyaron la iniciativa por su alineamiento incondicional al cristinismo. El marinismo apoyó el reclamo por los intereses provinciales, si bien respaldan al gobierno nacional. El vernismo fue el que impulsó la protesta y la defendió, con una postura crítica hacia la Casa Rosada, provincializando el debate.
Estas son, en síntesis, las posiciones frente al poder presidencial que conviven hacia dentro del PJ. De la fortaleza del proyecto nacional en lo económico y político y de lo que ocurra con la sucesión de CFK, dependerá saber si se mantendrá la subordinación partidaria a la Casa Rosada, o cambiará esta relación.
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