Lunes 09 de junio 2025

¿Apuros transitorios o fin de un ciclo?

Redacción 03/07/2012 - 04.55.hs

El cierre de un gran frigorífico en Santa Rosa, los serios problemas de otros en el resto del territorio pampeano, el declive de la actividad comercial en la provincia reconocida tanto por el gremio mercantil como por la cámara que aglutina a los empresarios, son hechos que hablan con contundencia. El saldo más preocupante de esta situación es, qué duda cabe, los trabajadores que, por centenares, están quedando en la calle y engrosando las huestes de desocupados.
En los últimos meses se registró en el país una baja de la actividad industrial por primera vez en muchos años. Ese sector de la economía venía creciendo a "tasas chinas" como le gustaba decir al oficialismo en virtud del dinamismo que mostraba.
¿Se trata de un fenómeno puramente nacional, es decir, la culminación de un ciclo expansivo y el inicio de una meseta o de un ciclo negativo, como tantas veces ha ocurrido en nuestro país a lo largo de las últimas décadas, o es la llegada de la impactante crisis financiera internacional que se ha trasladado a la economía real y por estos días está arrasando Europa?
Mientras los economistas discuten sin ponerse de acuerdo sobre las causas últimas de lo que empieza a suceder en Argentina, las cosas comienzan a teñirse de un tono gris oscuro y los problemas económicos dejan de ser únicamente pronósticos agoreros de los "expertos" que militan en el periodismo opositor para adoptar la forma concreta de los rostros de personas de carne y hueso.
En este panorama de crecientes dificultades económicas, se lo ve al gobierno nacional perdiendo aliados en el campo gremial y político. Figuras de peso están comenzando a abrir su propio juego y atreviéndose a confrontar con el kirchnerismo, algo impensado hasta hace muy poco tiempo. Y aunque desde las filas del oficialismo se minimicen las consecuencias de estos resquebrajamientos, parece claro que, tarde o temprano, se sentirán sus efectos.
Hasta ahora, el gobierno nacional, siempre pudo mostrar reflejos para superar los tiempos tormentosos. Lo demostró luego del traspié que sufrió en 2008 cuando tuvo que afrontar la ofensiva del sector rural por las retenciones a las exportaciones y, más tarde, con la derrota electoral de 2009. En esos momentos de dificultades no menores pudo sacar fuerzas y retomar la iniciativa política descolocando a una oposición fragmentada y desorientada como nunca.
La renuencia a "tocar" el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, o el aceptar hacerlo en niveles muy inferiores al avance de los salarios en las paritarias, habla también de los problemas económicos que afronta el gobierno y que lo están obligando a desdecirse de su declarada visión progresista en materia de política tributaria.
En esa cancha embarrada en que se juega la política nacional, con todos los condimentos que muestra el juego cargado de intereses de los oligopolios mediáticos y de una oposición política desconcertada, los síntomas de un debilitamiento económico se traducen, en La Pampa, en cierres de empresas y despidos de trabajadores a despecho de las felicitaciones que recibió su gobernador en la Casa Rosada por "no pedir plata" a Nación, a pesar de la abultada deuda de casi mil millones de pesos que tiene derecho a cobrar.
El perfil pastoril de la economía pampeana, que los sucesivos gobiernos justicialistas desde 1983 hasta hoy no pudieron superar, solo agrava el cuadro de situación.
Los próximos meses dirán si en verdad se está ingresando indefectiblemente a una fase económica recesiva, siguiendo la historia cíclica de nuestro país, o si habrá suficiente capacidad de maniobra -e inteligencia- como para capear el temporal.
Mientras tanto, la sociedad mira con preocupación lo que está pasando y aguarda que su clase política -tanto la que milita en el oficialismo, como en la oposición- esté a la altura de las dificultades en ciernes.

 


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